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El onubense Mario Jiménez (Moguer, 1971) se perfila como el nuevo vicecesecretario general del PSOE, una elección que, no obstante, debe concretarse en el congreso que los socialistas andaluces abren mañana en Almería. Aunque los cónclaves socialistas siempre se plantean inciertos, con una noche interminable y ya tradicional que se prolonga hasta encajar el puzzle de la nueva Ejecutiva y, por tanto, no hay cargo seguro más allá que el del propio José Antonio Griñán, Mario Jiménez será el número dos de los socialistas. En la actual dirección se guarda un absoluto mutismo sobre las propuestas y la estructura de la dirección, pero, según ha sabido este medio, Jiménez ha estado hablando con algunos secretarios provinciales y personas destacadas del PSOE para tender puentes y evitar problemas en el congreso. No les ha anunciado que será el vicesecretario, pero ése es el mensaje que ha calado.
Casi todas las personas con las que ha hablado este medio en el PSOE lo dan como vicesecretario antes que de secretario de Organización, lo que le permitiría a Griñán organizar una Ejecutiva con nuevas "voces". Mario Jiménez forma parte de la generación de jóvenes de los setenta que apoyó a Griñán en la sucesión de Manuel Chaves, junto a Susana Díaz -que deja la cúpula socialista andaluza aunque pueda seguir en algún puesto en la Ejecutiva- y el dimitido Rafael Velasco. No obstante, incluso los críticos consideran que Mario Jiménez cuenta con más cintura que Díaz, que arrastra el peso de hierro que se le supone a las mujeres con poder. Díaz seguirá siendo la consejera de Presidencia, pero bajará al ámbito provincial para competir en Sevilla por la secretaría contra el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones.
La salida de Susana Díaz de la dirección socialista de la calle de San Vicente le ha abierto a Griñán la opción de reconciliar a una parte del PSOE que es muy crítico con la actual secretaria de Organización y, además, colocar a otra persona distinta al frente de la maquinaria del partido. Partido y Gobierno en distintos ámbitos. Jiménez puede compatibilizar su puesto de portavoz parlamentario con el de vicesecretario, aunque deberá llenar de contenido un cargo que los socialistas nunca tuvieron a lo largo de su historia. Se creó en la Transición para Alfonso Guerra, pero carece de contenidos, de ahí que sea muy importante la figura de quien pueda ser el secretario o la secretaria de Organización. Si Griñán quiere una dirección paritaria, deberá colocar a más mujeres en puestos visibles y de importancia. El gaditano Juan Cornejo, organizador de facto de este congreso y ducho en la vida interna socialista, puede ocupar uno de estos segundos puestos, pero es posible que no como el referente de la sede de San Vicente.
Aunque los llamados griñanistas han ganado todos los congresillos provinciales donde se eligieron a los delegados para el cónclave de Almería, el sector crítico cuenta con una masa suficiente para hacerse oír, aunque difícilmente podrán condicionar el congreso.
Ésa es la disyuntiva que deberá resolver Griñán: si impone su mayoría o si opta por integrar. El ex presidente de la Junta Manuel Chaves se refirió a ello el martes pasado en Almería: su opción es que es ahora, con un PSOE que debe gobernar en una coalición con IU, cuando su partido necesita más cohesión. Es de la misma opinión otro ex presidente José Rodríguez de la Borbolla, aunque él sí asistirá al congreso formando parte de la delegación de los críticos sevillanos y su petición de dimisión de Susana Díaz como consejera de Presidencia ha caído como una bomba en todo el partido. La opinión de Rodríguez de la Borbolla es que Díaz no puede competir en el congreso de Sevilla desde su puesto de Consejera de Presidencia porque la considera una "empleadora". Que reparte, cargo, dicho de otro modo.
La llave de la masa crítica del congreso la tiene, en realidad, la tranquila provincia de Jaén, muy pragmática, pero también molesta por la salida de Micaela Navarro del Gobierno -era la consejera de Bienestar-, pero, en especial, porque algunos destacados griñanistas la acusaron de encabezar una conspiración contra el presidente en el caso de haber perdido las elecciones. Si Jaén se posiciona junto a los críticos, éstos contarían con algo más del 30% de los delegados, pero es posible que prefieran la negociación.
Hay un factor, apuntado por los críticos, que es crucial en este asunto: el Gobierno andaluz aún no ha nombrado a los delegados provinciales. Según esta versión, un posicionamiento crítico de Jaén podría ser correspondido con el nombramiento de un delegado del Gobierno andaluz en esta provincia ajeno a la dirección actual. La minoría en Jaén es escasa: se articula en torno a la consejera de Educación, Mar Moreno, y la ex alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver. Lo que opinan los críticos es que la dirección socialista puede negociar con los jiennense con esa espada de Damocles; un asunto negado hasta la extenuación por el Gobierno andaluz, donde mantienen que los delegados no se han nombrado todavía por problemas de encaje jurídico.
A pesar de las razones que, en parte, pueda tener la Junta para acomodar legalmente una nueva estructura en las provincias, comienza a ser un clamor en estos territorios el malestar por que aún no se conozcan los nuevos delegados cuando las elecciones fueron el 25 de marzo y el Gobierno andaluz ya estaba en activo en mayo. Hasta después del congreso de Almería y alguno de los cónclaves provinciales posteriores no se conocerán sus nombres, a pesar de las presiones de IU que, como socios de Gobierno, quieren que se resuelva ya este asunto.
Los críticos de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Málaga -que son los que han conseguido delegados en el congreso- podrán contar con un portavoz distinto al mayoritario en sus provincias si quieren expresar una discrepancia con la posición ganadora. El informe de gestión de la Ejecutiva se discute mañana viernes, y ahí se medirá el pulso del congreso. Es casi seguro que la mayoría griñanista no cuente con los críticos de Málaga y Córdoba, que obtuvieron un resultado magro, pero sí es posible, que no probable, con Cádiz y con algunos de Sevilla, que llevan 45 de los 127 delegados de esta provincia. Más, por ejemplo, que algunas provincias. El acuerdo con los sevillanos, no obstante, se presenta un tanto difícil, toda vez que Susana Díaz, consejera de Presidencia del Gobierno de Griñán, se enfrentará una semana después, el 14 de julio, con este sector en un congreso provincial. Otro de los asuntos que debe resolver la dirección es el caso de Granada. Griñán aseguró que el ex consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, sería uno de los referentes de la Ejecutiva, pero no cuenta con el apoyo de su dirección provincial después de que desde Sevilla se intentará cuestionar a Teresa Jiménez, su secretaria provincial.
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