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La izquierda inicia su enésimo camino a una imposible unidad en Andalucía

Los nuevos responsables de Izquierda Unida y Podemos hacen sendos llamamientos a crear una alianza electoral que Adelante Andalucía rechaza

Raquel Martínez y Antonio Maíllo buscan una estrategia para articular el voto a la izquierda del PSOE

Por Andalucía esquiva, por ahora, la ruptura entre Sumar y Podemos

Presentación de Por Andalucía el 11 de mayo de 2022. / Julio Muñoz / EFE
Óscar Lezameta

13 de enero 2025 - 05:00

Raquel Martínez, la nueva coordinadora de Podemos Andalucía cumplió a últimas de la semana pasada dos tradiciones. La primera, presentarse; la segunda volver a hacer un llamamiento a la unidad de la izquierda. Una coronada con éxito y la otra condenada a un nuevo y más que previsible fracaso. Para el primero de esos escenarios, nada mejor que un Parlamento de Andalucía vacío por la conclusión de este periodo de sesiones. Entre la cafetería y los despachos, la nueva cabeza visible que sustituye al frente de la coalición a Martina Velarde, departió con los responsables de Por Andalucía y de Adelante. Falta un PSOE que comparte tareas de gobierno en Madrid con Sumar, pero que en Andalucía todavía tiene que aclarar su estructura de poder. Mejor dicho, María Jesús Montero tiene tarea, al menos hasta la celebración del congreso en Armilla, con unir a las distintas familias socialistas antes de preocuparse por hacerlo con las fuerzas progresistas.

La coordinadora de la formación morada, poco antes de su visita a la Cámara andaluza, había pasado por Canal Sur, en cuyos estudios expresaba su convencimiento de que “una estrategia o una alianza para las autonómicas de todos los partidos a la izquierda del PSOE, es una posibilidad”. Tardó segundos en recordar lo hercúleo de la tarea: “la izquierda es mucho más complicada, porque somos mucho de ideas y de debates”. De nuevo sobre el tapete, la incapacidad casi estructural por arbitrar una plataforma conjunta.

Dos días tardó el líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, en transitar la misma senda: “el problema que hemos tenido en la izquierda es pensar que con alianzas de referentes personales, de gente que en un momento dado puede ser más o menos sexy, se hacen proyectos políticos. Éstos se pueden producir en determinados momentos con un efecto electoral positivo, pero no tienen solidez para la permanencia en el tiempo”. Por ello, pidió reiteradamente “la necesidad de construir un proyecto sólido, con menos fulanismo y más proyecto colectivo”.

Esa “necesidad” apuntada por ambos pretende dar respuesta a las peculiaridades del sistema electoral que castiga la dispersión de voto entre distintas candidaturas en favor de bloques más amplios. De hecho, en las pasadas autonómicas, menos de diez mil votos supusieron la pérdida de cuatro escaños para los partidos de la izquierda. No parece mucho, pero podían haber impedido la mayoría absoluta de la que disponen los populares en el Parlamento.

En cualquier caso, esos llamamientos no parecen, al menos por el momento, llamados al éxito. En principio Adelante Andalucía –aludidos directamente por la coordinadora de Podemos– no está dispuesto a dar ese paso. La traumática ruptura entre Teresa Rodríguez y la formación morada y el resto de integrantes de Por Andalucía que comenzaron con discrepancias con las líneas impuestas desde la dirección que, por entonces capitaneaba Pablo Iglesias, aún sigue pasando. Tanto que tuvo que intervenir el Tribunal Constitucional para determinar que éstos últimos habían vulnerado sus derechos de representación política.

Fuentes de Adelante consultadas por este periódico, señalaron que el camino iniciado entonces de una posición más andalucista y no sometida a las directrices que emanan de las direcciones nacionales de los partidos, continúa firme. De hecho, en sus intervenciones parlamentarias, el portavoz de la formación, José Ignacio García, hace gala de que son los únicos que no se pliegan a las mismas. A pesar de que el encuentro entre ambos dirigentes se produjo, las posturas no están en camino de moverse de sus principios iniciales.

José Ignacio García (Adelante) conversa con Juan Antonio Delgado (Podemos).

La ventaja con la que cuentan en Andalucía, al menos por el momento, es la más que buena relación entre los integrantes de Por Andalucía; dicho de otro modo, el buen rollo que hay entre ellos. Mientras que en el Congreso de los Diputados, los cinco diputados de Podemos abandonaron la coalición Sumar y se integraron en el grupo mixto (Ione Belarra, Lilith Vertsrynge, Javier Sánchez Serna, Noemí Santana y Martina Velarde) que perdió uno por el camino tras el abandono de Vertsrynge de su actividad política y ser sustituida por Candela López que se integró en Sumar.

En Andalucía tres de los cinco parlamentarios que forman la coalición Por Andalucía, pertenecen a Podemos. Se trata de Juan Antonio Delgado, elegido por Cádiz; Alejandra Durán, por Granada y José Manuel López Jurado en representación de Córdoba. Junto a ellos, el grupo lo integran Esperanza Gómez, de Más País e Inma Nieto, la portavoz del grupo y que proviene de Izquierda Unida en la provincia de Cádiz. La autonomía que ahora Podemos esgrime como una de sus bazas para que las distintas federaciones adopten las decisiones de manera autónoma, hace que, de momento, esa armonía que parece vivir la coalición, no peligre. Otra cosa será cuando el calendario electoral se acerque a sus fechas claves. Las discrepancias entre los distintos partidos, no conocen siglas y todos tratarán de buscar su espacio, de ganar protagonismo y de buscar un papel que, por ahora no tienen.

Mientras tanto, Sumar busca consolidar un protagonismo que parece haber perdido. Desde la formación aseguran que esa “unidad” buscada y añorada, sigue siendo uno de los objetivos básicos de su andadura a recuperar el papel de liderazgo que se disputa con un renacido Podemos.

Las discrepancias, pues, seguirán marcando el devenir de los partidos a la izquierda del PSOE. En Andalucía, se ha pagado un peaje extremo por esa división. Hay que recordar que IU llegó a tener hasta 20 diputados en el hospital de las Cinco Llagas en la etapa de Luis Carlos Rejón. En el caso de Podemos, cuando Teresa Rodríguez concurrió a las autonómicas de 2015, llegó a sumar 15 asientos en la Cámara andaluza, cuatro más que en las siguientes que se quedaron en 11. Hoy apenas llegan a cinco a los que se añaden los dos de Adelante. El último barómetro publicado por la Fundación de estudios Andaluces (Centra) el pasado mes de diciembre, otorgaba entre 6 y 8 escaños a Por Andalucía, mientras que Adelante consolidaría los dos actuales con una tendencia a poder ganar uno más.

El precio de la división de la izquierda es demasiado caro y cuesta unos escaños que pueden marcar la diferencia entre lograr una mayoría absoluta o no hacerlo, entre armar una alternativa, un proyecto sólido, o continuar en la irrelevancia.

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