Localizan a un grupo de 16 migrantes en un contenedor tras 10 días de travesía

Los polizones son encontrados por los estibadores que trabajaban sobre el 'Panther', que salió de Ghana el 6 de octubre.

Presentaban deshidratación y cansancio por el hacinamiento.

Polizontes en la cubierta del carguero Panther. / M.G.
Alberto Rodríguez

17 de octubre 2017 - 09:16

Algeciras/Estibadores del puerto de Algeciras localizaron ayer a 16 migrantes de origen subsahariano que viajaban escondidos como polizones en un contenedor del buque Panther, un mercante con bandera de Liberia que había hecho escala en APM Terminals Algeciras en la noche del domingo procedente de Ghana.

Los migrantes, todos hombres y adultos, habían permanecido ocultos en condiciones extremas al menos diez días antes de ser encontrados a primera hora de la tarde de ayer lunes durante las labores de carga y descarga de mercancías, según confirmaron a Europa Sur fuentes de la Policía Nacional. Pese a las duras condiciones de la travesía, ninguno tuvo que ser trasladado a centros sanitarios y fueron atendidos sobre la cubierta del portacontenedores.

El hallazgo se produjo cuando la cuadrilla de estibadores que operaba en el barco se percató de la existencia de personas en el interior de un contenedor que estaba apilado en un nivel intermedio entre la bodega y la cubierta. Es decir, el cajón de metal tenía otros apilados encima.

Inmediatamente dieron aviso tanto a la tripulación del mercante como a la Policía Nacional y los sanitarios, que desplazaron a unidades hasta el buque atracado en la alineación norte del muelle Juan Carlos I del puerto. Mientras llegaban, los estibadores tuvieron que realizar una compleja maniobra para situar el contenedor de manera que los migrantes pudieran salir sin sufrir daños.

Prácticamente todos presentaban síntomas de deshidratación y cansancio extremo por las condiciones de hacinamiento en las que habían realizado la travesía hasta Algeciras. El Panther había salido desde el puerto ganés de Takoradi, al oeste del país africano, el viernes 6 de octubre y llegó a la ciudad el domingo por la noche. Fuentes portuarias consultadas por este periódico explicaron que los polizones habrían realizado todo el viaje (diez días) sumidos en la oscuridad dada la localización de los contenedores en el buque.

Al no haber tocado tierra, quedaron bajo custodia del capitán para su repatriación

Una vez que el grupo se recompuso tras recibir agua y comida, los agentes de la Policía Nacional pusieron en marcha las labores de identificación y las diligencias conforme al protocolo para polizones. Fuentes policiales explicaron que, a expensas de afinar los datos, todos los migrantes fueron identificados como originarios de Ghana.

Al no haber tocado tierra en España, sobre estas personas no se aplica la ley nacional de extranjería, sino el convenio internacional sobre el polizonaje de la Organización Marítima Internacional (que data de 1957).

Merced a este tratado, los migrantes quedaron bajo custodia del capitán como máxima autoridad que rige sobre el barco. Ahora, según este protocolo, debe ser el armador del Panther quien se encargue de la repatriación de los polizones bien aprovechando la ruta marítima de retorno hacia Ghana -y manteniendo durante todo el tiempo que sea necesario al grupo bajo medidas de seguridad- o por cualquier otra fórmula alternativa y vigilada que costee la naviera.

El 'Panther' activó el protocolo por ébola en una escala en 2015

El mercante liberiano Panther se vio inmerso en la primavera de 2015 en otro suceso en el puerto de Algeciras, en este caso relacionado con la crisis internacional por el brote de ébola. El buque arribó el 17 de abril de ese año procedente de Tánger-Med tras una escala previa en África Occidental, considerada entonces como una zona de riesgo. A bordo había un tripulante enfermo, aunque no de dicho virus tal y como se confirmó después.

Pero en plena alerta internacional, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad activó el protocolo dado que cuando se tuvo conocimiento de que había un tripulante con fiebre, ya había accedido al barco el personal de estiba. Unas 40 personas fueron conminadas ese día a dejar su trabajo y a ofrecer su identificación a las autoridades por si se confirmaban las sospechas de enfermedad y hacía falta contactar con ellos para ponerles en cuarentena. Finalmente no fue necesario y todo quedó en una falsa alarma, por lo que el buque recuperó la libre plática, es decir, la autorización para realizar libremente sus operaciones o marcharse según su calendario comercial de escalas.

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