La irrupción de Vox coloca a Juanma Moreno en la entrada de la Junta
Ganador elecciones andaluzas
Juan Marín y el líder del PP ya han hablado y se conjuran para lograr el cambio
Habrá cambio en la Junta. El calificativo de histórico se ha utilizado en demasiadas ocasiones de un modo muy ligero, pero la noche del 2 de diciembre se ha ganado la apreciación: la irrupción de Vox, el partido de extrema derecha, ha terminado por conceder la mayoría del Parlamento andaluz a los partidos de la derecha. La suma de PP, Ciudadanos y Vox alcanza los 59 escaños, cuatro por encima de la mayoría absoluta. Si se produjese un acuerdo entre estas formaciones, Juanma Moreno, el candidato popular, se convertiría en presidente de la Junta de Andalucía.
Juan Marín ha explicado este lunes que su alternativa para el cambio pasa por un acuerdo por el PP, aunque él quiere ser el presidente. Ciudadanos alega que es el único que ha subido en apoyos, además de Vox.
El PP mantiene que Juanma Moreno es el más votado, por lo que no cabe esa posibilidad.
"Sabíamos que Andalucía quería un cambio, ha votado cambio y Andalucía tendrá un cambio", ha explicado esta noche Moreno al valorar los resultados. Durante la campaña electoral, PP y Ciudadanos mantuvieron que se aliarían en caso de que sumasen, y ninguno de sus líderes rechazó el posible apoyo de Vox. Por, tanto, habrá cambio.
El PSOE gobierna en Andalucía desde el inicio de la autonomía, desde 1982. Sólo una vez, en marzo de 2012, ganó el PP, pero la victoria de Javier Arenas fue insuficiente. Ahora ha ocurrido lo contrario: con un gran desgaste en votos, el PP es la segunda fuerza, pero con grandes posibilidades de dirigir la Junta. Lo que no consiguió Arenas con la moderación y ampliación de la base electoral popular, lo ha conseguido Vox, al arrastrar un enorme descontento con el Gobierno andaluz hacia una opción de cambio.
El PP contará ahora con 26 escaños, Ciudadanos con 21 y Vox, con 12. El PSOE se queda con 33 sillones y Adelante Andalucía, con 17.
El PSOE ha ganado las elecciones de un modo pírrico. Susana Díaz se ha dejado 14 escaños en estas elecciones, una verdadera debacle que es mayor si se considera que los socialistas no lograrían sumar ni con Adelante Andalucía ni con Ciudadanos. La pérdida de votos de los socialistas se debe en mayor parte a la desmovilización de su electorado en unas de las autonómicas con mayor abstención de la historia. El porcentaje se queda lejos, incluso, del 30%. Al cierre de esta edición, con el escrutinio prácticamente situado en 99%, el PSOE obtiene un 28,08% de los apoyos y por debajo del millón de votos.
La debacle de Susana Díaz se debe a la desmovilización socialista más que a un trasvase hacia otras fuerzas. La actual presidenta imprimió un tono muy bajo a la campaña electoral y no fue capaz de ver la ola que le sepultaba, una ceguera de la que también pecó con motivo de las elecciones primarias dentro del PSOE. Realizó una campaña de ganadora, cuando, en realidad, estaba en riesgo su liderazgo.
Susana Díaz ha dicho que volverá a intentar ser presidenta, con los apoyos de "los partidos constitucionalistas" que rechacen a la extrema derecha, pero parece que no tiene posibilidades. El día 27 de diciembre se constituye el Parlamento andaluz, y a mediados de enero Juanma Moreno puede ser presidente si le vota Ciudadanos y Vox.
El PP es la segunda fuerza. Su bajada también es significativa, pasa de 33 escaños a 26, pero tal pérdida le sabrá a miel. Los populares obtienen un 23% de los apoyos y sólo ha logrado quedar primero en la provincia de Almería. Estas son las segundas elecciones a las que se presenta Moreno, un líder muy cuestionado dentro de sus propias filas. De hecho, su campaña ha necesitado del apoyo constante del líder nacional, Pablo Casado.
Para Casado, que apenas lleva 100 días en la dirección de Génova, recibe un fuerte espaldarazo. Por vez primera, el PP gobernará en la comunidad más poblada de España.
Ciudadanos obtiene un buen resultado; de hecho, es el único partido, junto a Vox, que ha ganado apoyos. Sin embargo, el resultado no es el esperado, ya que el partido naranja no ha logrado adelantar al PP. A Juan Marín le pusieron un listón muy alto: ganar al PP, pero ha logrado doblar los nueve escaños que consiguió en 2015. El partido naranja se queda con 21 escaños, y a solo dos puntos de los populares.
Adelante Andalucía, la coalición de Podemos y de Izquierda Unida, no ha logrado cumplir tampoco las expectativas, que era la de mantener, al menos, los 20 escaños. La coalición liderada por Teresa Rodríguez se queda con 17 escaños, apenas suma un 15% de los apoyos.
Vox ha conseguido 12 escaños, tiene representación en todas las provincias y entra casi con un 11%. Ningún partido de extrema derecha había obtenido nunca una representación en la comunidad y, mucho menos, en unas elecciones autonómicas. Vox propone la devolución de las competencias de educación, sanidad y justicia a Madrid, la derogación de la ley de violencia de género y la expulsión de los inmigrantes irregulares.
Pero no han sido estas propuestas las determinantes, sino que ha conectado con un electorado que, por diversas razones, estaba cansado de tantos años de socialismo en la Junta. Le han votado en las ciudades, pero también en los pueblos del interior, ha recogido votos de los cazadores, de los parcelistas cordobeses, de los nostálgicos y de los cansados con la inmigración.
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