María Jesús Montero se resfría

A una semana del Congreso Regional del PSOE-A, la candidata sufre el peso del Ministerio de Hacienda mientras su partido en Andalucía se pone de perfil sobre la tributación del salario mínimo

Un día después del cónclave de Granada debe afrontar la negociación fiscal con Cataluña

El alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, está haciendo de contactos entre los territorios y la vicepresidenta del Gobierno

Montero anuncia la expropiación del Algarrobico

María Jesús Montero y Nuria López, de CCOO; este viernes en Sevilla.
María Jesús Montero y Nuria López, de CCOO; este viernes en Sevilla. / Julio Muñoz/EFE

A priori el cargo de ministra de Hacienda no es el puesto más aconsejable para emprender una carrera electoral en solitario, la guardiana de la caja es un cancerbero que protege los intereses del Estado frente a las tentaciones populistas de sus compañeros de Gobierno, la aguafiestas del programa electoral. María Jesús Montero, candidata del PSOE de Andalucía, contaba con ello, pero esta semana ha sufrido cómo un socio de Moncloa, la ministra Yolanda Díaz, aprovechaba esta circunstancia con ciertas malas artes. Lo podía esperar del PP pero no de Sumar, ese partido al que ella tanto ha querido.

De este modo, Montero iniciará la semana del Congreso Regional del PSOE de Andalucía con la certeza de que concentrar en su persona la candidatura y el Ministerio de Hacienda es un riesgo. Hay quien sostiene en Sumar que la ministra ha preferido encajar la tributación de salario mínimo este año para no esperar a 2026, cuando se producirá su cita electoral. Su almanaque es un campo de minas.

El día después del congreso, el 24 de febrero, se reúne la comisión bilateral Estado-Generalitat que debe refrendar el acuerdo político de la investidura de Salvador Illa, y el 28-F, Día de Andalucía, está citada la comisión económica, que tiene que dibujar la transición de los traspasos fiscales a Cataluña. En medio, el miércoles 26, está agendado el Consejo de Política Fiscal y Financiera que tendría que aprobar la quita de la deuda a las comunidades. Hacienda aún no ha revelado qué cifra corresponde a cada autonomía. El PP se frota las manos.

María Jesús Montero comenzó la jornada del lunes con el campanazo de la expropiación del hotel del Algarrobico y tenía previsto comparecer en la rueda de prensa del Consejo de Ministros del martes, pero se quedó fuera de juego a causa de un gripazo. Yolanda Díaz, con un enfado monumental que revelaba cierta impostura, le acusó desde la sala de prensa de Moncloa de comerse por avaricia una parte de la última subida del Salario Mínimo Interprofesional y llegó a amenazar con votar en contra de la tributación si algún grupo lo lleva al Congreso. Si Montero hubiera estado en esa mesa, Yolanda Díaz no se habría comportado así, pero la ministra portavoz, Pilar Alegría, carece de las habilidades humanas de la vicepresidenta sevillana.

El choque entre ambas posiciones en el Gobierno se va a mantener en las próximas semanas, y ni Díaz ni Montero parecen ceder, lo que se traducirá en una cortina de interferencia para la sevillana justo en los días en que celebrará el congreso regional de donde saldrá investida líder del PSOE de Andalucía. Como éstas, Montero tendrá que afrontar muchas más hasta que Juanma Moreno convoque las elecciones autonómicas.

La organización socialista en Andalucía también tiene un gripazo, pero parece más duradera que la de Montero. Y más preocupante. Con la ministra fuera de juego por el virus, cada uno de los secretarios provinciales, a excepción del de Cádiz, se puso de perfil ante la tributación del salario mínimo. Susana Díaz sí salió en su defensa, pero poco más. Los socialistas andaluces se han quedado sin pulso, la nueva secretaria general va a tener que confeccionar un equipo potente el próximo fin de semana en el congreso de Granada. Si no tiene un gran Ejecutiva sobre el terreno, el proyecto naufragará.

Y no hay pistas sobre la Ejecutiva, el núcleo duro de la ministra blinda los preparativos, nadie en el partido acierta a imaginar por dónde irá la nueva dirección andaluza, lo que adelanta un congreso tradicional a la vieja usanza con negociaciones cruzadas hasta última hora de la noche. El alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, está haciendo de paño de temores, quejas y esperanzas, él es quien está hablando con todas las provincias para transmitir los mensajes a Montero.

Y en este clima de incertidumbre surgen candidatos casi todos los días para dirigir el partido en las provincias. Es una toma de posiciones, una coreografía de manos alzadas que temen quedarse fuera de juego en el proceso. La disputa obedece más a conservar los puestos en las listas que en una lucha por el liderazgo.

Distintas fuentes admiten que no saben qué hará Montero el próximo fin de semana en el congreso, aunque hay cierta preocupación por cómo compatibilizará la ministra de Hacienda su labor en Madrid con el trabajo como candidata. De momento, quiere que los nuevos secretarios provinciales se queden en el sur, que ninguno aspire a ser diputado o miembro de la Ejecutiva regional, aunque está por vez si el problema de estos liderazgos territoriales, en su mayoría fallidos, es que tenían que hacer frente a distintas responsabilidades o que, en efecto, padecen de pulso hipotenso. No hay nervio en la organización, Espadas ha dejado un partido desarbolado.

María Jesús Montero recobró el aliento el viernes en Sevilla, y dio explicaciones como ministra de Hacienda. Lo hizo muy bien, pero como corresponde a la cancerbera del Tesoro, no a quien está a punto de fotografiarse para salir en los carteles a la busca del voto. El incremento del 61% del salario mínimo, que va desde los 735 euros de hace siete años a los 1.184 euros de 2025, lleva de modo forzoso a su tributación, ahora o en futuras subidas, y esto Yolanda Díaz lo sabía porque el informe de los técnicos le dio a elegir entre una horquilla y ella escogió la más alta, la que incluía entrar en el peaje de Hacienda.

Montero se ha resfriado esta semana, y le puede ocurrir más veces, es el peligro de ir cargada, pero también protegida, con las credenciales del Ministerio de Hacienda y de la Vicepresidencia, esto le permite adelantarse a la Junta en el Algarrobico y en un listado de asuntos pendientes que su equipo está desanudando. Se trata de un complicado equilibrio que nadie, de momento, ha experimentado. La jefa de la caja, la guardiana de la Hacienda, la candidata.

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