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Los incendios forestales han quemado hasta julio 9.500 hectáreas en Andalucía, el triple que en 2021

El número de siniestros está por debajo de la media, pero aumenta notablemente la superficie afectada

Los peores incendios forestales de Andalucía

Andalucía deberá establecer medidas especiales para los días de riesgo extremo de incendios

Pinares calcinados en el incendio de Sierra Bermeja. / Javier Flores
Raquel Montenegro

06 de agosto 2022 - 05:00

El fuego ha arrasado hasta finales de julio alrededor de 9.500 hectáreas en Andalucía, el triple que en el mismo periodo del año anterior. Según los datos que el Infoca ha comunicado a lo largo del año, en este 2022 se han producido menos incendios que la media habitual, pero con una mayor superficie afectada.

En un año en el que España está padeciendo los peores registros de fuegos en décadas y ante la preocupación por la voracidad de estos, en Andalucía el número de siniestros (poco más de 400) se ha mantenido por debajo de los 450 de media de la última década. Jaén es la provincia con mayor incidencia en términos cuantitativos, seguida de Huelva, la de mayor masa forestal arbolada de Andalucía. En cambio, en cuanto a superficie afectada destaca con mucha diferencia Málaga, que copa dos tercios del suelo quemado en la comunidad en este periodo.

En ello pesa fundamentalmente el incendio registrado en Sierra Bermejael pasado mes de junio, el mayor del año, que llegó a calcinar 4.800 hectáreas de terreno y que tardó 19 días en darse por extinguido tras forzar el desalojo por prevención de cerca de 2.000 vecinos de la localidad de Benahavís, de Velerín Alto y de las urbanizaciones Montemayor, Marbella Club y Benahavís Hills. A mediados de julio se declararía en Mijas otro gran fuego que acabaría por arrasar 2.000 hectáreas, aunque este no se dio por extinguido hasta el 3 de agosto. Este obligó a desalojar de forma preventiva a más de 2.700 personas de sus viviendas.

Otro gran siniestro del año es el que se vivió en Doñana, declarado el pasado 25 de julio, que afectó a 1.100 hectáreas de Almonte y causó el desalojo de 236 viviendas de las zonas de El Porretal, La Cañada, La Tirimbola y el paraje de Los Reyes.

De los 400 siniestros registrados en este 2022, más de tres cuartos corresponden a conatos, con una superficie inferior a una hectárea. Y de las 9.500 hectáreas quemadas, el 60% son de superficie arbolada, mientras el resto es matorral. La evolución de la superficie afectada ha sido desigual en la última década. Con puntos bajos en 2018 (760 hectáreas) y el año de la pandemia (1.500), también tuvo dos picos de máximos en 2015 (12.150) y 2017 (casi 10.000).

Las causas

Una de las grandes preocupaciones en torno a los incendios que se están produciendo este verano es la posibilidad de que se esté incrementando el número de fuegos intencionados. Por ahora, tres cuartas partes de los siniestros están todavía en fase de investigación y de los resueltos en torno a un 13% se deben a negligencias (quemas, barbacoas) y un 7% responden a una intencionalidad del ser humano. Siniestros accidentales, naturales y de origen desconocido completan el abanico de posibles causas.

Para prevenir las negligencias, durante el período de alto riesgo de incendios forestales (del 1 de junio a octubre) está prohibido el uso del fuego y la circulación de vehículos a motor en los espacios forestales y de influencia forestal de Andalucía, es decir, en los terrenos ubicados en una franja de 400 metros alrededor de estas zonas. En cuanto al fuego, la prohibición incluye tanto las quemas agrícolas como la realización de barbacoas, incluso en las áreas recreativas.

Entre las excepciones a esta orden, que deben contar siempre con la aprobación previa de la delegación territorial de la provincia correspondiente, se encuentran la preparación de alimentos en campamentos infantiles y el uso de calderas de destilación, hornos de carbón y piconeo. Asimismo, también podrían realizarse barbacoas en establecimientos de alojamientos turísticos y en restaurantes rurales que, en ambos casos, estén previamente autorizados para ello.

Respecto al tránsito de vehículos a motor, entre los pocos casos contemplados como excepcionales se encuentran, por ejemplo, el uso de las servidumbres de paso, los servicios de emergencia o de extinción de incendios y las actividades ecoturísticas autorizadas.

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