Los embalses de Andalucía no tenían tanta agua desde hace casi seis años

Los pantanos del Guadalquivir sobrepasan los 4.777 hectómetros, el 59% de su capacidad

Las cuencas gestionadas por la Junta están por encima de la media de la última década

Los embalses de Andalucía reciben más agua en un día que en toda la semana

Embalse de el Limonero en Málaga esta misma semana.
Embalse de el Limonero en Málaga esta misma semana. / Javier Albiñana
Óscar Lezameta

31 de marzo 2025 - 06:00

Han hecho falta cuatro borrascas con nombre (Jana, Konrad, Laurence y Martinho) y dos danas para que la situación de los embalses de la comunidad autónoma recuperen un nivel de almacenamiento en consonancia con años que ya no se recordaban. Poco han tardado las administraciones en poner fin a las restricciones que se vivían tanto en el suministro como en el riego en varias zonas de la comunidad autónoma. No obstante y a pesar de que el almacenamiento de recursos sobrepasa entre todos los pantanos de Andalucía los 7.000 hectómetros cúbicos, hay que tener en cuenta de que a pesar de la gran cantidad de agua caída a lo largo de las últimas semanas, la media de su capacidad no llega ni al 60%. Sí ha servido para romper una tendencia más que peligrosa y es la de quedarse en un estado de sequía permanente, con limitaciones constantes.

La situación es notablemente mejor que la de hace unos meses y, tal vez lo que es aún más importante, rompe una serie de malos años hidrológicos. No obstante y a pesar de que estas últimas tormentas han repartido como pocas veces ocurre las precipitaciones de oeste a este de Andalucía, la irregularidad de las precipitaciones hace que en los lugares donde era necesario que se almacenaran más recursos, es justamente donde menos lo ha hecho.

Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Cuenca del Guadalquivir consultados por este periódico, los embalses de dicha cuenca superaban los 4.777 hectómetros cúbicos. Al analizar la evolución del volumen embalsado al inicio del año hidrológico (1 de octubre) de los últimos 25 años, la tendencia no puede ser más preocupante. Lejos quedan los más de 7.591 hectómetros cúbicos a los que se llegó en el segundo trimestre del año 2012. Desde esa fecha, la tendencia es claramente descendente y los responsables de la gestión de ambas demarcaciones (la CHG y las dependientes del Gobierno autonómico) llaman la atención sobre la misma. Para entender la gravedad de las consecuencias del cambio climático, cabe decir que la cifra de recursos conseguida en este ejercicio es la duodécima más baja desde hace 25 años.

Volumen embalsado a 27 de marzo
Volumen embalsado a 27 de marzo / Dpto. Infografía. Fuente: Confederación Hidrográfica del Guadalquivir

De ver los embalses medio llenos, siempre se puede apuntar a que estamos mejor que el año pasado, o que hace dos cuando se llegó a un dramático nivel de 2.073 hectómetros cúbicos, o también que en 2017 cuando poco antes de acabar el primer trimestre, los pantanos del Guadalquivir sobrevivían con 2.529, pero siguen lejos de la tendencia histórica. De nuevo hay que mirar a caños como 2009, 2010, 2012 y 2013 cuando sobrepasaban los 7.000 hectómetros almacenados para ver la botella medio vacía y volver a recordar la necesidad de no malgastar los recursos que siguen siendo escasos.

Pese a que parece que los días de lluvia se repiten como nunca, la memoria meteorológica se empeña en esgrimir su fragilidad. Entre los pasados 17 y 19 los embalses del Guadalquivir vieron crecer su nivel en algo menos de 478 hectómetros cúbicos. En marzo del año pasado, la tormenta Nelson duplicó esa cifra. Es cierto que estas cuatro tormentas que barrieron la comunidad autónoma, son las segundas en aportación. Ganan a las dos danas de octubre y noviembre y a la tormenta Garoé, pero apenas hace un año, se lograron mejores cifras.

De hecho, de los 49 pantanos y embalses de la cuenca del Guadalquivir, 22 se encuentran llenos, con niveles bien del 100% o por encima del 90%. Por poner un ejemplo; el pasado viernes la aportación a los mismos fue de más de 28 hectómetros cúbicos, aunque fue necesario desembalsar más de 18; ocho embalses precisaron aliviar sus niveles de llenado en las provincias de Huelva, Sevilla, Jaén y Córdoba.

El embalse San Rafael de Navallana en Córdoba desembalsa agua.
El embalse San Rafael de Navallana en Córdoba desembalsa agua.

Cuencas andaluzas

En lo que se refiere a las cuencas gestionadas por la Junta, todas ellas comparten un mismo diagnóstico: se encuentran por encima de la media de los últimos diez años. Sobresale la del Tinto-Odiel-Piedras que la supera por diez puntos, ya que pasa del 62,8% de la última década al actual 73,3%. Las instalaciones onubenses sobrepasan los 834 hectómetros cúbicos, cuando la media es de 715. Algo similar ocurre en las Cuencas Mediterráneas (Málaga y Almería) que llegan a los 600 hectómetros (un 52%) cuando la media histórica no alcanzaba los 563 (48,8%). Por último, el sistema Guadalete-Barbate, es el que menos ha variado respecto a la media histórica, ya que pasa del 52% de su capacidad apenas a un 53%. Entre todas ellas, se llega a los 2.312 hectómetros, es decir la mitad que la del Guadalquivir.

Sea como fuere, es de celebrar que desde el 7 de agosto del año 2018, los pantanos de la comunidad no llegaban a un nivel de recursos como el que viven estos días y también la actitud de unas autoridades gestoras de ellos que advierten de que no está todo conseguido y que no hay problema alguno. Porque sí los hay y son serios. Los recursos siguen siendo insuficientes para eliminar las limitaciones del riego: El Sistema de Regulación General apenas llega al 49,2% del total, con poco menos de 2.800 hectómetros. Dicho de otra manera; sigue faltando agua, por mucho que haya llovido.

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