Las luces de las ciudades deben bajar al mínimo a partir de las once de la noche

El Consejo de Gobierno aprueba el Reglamento de Contaminación Lumínica que establece el horario nocturno de 23:00 a 6:00

Los ayuntamientos deberán regular los alumbrados festivos y navideño siempre con sistemas de ahorro energético

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Encendido y luces navideñas en Granada.
Encendido y luces navideñas en Granada. / Pepe Torres

La iluminación de las ciudades y pueblos de Andalucía tendrá que bajar al mínimo durante las noches. El Consejo de Gobierno aprobó ayer el decreto con el nuevo Reglamento de Contaminación Lumínica de Andalucía y la principal novedad es que en los municipios de la comunidad autónoma habrá un apagón generalizado entre las 23:00 y las 06:00 horas, en el denominado horario nocturno. En esa franja horaria se mantendrán apagadas todas las instalaciones de alumbrado exterior salvo las necesarias para la prestación de una actividad concreta y determinada, y las necesarias por motivos de seguridad. Como mínimo, se podrán considerar necesarias por motivos de seguridad las instalaciones de alumbrado vial, específíco, de vigilancia y seguridad nocturna y balizamiento, siempre que den servicio en zonas con uso nocturno.

Esto afecta también a las infraestructuras que deberán tener la iluminación adecuada por motivos de seguridad pero si se trata de alumbrado vial, tendrá que tener unos niveles de iluminación reducidos. En caso de tratarse de otro tipo de luz que no sea el de las calles y no necesario por motivos de seguridad, la instalación debe apagarse en el horario nocturno.

Los ayuntamientos podrán ampliar este horario nocturno y también retrasar su inicio en una hora, de manera justificada y sólo en zonas y en épocas del año concretas.

Hay otro precepto relevante. Los municipios podrán calificar las vías de sus localidades de manera diferente de forma que en algunas se mantenga una mayor iluminación, las más transitadas o las que tienen actividades nocturnas, mientras que para el resto la iluminación será mucho menos intensa, con lo que se reduce la contaminación lumínica.

Los anuncios

En horario nocturno, sólo podrán estar encendidos las señales y los anuncios luminosos con función informativa de servicios que estén operativos, como sucede por ejemplo con las farmacias de guardia. En los recintos deportivos, el alumbrado exterior se dividirá en sectores para adecuar el tiempo de iluminación al uso que se esté haciendo.

La norma aprobada por el Gobierno andaluz deja en manos de los ayuntamientos la regulación especial del alumbrado en las fiestas locales y en la Navidad, pero siempre con un sistema que minimice la contaminación lumínica y el consumo energético. Este artículo ha sido muy polémico y objeto de una larga negociación entre la Junta y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, FAMP, ya que en los últimos años se ha desatado una especie de competición entre los alcaldes para ver quién adorna con más luces su municipio. De hecho, estas iluminaciones son un motivo de atractivo turístico en una época considerada como temporada alta.

A partir de ahora, será obligatorio determinar los días exactos de esa iluminación navideña, el horario estricto y que los sistemas utilizados sean de bajo consumo y bajo impacto medioambiental. Hay también un horario de transición previo al apagado y posterior encendido en el que la flexibilización de la intensidad de la luz .

Hay otras medidas a tener en cuenta. Porque, en general, las luces de las ciudades serán menos intensas respectando los niveles máximos de iluminación que incluye la normativa estatal básica. Aunque en Andalucía la norma es más restrictiva ya que la norma estatal prevé que se amplíe en un 20% esos niveles, un extremo que en Andalucía sólo se podrá superar bajo justificación. La normativa recoge sanciones de hasta 30.000 euros para quienes no cumplan con los topes máximos de emisiones o mantengan las luces encendidas en el horario no permitido.

Los observatorios de Calar Alto y Sierra Nevada

La Consejería de Medio Ambiente que preside Catalina García defiende que el cielo nocturno de Andalucía es un patrimonio natural que está amenazado por la contaminación lumínica generada por instalaciones de alumbrado exterior o gestionadas sin criterios de sostenibilidad. Asimismo, causa daños a los ecosistemas, provocando alteraciones en los ciclos vitales y en los comportamientos de las especies animales y vegetales y también afecta a la salud de las personas, además del derroche energético y económico que puede suponer. A eso se suma la importancia científica internacional que tienen los observatorios de Calar Alto y Sierra Nevada, que además favorecen el turismo relacionado con el estudio de la Astronomía, promueve la consultoría ambiental y la I+i, vinculada al desarrollo instrumental y de tecnologías de iluminación sostenibles.

El diseño

El decreto recoge criterios ambientales en el diseño y el uso de las instalaciones de alumbrado exterior y también se detalla el modelo de autorizaciones para instalar actividades que puedan generar contaminación lumínica.

Porque una de las motivaciones de este decreto del Gobierno andaluz es reducir la contaminación lumínica, un concepto que en Andalucía no se había desarrollado siguiendo las últimas directrices de la Unión Europea. Se pretende prevenir, minimizar y corregir la dispersión de luz artificial hacia el cielo nocturno, así como preservar los entornos naturales y reducir la intrusión lumínica en zonas distintas a las que se pretende iluminar, principalmente el interior de edificios residenciales.

La regulación de la iluminación de las ciudades se hacía siguiendo un decreto de 2010 que fue anulado por una sentencia de 2016 del Tribunal Supremo que consideró que no se había tramitado adecuadamente ante el Consejo Andaluz de Gobiernos Locales.

Así, se evitan los efectos nocivos de la contaminación lumínica originados por la luz azul, la más dañina para las personas y los seres vivos durante la noche. En la norma se limita el uso de este tipo de luz a las necesidades de uso mediante un indicador denominado índice espectral G que cuantifica exactamente la cantidad de radiación azul de cada fuente emisora. Este indicador ha sido desarrollado por un astrofísico andaluz y su uso ha sido recomendado en documentos técnicos de la Unión Europea.

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