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"Los de Vox no me dan miedo, son unos papafritas"

Teresa Rodríguez | Adelante Andalucía

"Al desencantado con Pedro Sánchez le diría que mirara a la izquierda porque allí tiene dos opciones: una andaluza y otra con sede en Madrid"

"Criticar a Por Andalucía no nos vale para nada. La gente de izquierdas no quiere vernos peleándonos"

Teresa Rodríguez, fotografiada en la sede de Adelante Andalucía en Cádiz, en la calle Sagasta. / Miguel Gómez

Teresa Rodríguez (Rota, 1981) tiene dos obsesiones en esta campaña electoral: la primera es que la izquierda en Andalucía no pierda ni un solo voto que se pueda ir a la derecha o a la extrema derecha, y la segunda es que el electorado de izquierdas, y sobre todo los desencantados del PSOE, vean en la coalición que lidera, Adelante Andalucía, a un partido andalucista que quiere aplicar políticas de izquierdas y que tomará sus decisiones desde aquí, sin injerencias que vengan de Madrid.

–Su escaño por la provincia de Cádiz cuesta unos 30.000 votos, aproximadamente. ¿Eso está chupado, hay que trabajarlo o sería un milagro conseguirlo?

–Hay que trabajarlo, sin duda, y eso es lo que estamos haciendo en una campaña electoral en la que con toda sencillez estamos explicando nuestra candidatura, que es una alternativa andaluza desde la izquierda.

–Una campaña que creo que está siendo muy diferente...

–Sí, es una campaña diferente porque la impronta de la extrema derecha marca mucho, desde los temas que se están tratando hasta la participación. Confío en que en este caso haya una participación más potente de la izquierda, aunque sea por una simple cuestión de autodefensa.

–Y ustedes además se han quedado sin financiación en esta campaña porque sus ex socios de Por Andalucía así lo han querido.

–Ya. Pero a falta de financiación le echamos imaginación y militantes, gente que está dispuesta a repartir propaganda, pegar carteles y llevar el voto a las casas. Y hemos tenido que reducir mucho la infraestructura de los actos públicos. Como resumen le diré que en la campaña de las andaluzas de 2018 gastamos un millón de euros y que en esta invertiremos unos 120.000 euros que hemos recaudado con donaciones. Es una campaña más barata, pero más bonita.

–No le he escuchado en esta campaña, ni en ninguno de los debates, una sola crítica dirigida a Por Andalucía. ¿Por qué?

–Porque eso no vale para nada. Creo que sacar a relucir nuestras diferencias lo único que hace es desanimar al votante de izquierdas. Ahora bien, pienso que lo que ha hecho Por Andalucía al denunciarnos con la financiación o al intentar que no estuviéramos en los debates no contribuye a su propio éxito electoral, precisamente por eso, porque se desanima al electorado. La gente de izquierdas no quiere vernos peleándonos.

–Pero las dos candidaturas están disputándose los votos en el mismo ámbito de la izquierda...

–Yo no lo veo así. Mi intención es ampliar la base de la izquierda. Queremos que la gente se incorpore al voto de la izquierda, gente que venga de la abstención o gente que se sienta atraída por nuestras ideas andalucistas.

–Pero si le va bien a Adelante le irá mal a Por Andalucía, y viceversa, ¿no?

–O no, es que a lo mejor somos capaces los dos de tirar para adelante. Mire, ¿puede haber gente de izquierda que no pueda ver a Pedro Sánchez porque piense que no ha aplicado realmente políticas de izquierdas desde el Gobierno? Bien, pues yo lo que quiero es que esa gente no vaya ahora a votar a la extrema derecha. Quiero que miren más a la izquierda. Ahí verán dos opciones: una andalucista y otra con sede en Madrid.

–Insiste usted en que Adelante es una candidatura andalucista pero eso no es nuevo. A lo largo de los años todos los partidos han querido venderse con mayor o menor intensidad como andalucistas.

–Yo no dudo del andalucismo de los demás, ¿eh? Yo lo que digo es que nosotros somos un partido andaluz y que nadie desde Madrid nos va a obligar a tener una actitud distinta porque eseo le beneficia al partido. Nosotros ofrecemos esa garantía. Queremos que el partido que gobierne en Andalucía sea andalucista siempre y no sólo cuando los suyos gobiernan en Madrid. Ahora Moreno Bonilla dice que es andalucista, pero si Feijóo gobernara en Madrid, sus reivindicaciones volverían al cajón. Y hay que reclamar mucho: más infraestructuras, mas inversiones, más fondos de recuperación y un sistema de financiación justo.

–¿Cómo son sus relaciones con sus ex socios? ¿Se habla usted con Pablo Iglesias, Inma Nieto o Juan Antonio Delgado, por ejemplo?

–Con Juan Antonio Delgado sí mantengo una buena relación pero con los demás, no. Inma Nieto y yo no nos hablamos porque fue ella la que, aprovechando que yo estaba de baja por maternidad, me echó del grupo parlamentario de Adelante Andalucía con la connivencia de Pablo Iglesias.

–Visto lo visto aquel vídeo suyo y de Pablo Iglesias en febrero de 2020 anunciando su salida pacífica de Podemos fue una pantomima, ¿no?

–Por mi parte le aseguro que no. Hubo un acuerdo para en teoría mantener un espacio común, pero por la otra parte no se cumplió.

–¿Cuáles son las principales diferencias entre Adelante Andalucía y Por Andalucía?

–Desde el punto de vista programático compartimos muchas cosas. Si no nos hubiesen echado habríamos podido conformar un gupo parlamentario con un alma andalucista dentro. En cuanto a las diferencias principales, veo dos: nosotros tenemos nuestra propio voz andaluza y no vamos a seguir órdenes de Madrid, y por otro lado discrepamos sobre los cogobiernos con el PSOE. Siempre votaremos para que no haya gobiernos de derechas, pero si está el PSOE en ese nuevo gobierno, automáticamente pasaríamos a una oposición exigente y de izquierdas, como ya hicimos por ejemplo en ayuntamientos como los de Sevilla, Jerez o El Puerto de Santa María. Los gobiernos con los socialistas sólo les favorece a ellos, y ahí está el ejemplo del pacto PSOE-IU en la Junta (2012-2015).

La líder de Adelante Andalucía mira fijamente a la cámara antes de la entrevista con este periódico. / Miguel Gómez

–Es decir, que si Juan Espadas precisa los votos de Adelante Andalucía para gobernar puede contar con ellos.

–Por supuesto. Para frenar a la derecha, ahí estarán siempre nuestros votos, pero después nos iríamos a la oposición. Apoyaríamos un gobierno del PSOE pero negociando después todo. Para combatir a la derecha nosotros ni veíamos, ni vemos, cogobernar con el PSOE, especialmente en Andalucía porque era difícil explicar que íbamos a combatir los recortes sociales con una fuerza política que llevaba 37 años en el poder sin resolver los problemas estructurales de esta tierra y, además, habiendo protagonizados los casos más duros de corrupción.

–Resumiendo, que Adelante sólo gobernará en Andalucía si tiene los 55 parlamentarios que supondrían una mayoría absoluta.

–Es que mi apuesta no es a corto plazo. Yo quiero un espacio en el que sea concebible una Andalucía sin tanto bipartidismo. Es curioso, pero para mí el conservadurismo en Andalucía son las políticas de izquierdas, porque tenemos que conservar lo que tenemos.

–¿Aprecia usted diferencias entre este PSOE de Juan Espadas y el de Susana Díaz?

–Para nada. Los mismos socialistas que apoyaban a Susana Díaz son los que ahora apoyan a Juan Espadas. Ojalá el PSOE se diera la vuelta como un calcetín, pero sólo ha habido un cambio de caras.

–Y usted, que fue el principal azote de Susana Díaz en la penúltima legislatura (2015-2018), ¿ha visto muchas diferencias entre la gestión socialista y la del Gobierno PP-Ciudadanos?

–Ha habido políticas muy parecisas. En fiscalidad, por ejemplo, Susana Díaz, con el apoyo de Ciudadanos, ya redujo los impuestos a las grandes rentas y el PP lo ha mantenido. En educación ha seguido el cierre de líneas pero sólo en la pública. Y en sanidad ha habido un deterioro palpable de la sanidad que empezó con el PSOE en 2008 y que ha incluido un ritmo de privatizaciones que ahora se ha incrementado. Esos son datos objetivos, así como que ha habido muchos acuerdos entre el PSOE y el PP en esta legislatura, como en materia de urbanismo o de regadíos. Ambos partidos apuestan por el mismo modelo económico.

–En los debates se le ha visto como la más beligerante contra la candidata de Vox. ¿Eso da votos en el electorado de izquierda?

–Huy, ni idea. Pero sí es verdad que tenía ganas de responderle algunas cosas.

–¿Y a usted le da miedo que Vox entre el Gobierno andaluz?

–A mí no me da miedo Vox. Además, después cuando entran en los gobiernos son unos papafritas, como se está viendo en Castilla y León. Los de Vox lo único que quieren es tener un altavoz cada vez más grande para soltar sus barbaridades. Ojalá no gobiernen y nos podamos ahorrar ese sarampión, pero no me dan miedo.

–Pues todo apunta a que vienen muchos votos para Vox, sobre todo desde el ámbito rural.

–Claro, pero es que, de un tiempo para acá, ¿qué ha hecho la izquierda por esos trabajadores del campo? Porque antes había por lo menos una cobertura de servicios públicos potentes y planes de empleo que servían de paliativo. Pero desde 2008 la clase obrera viene sufriendo mucho, y el mundo rural mucho más aún porque están en una situación más vulnerable. Si desde la izquierda les hubiésemos garantizado los costes de producción a los trabajadores del campo... Pero la cobardía de la izquierda ha impedido que se intervinieran los mercados. Y eso es terreno abonado para la extrema derecha, que se está sabiendo articular como la fuerza de castigo contra el resto de partidos. Pero, vamos, que a veces sobre Vox proyectamos una sombra mas grande de lo que realmente son. Ellos son los fachas de toda la vida que en Andalucía tienen su centro neurálgico en el barrio de Los Remedios de Sevilla.

–La sociedad andaluza está muy preocupada por la escalada en los precios. ¿Eso se puede combatir desde Andalucía o la culpa es de Madrid y de Bruselas?

–La culpa viene por no intervenir los mercados. Es que el oligopolio eléctrico ha duplicado sus beneficios durante la crisis de la pandemia y, en cambio, hay escasez de materias primas y los expertos hablan de un colapso medioambiental que está cercano. ¿Por qué hemos dejado de cultivar trigo en Andalucía? Porque los mercados lo regulaban todo. Y ningún gobierno le ha puesto el cascabel al gato porque eso supondría intervenir la economía. Pero desde la Junta se puede hacer algo, como dejar de dar licencias a macroproyectos foltovoltaicos que sólo dan beneficios a los fondos de inversión y al oligopolio eléctrico y apostar en cambio por proyectos más pequeños, de cercanía, con pymes andaluzas que además propicien el autoconsumo para los territorios.

–¿Cuál será el futuro de Adelante Andalucía si el domingo no consigue el resultado esperado?

–Sea el resultado que sea, Adelante va a seguir. Si no tenemos representación, cosa que no va a ocurrir, no nos vamos a disolver. Nuestro convencimiento de crear una izquierda andalucista es firme y tenemos 2.000 militantes dispuestos a ello. Nuestro lema es un pie en las instituciones y mil pies en las calles.

–¿Y el resultado del 19-J puede influir en que Kichi decida presentarse o no a su reelección como alcalde de Cádiz en 2023?

–Todo influye pero, vamos, él no va a dejar de presentarse porque pierda apoyo en estas elecciones del 19-J. Si al final no se presenta será porque así lo decidamos en el partido de manera colectiva.

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