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Una niña de 13 años, que la noche anterior había desaparecido, fue encontrada ayer sin vida y con aparentes signos de violencia en el interior de una caseta de una piscina de Arriate. El hallazgo se produjo a unos 200 metros del municipio, en una zona conocida como El Membrillar o Camino de la Vía. Al cierre de esta edición, agentes de la unidad científica de la Guardia Civil seguían rastreando la zona en búsqueda de pruebas, aunque fuentes cercanas a la investigación confirmaron a este periódico que el cuerpo hallado correspondía al de María Ester Jiménez, la niña que la noche anterior había desaparecido. Las mismas fuentes confirmaron que el cuerpo presentaba numerosos golpes en la cabeza y que la cara prácticamente estaba irreconocible.
Anteriormente, la Guardia Civil había coordinado la búsqueda de la menor tras la denuncia presentada por su madre, que afirmó que su hija salió de casa sobre las 21:00 del miércoles. Los agentes habían indagado incluso en busca de alguna información en el contenido de un ordenador de una vecina que solía usar la desaparecida. La niña -de pelo claro rizado, que vestía pantalón y camisa y llevaba una gorra- fue vista la última vez junto a un amigo en una carretera próxima al pueblo, según aseguraron sus familiares a los periodistas. Los padres de la menor, otros familiares y amigos prepararon carteles para distribuir por la comarca con la descripción de la joven y su fotografía. En el dispositivo de búsqueda participaron la Policía Local y los bomberos junto a los guardias civiles. Los amigos de la joven habían realizado una batida conjunta por los alrededores del municipio, concretamente en un vertedero, en un descampado cercano, en el que existe una zanja, así como en una casa abandonada, lugares que la joven solía frecuentar, sin obtener ningún resultado. Según fuentes cercanas a la investigación, la chica fue vista en un todoterreno por la zona del vertedero de Arriate, aunque, actualmente, la Guardia Civil mantiene abiertas diferentes líneas de investigación. Hasta el lugar en el que fue encontrado el cadáver se desplazaron, además de los agentes de la Guardia Civil, un juez y un forense, además de los agentes de la Policía Local.
Con este nuevo caso se elevan a tres las muertes violentas registradas este mes en Málaga después de que el martes muriera en el Hospital Carlos Haya un joven de 19 años que había sido apuñalado en octubre en Fuengirola a raíz de una pelea supuestamente motivada por celos. El presunto agresor fue detenido por la Guardia Civil. Por otra parte, el pasado sábado un hombre de unos 50 años que, de acuerdo con los primeros datos era de nacionalidad polaca, apareció muerto en el interior de una vivienda de la calle Santo Domingo de Guzmán, cerca del puerto deportivo de Estepona. El cuerpo, como publicó el diario Sur, apareció con veinte puñaladas. Un vecino de esta zona, conocida como Tres Banderas, fue quien dio la alerta a la Policía Local que, a su vez, comunicó lo ocurrido a la comisaría y seguidamente fue avisado el juez de guardia para que procediera al levantamiento del cadáver.
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