Coaching
¿ Qué dice de ti la infidelidad ?
Coaching
Tras la pérdida de un ser querido, las emociones y la confusión están a ras de piel. La persona que fallece siempre permanece como un fragmento más de nosotros, no se olvida, vive en ti. Aprendemos a vivir con la pérdida para poder seguir viviendo. Es un aprender a morir para enseñarnos el valor de vivir.
Al inicio, tras el fallecimiento de un ser querido, las personas se acercan a los familiares para mostrarles su apoyo y condolencias. A medida que va pasando el tiempo y cada uno vuelve a su vida, nos quedamos solos ante el dolor y sentimiento de soledad. Se inicia una lucha interna entre mantener al fallecido vivo y la supervivencia de mantenerse a flote y querer seguir viviendo aunque él o ella ya no estén.
La adaptación a la nueva situación sin la presencia del ser querido, al inicio, es como querer subir una gran montaña llena de obstáculos y dificultades. Las actividades que hacíais juntos, has de aprender a hacerlas sin él y cada recuerdo es un dolor profundo del alma.
Permitirse sentir tu dolor y estar triste es un acto de amor hacia ti mismo. La tristeza es una emoción natural que nos sirve para desahogarnos y expresar nuestro dolor, aceptar la pérdida de una persona, situación o experiencia. La tristeza nos aporta un margen de tiempo, un espacio hacia adentro para sentir, soltar. Si esta tristeza se prolonga en el tiempo es entonces cuando tenemos que preocuparnos y ocuparnos, mientras, debemos acogerla como parte del proceso.
Expresar las emociones nos libera de enfermedades y trastornos como la depresión, irritabilidad, pérdida de apetito, insomnio, aislamiento. Encontrar a alguien con quien nos sintamos recogidos y seguros nos ayudará a sentirnos mejor.
En los momentos de mayor debilidad es cuando hemos de aprender a amarnos y cuidarnos más que nunca . Como en un semáforo, cuando la luz ya está de color naranja y nuestro cuerpo nos está enviando alarmas de mal estar tipo pérdida de energía, desgana, ausencia de interés en las actividades diarias, alteraciones de la alimentación, desajustes en el sueño, debemos parar y tomar medidas inmediatas para revertirlo sin esperar a que el semáforo pase a ser la luz roja.
Puedes hacerte preguntas a ti mismo que te den fuerzas para avanzar en el proceso. ¿Cómo crees que tu ser querido te gustaría verte? ,¿Cómo deseas que sea tu vida de ahora en adelante?, ¿triste, sumergido en tu perenne dolor o viendo la luz y oportunidades que la vida te sigue brindando?
Aquí y ahora es nuestro momento, aquí y ahora seguimos vivos. El regalo está en tus manos. Puedes hacer que tu vida pase sin más o encontrar la luz que yace dentro de ti y tengas el suficiente amor propio de darte la oportunidad de vivir.
Toda persona que pasa por la pérdida de un ser querido atraviesa por una serie de etapas consecutivas. Aprender a ir identificarlas, te ayudará a tener presente que vas avanzando, que todo pasa, todo es transitorio. No hay milagros ni recetas mágicas para acelerar las etapas del duelo. Se requieren altas dosis de paciencia y fe en el proceso para sanar el dolor del alma.
Busca un fin positivo para sus pertenencias. Es lógico querer guardar con cariño recuerdos especiales y mantener detalles con él como llevarle flores o tener una fotografía presente pero el exceso de pertenencias dificulta el proceso del duelo. Organiza sus cosas con amor y decide qué mantener en tu vida. Una donación bonita a personas queridas puede ayudarte a desapegarte y dar el paso.
Escoge un lugar, puede ser a nivel público o privado, donde te sientas cómodo y háblale desde lo más profundo de tu alma. Perdona y perdónate si consideras debes hacerlo, dile lo mucho que lo querías y agradece su presencia en tu vida. Tras el agradecimiento siente que puedes dejarle marchar. Envíale luz y amor.
Si el sentimiento de tristeza y aislamiento se alarga más de dos semanas y sientes que no puedes avanzar y te quedas atrapado en alguna etapa un coach puede ayudarte en el acompañamiento, como también podrán hacerlo grupos de apoyo que ya hayan o estén pasando por el mismo proceso.
En definitiva, aprender a vivir con la pérdida de un ser querido requiere un proceso y tiempo. Permítete darte tu tiempo, y recuerda, tras las nubes siempre vuelve a salir el sol.
Negación
"Esto no me está pasando".
Al inicio hay un sentimiento de estar viviendo un sueño en el que vas a despertar y ver que lo que te ha ocurrido no ha sucedido en tu vida. Como si no fueras tú el protagonista de la película, la tragedia por la que estás pasando.
Ira
“¿Por qué a mí?”.
No entendemos por qué nos ha tenido que ocurrir esa pérdida tan dolorosa, por qué se ha tenido que ir esa persona a la que tanto amamos. Estamos enfadados, no consideramos que sea justo.
Negociación
¿Cómo puedo hacer que vuelva?".
El dolor se alivia pensando que podemos contactar o ir al encuentro de ser querido fallecido .Idealizamos retroceder en el tiempo como si de una pesadilla se hubiera tratado.
Tristeza profunda
"No consigo revertir la situación. No puedo volver a traerlo a la vida".
Es cuando volvemos al presente y nos topamos con la cruel realidad quedando tristes y desolados.
Aceptación
“Él no está y he de seguir viviendo ”.
En esta última etapa es cuando decidimos que debemos volver a salir, socializarnos, sonreír, en definitiva volver a vivir.
También te puede interesar
Coaching
¿ Qué dice de ti la infidelidad ?
Coaching
Superar el miedo
Coaching
Tu estado de ánimo es tu destino
Lo último