Ni paseo por 'La Pepa' ni 'holas' a Rajoy

Más de 300 personas protestan en el Río San Pedro, entre ellos el alcalde de Puerto Real y varios ediles de Cádiz

Miembros de distintos colectivos, protestando en el Río San Pedro.
Miembros de distintos colectivos, protestando en el Río San Pedro.
F. R. Cádiz

25 de septiembre 2015 - 01:00

Marta Nebot, conocida reportera de televisión que suele poner en serios aprietos a cuantos pasan por su micrófono, preguntaba ayer al alcalde de Puerto Real, Antonio Romero. "¿Por qué aquí y no en el acto oficial?". El alcalde (de Sí se puede) respondía: "Porque mi sitio está con la ciudadanía y la ciudadanía no puede pasar. Cuando se inauguró el puente Carranza fue una fiesta, todo el mundo pudo ir a verlo". "Pero eso era con Franco", respondía la reportera, que insistía: "¿Me está diciendo que Franco dejaba pasar a la gente y Mariano no?". "Pues eso mismo", finalizaba el regidor.

Fue una de las escenas de la mañana en las inmediaciones del acceso al nuevo puente por el polígono del Río San Pedro. Desde las 10:00 horas de la mañana, coches oficiales, policía antidisturbios, autoridades, prensa ... Un desfile que duró hasta pasadas las 11:30 horas y que, como se preveía desde el día anterior, congregó a mucha gente. Hubo más de 300 personas, eso sí, debidamente "invitados" a estar en la acera, con vallas metálicas por delante, y policías a unos metros.

Nadie pudo acercarse ni remotamente al lugar por el que se subía al puente. Allí apareció el alcalde de Puerto Real que, como ya había anunciado, "no iba a participar de una pantomima". Romero insistía en que el problema del cableado de alta tensión no se ha resuelto "por la negativa del Ministerio de Fomento". También culpaba a Endesa y no quería entrar a valorar la fuerza o no que hizo el anterior equipo de gobierno municipal puertorrealeño. "Ya con el puente terminado no cabe duda de que será más difícil, pero nuestro empeño será seguir peleando hasta lograrlo", remataba al alcalde.

Miembros de colectivos como la asociación de vecinos de la barriada, "que ha soportado ocho años estas obras y ahora no podemos ni ver cómo ha quedado"; de la corrala Bahía de Cádiz, que portaron cartones con varias pancartas reclamando derechos sociales o recordando la alta tasa de paro de la provincia; o de la plataforma por el soterramiento del cableado de alta tensión, "porque parece que vale más un puente que la salud de la gente", recordaban; empleados del metal, que jaleaban aquello de "menos puente y más trabajo"; y la mitad del equipo de gobierno del alcalde de Cádiz, José María González, que sí estuvo en el acto oficial. Abajo, con el alcalde puertorrealeño, Laura Jiménez, Adrián Martínez de Pinillos y Ana Camelo.

Todos querían ver pasar al presidente del Gobierno. Colectivos, representantes públicos y simplemente vecinos de varios puntos del municipio querían hacerse ver y escuchar. "El puente es de La Pepa, no del PP", gritaban.

Pero la hora de la inauguración se acercaba y los previsibles coches oficiales no aparecían. "Mariano, valiente, tírate del puente", decían ante la mirada impasible de los policías. Pocos minutos después de las 12:00, con todos los lemas ya coreados, podían divisarse por encima de las paredes laterales del viaducto los techos de casi una decena de vehículos de gran cilindrada. "Por aquí iba a pasar Rajoy, lo tenemos claro", se lamentaban. Mientras, un vendedor de cupones más que avispado, casi terminaba los números entre los presentes.

"Esto lo hemos pagado entre todos, qué poca vergüenza", decían algunas vecinas recién llegadas a la concentración. A sus espaldas, los trabajadores de la empresa Camesol, en cuya pared habían quedado confinados los presentes, seguían rematando su faena diaria, ajenos al ajetreo, pero sin poder echar alguna mirada cada vez que los ánimos se exaltaban. Todo acabó con una sonora pitada del respetable al ver pasar, ya en dirección de salida pasada las 13:00 horas, a autobuses y vehículos oficiales. Y el vendedor de cupones fue de los pocos en irse contento a casa.

stats