Los menores que cometen delitos en Andalucía, ¿están en pisos tutelados?

La noticia ha conmocionado a toda la sociedad, dos menores (más una tercera cuya participación todavía se está investigando) han asesinado presuntamente a la educadora social que estaba con ellos en un piso tutelado de la administración en Badajoz. ¿Cómo es posible que menores infractores condenados por un juez y calificados como muy agresivos estuviesen solos por la noche con una cuidadora?. ¿Cómo es posible que en el mismo piso tutelado conviviesen dos niños y una niña? ¿Por qué no se atendieron las demandas de la trabajadora y de sus compañeros alertando del riesgo que entendían que corría?.

El asesinato ha abierto un debate sobre cómo tratar a los niños que cometen delitos graves y que tienen medidas judiciales. El sistema en Andalucía sigue, evidentemente, los preceptos de la Ley del Menor, y tiene un modelo muy claro. Según los datos oficiales de la Consejería de Justicia que dirige José Antonio Nieto, la comunidad autónoma cuenta con 17 grupos educativos en los que se trabaja con los menores que han cometido delitos y que deben someterse a medidas de reeducación. Hay dos grupos por provincias, uno femenino y otro masculino en cada una de ellas salvo en Málaga que cuenta con dos grupos masculinos y uno femenino. En estos grupos viven los niños según decreta el juez y se podrían asimilar a los pisos tutelados.

A estos grupos educativos van menores que han cometido delitos que no son graves y para casos concretos. Lo habitual es que los jueces decreten estas medidas para los casos de violencia filioparental, y que en estos grupos se enseñe a los niños a restaurar las pautas de la convivencia y se trabaja también con las familias.

Más de 4.500 menores

Según la última estadística oficial de la Junta, que es del año 2023, en Andalucía hay 4.573 menores cumpliendo medidas en medio abierto. De estos, la mitad estaban cumpliendo las medidas en medio abierto y la otra mitad ya estaban ingresados en estos centros en régimen de semilibertad. En grupos educativos hay sólo un 3,28% de los mismos, mientras que la mayoría de estos menores, el 49,75%, cumplen medidas de libertad vigilada.

También hay niños infractores a los que se permite pasar los fines de semana con sus respectivas familias, en algunos casos porque la condena es así desde el principio, y en otros como resultado de las medidas de mejora. Hay menores que han cometido delitos y que están en tratamiento ambulatorio de salud mental (un 8,37%) y otros que están en tratamientos por drogodependencias, 365 niños según los datos oficiales, un 10%.

Por cierto que hay que destacar que de estos menores infractores que cumplen medidas en régimen abierto sólo el 10% son extranjeros, lo que significa que el 90% son menores españoles.

La Junta de Andalucía dispone de una amplia red de centros de internamiento cerrados para los menores infractores que han cometido los delitos más graves. En total hay trece repartidos por las diferentes provincias y está previsto abrir otro nuevo en la provincia de Málaga en este año. Según los datos oficiales, la última estadística cerrada es de 2023, en Andalucía hay 1.124 niños internos en estas instituciones.

Entre seis y ocho años máximo

Generalmente están gestionados por entidades y fundaciones sociales que pretenden no sólo que los niños cumplan el castigo impuesto por el juez sino también ofrecerles formación y estudios para que puedan buscarse la vida cuando salgan de ellos. Sobre todo porque las penas más altas, según la Ley del Menor, son de seis u ocho años de internamiento, lo que supone mucho tiempo en la vida de un adolescente.

Hay que destacar que en todos estos centros hay vigilantes de seguridad que están en todo momento pendientes de los menores, incluso en las clases más relajadas o en las actividades lúdicas, deportivas o de piscinas durante el verano.

En Andalucía, cada año cumplen medidas en estos centros algo más de mil menores, 1.124 en 2023, y el objetivo es que los centros no tengan grupos muy grandes para que así sean más fáciles de reeducar y evitar conflictos.

También estos centros están segregados por sexos y en los destinados a las niñas se les permite convivir con sus hijos en el caso de que los tengan, que no suele ser habitual pero tampoco hechos aislados. Otro dato relevante, el 15% de los internos en estos centros son extranjeros; la mayoría de los menores condenados por delitos graves son españoles.