Montero defiende su gestión en Salud y Moreno la acusa de estar en campaña

En una trayectoria política tan dilatada como la que tiene quien aspira a convertirse en secretaria general del PSOE, a la fuerza tiene que haber cometido los suficientes errores como para que sus adversarios no pierdan la oportunidad de aprovecharlos. En el caso de María Jesús Montero, la defensa de la fiscalidad especial para Cataluña cuando en su etapa como consejera de Hacienda aseguraba estar firmemente en contra de la misma, es la más reciente. Hay otra espita que ayer mismo se encargó ella misma de abrir: su gestión sanitaria.

Según la vicepresidenta primera del Gobierno, cuando estaba a cargo de la Consejería de Salud en la comunidad autónoma, ésta era “el orgullo de Andalucía”. No se quedó ahí y, como indica el manual de la oposición, también aprovechó la oportunidad para criticar la “resignación” del presidente de la Junta, Juanma Moreno, ante el “deterioro” que está sufriendo la sanidad pública que ella llevó “a lo más alto” durante en su etapa como consejera de Salud en los anteriores ejecutivos socialistas.

Tardó poco en responderle el aludido. El presidente de la Junta apuntó a que la vicepresidenta se encuentra en “campaña electoral” y que él no va a hacer de “comentarista de su propia campaña”, al mismo tiempo que le recordó que “todo el mundo sabe perfectamente” los “recortes” que se produjeron y que las mayores manifestaciones que hubo en la historia se produjeron en la última época de los gobiernos socialistas. Moreno también puntualizó que el presupuesto de Sanidad en la actualidad es un 40% superior al último año del PSOE al frente del Gobierno andaluz, con más profesionales, más hospitales abiertos y con más medios, y añadió que entiende que “tiene que ganar una candidatura y tiene que hacer campaña”. “Exageraciones de este tipo son normales”.

La andadura de María Jesús Montero en el ámbito sanitario comenzó entre los años 1995 y 1998 cuando ocupó los cargos de subdirectora médica y directora gerente en los hospitales Virgen de Valme y Virgen del Rocío respectivamente. Entre 2002 y 2004 fue viceconsejera para posteriormente encabezar el departamento hasta mayo de 2012 cuando asumió también las responsabilidades de Igualdad y Asuntos Sociales.

Durante su etapa como máximo responsable del SAS, se publicó el decreto 197/2007 que por primera vez establecía la compensación por objetivos. Suya es también la idea de las fusiones hospitalarias que ideada bajo su mandato fue ejecutada por su sucesora, María José Sánchez Rubio, bajo la presidencia de Susana Díaz. Esta idea que estuvo en el origen del deterioro sanitario que terminaría por costarle la Junta al PSOE, originó fuertes protestas enGranada –con el protagonismo del fallecido Spiriman– y en Huelva, antes de que se extendiera a otras capitales. En estas dos se celebraron multitudinarias manifestaciones antes de poder revertir el proceso en marcha, algo que costó meses de trámites.

“La gente recuerda perfectamente, cuando yo era consejera de Salud, que la sanidad era el orgullo de Andalucía, que exportábamos este modelo al resto, que éramos reconocidos por investigación con células madre, por tener garantías en los tiempos de espera y por ser capaz de traer tecnología que permitiera el abordaje de enfermedades”, recordó Montero. “Todo el mundo sabe perfectamente que durante mi tiempo de consejera y con todo el equipo que fue capaz de impulsar estas políticas, la sanidad andaluza estuvo en lo más alto”, recalcó la exconsejera, quien reconoció que le “duele” que en estos momentos los ciudadanos constaten que se “ha deteriorado de una manera tan importante”.

Frente a ello, hoy, Andalucía es la comunidad autónoma que “tiene más demora en pacientes que están esperando una intervención”, de manera que más de un 30% “está por encima de un año en las intervenciones quirúrgicas”, algo que en su etapa hubiera despertado “todas las alarmas”. Pese a esta situación, ve al Gobierno de Juanma Moreno “resignado, muy tranquilo, con poca ambición, y como si fuera inesperado e inevitable que los servicios públicos se deterioraran para posibilitar la privatización”. Montero retó a debatir con el Gobierno andaluz de sanidad pública cuando quiera, porque es una de sus “pasiones” y la conoce bien.

No tardaron demasiado desde el Ejecutivo en ofrecerle la pertinente respuesta. Fuentes de la Consejería de Salud consultadas por este periódico recordaron que “durante su etapa como consejera, se redujeron las jornadas a los profesionales sanitarios, los sueldos y se alcanzó un número de eventuales nunca visto”. A juicio de los actuales gestores sanitarios, cuando Montero era consejera “se generalizaron los contratos por hora”, uno de los asuntos que “ahora se están tratando de remediar con las medidas de estabilización de plantillas que estamos llevando a cabo para corregirla”. Además, ofrecieron el dato que “mientras en 2012 en el Servicio Andaluz de Salud trabajaban 95.394 personas, un año después se redujeron a 88.000 durante el mandato de Montero”.