Piden 37 años a un pediatra acusado de abusar de niños
Carlos R.L. ejerció en centros de salud de la provincia entre 2008 y 2013 mientras permanecía fugado de la justicia colombiana
El pediatra colombiano que ejerció en centros de salud de la provincia de Almería entre 2008 y 2013 mientras permanecía fugado de la justicia de su país natal se enfrenta a penas que suman 37 años de cárcel acusado de abusar sexualmente de seis de sus pacientes menores de edad. Carlos Alexander R.L., de 44 años, protagonizó una segunda fuga tras sospechar de que había sido descubierto en España y fue detenido en Colombia, de donde fue extraditado en julio de 2016 tras cumplir la pena de prisión a la que fue condenado allí por hechos similares.
El Ministerio Público imputa al pediatra la presunta comisión de seis delitos continuados de abusos sexuales e interesa, al margen de cárcel, 42 años de libertad vigilada y el abono de indemnizaciones de entre 15.000 y 10.000 euros por el daño moral causado a las víctimas, una de ellas de tan solo cuatro años. Según indica el escrito de calificación provisional, consultado por Europa Press, Carlos Alexander R.L. prestó servicio como pediatra contratado por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en centros de los municipios de Huércal-Overa, Pulpí y Vera desde marzo de 2008 hasta septiembre de 2013. Así, "aprovechándose de su condición" de facultativo, establecía relaciones de "confianza" con las madres de los niños que acudían a su consulta como pacientes y se centraba, sobre todo, en aquellos que eran de nacionalidad colombiana como él.
La fiscal remarca que conseguía de este modo el "consentimiento" de las progenitoras para llevarse a sus hijos a pasar "una tarde, un rato, un día o un fin de semana" a su domicilio, ubicado en la localidad de Roquetas de Mar, "haciéndose cargo de ellos de manera exclusiva". Una vez en la casa, junto al que decía ser su hijo, también menor de edad, perpetraba supuestamente los abusos. Lo hacía tanto en el interior del domicilio como en la piscina comunitaria "guiado por el ánimo lúbrico". El escrito detalla "besos en la boca en múltiples ocasiones, tocamientos en los genitales", así como que dormía con ellos en "la misma cama" o que "aprovechaba la excusa de ducharse y secarlos" para la práctica "de sexo oral".
Entre las víctimas, de entre 4 y 13 años, figura un menor que en el momento de los hechos se encontraba ingresado en un centro de acogida y con quien el procesado se prestó a realizar funciones de "familia colaboradora" y un segundo que sufrió los abusos hasta los 17 años "porque le había hecho creer que eso era lo normal en su país. "El menor consistió a pesar del rechazo que sentía para poder seguir disfrutando de beneficios que su economía no le permitía", remarca el Ministerio Fiscal.
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