Pedro Sánchez y el PSOE-A deshojan una margarita... en femenino
Una mujer puede dar el relevo a Espadas bajo una fórmula que contemple un número dos con amplia proyección
Ferraz y los secretarios andaluces coinciden en que el partido debe someterse a una profunda renovación para salvar la crisis abierta y no resuelta que abrió la pérdida del poder del Gobierno andaluz
El PSOE y la dirección federal buscan un acuerdo que evite las elecciones primarias
No habrá dedazo de Moncloa aunque al final deberá ser Pedro Sánchez quien tome la decisión del relevo de Juan Espadas al frente de la principal federación socialista de España, la andaluza. Cada uno de los secretarios provinciales y, en especial, los de Sevilla, Javier Fernández, y Jaén, Francisco Reyes, formarán parte de la solución de esta incógnita, pero también María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y una de las candidatas al cambio del que sólo hay algo seguro, y es que el PSOE de Andalucía estrenará en 2025 un nuevo líder.
La visión más atrevida sobre el PSOE de Andalucía es la que se va abriendo paso en los últimos días. La formación entró en una crisis después de perder el Gobierno de la Junta que se agravó tras la pérdida de gran parte del poder municipal en las elecciones de 2023, a lo que se ha añadido la tremenda popularidad que Juanma Moreno está adquiriendo como presidente de la Junta. Ante ello, la tesis más osada y la que gana enteros es que el Partido Socialista se debe someter a una profunda renovación que vaya más allá de la generacional en los próximos años y, para ello, sería tan importante encontrar un buen candidato para enfrentar a Juanma Moreno como una dirección capaz de reconducir la erosión de la formación que fue hegemónica en la política andaluza durante cuatro decenios.
Por esto último, por el doble objetivo, es por lo que se ha barajado la fórmula de la bicefalia, a la que hay pavor en el partido, pero que podría ser matizada con un secretario de Organización con un perfil significado y un titular de la Secretaría General que sería señalado como candidato a las autonómicas de 2026. Para ello cobra fuerza la opción de una mujer como líder principal acompañado de un número dos con dedicación plena y proyección pública. Este segundo también puede ser un vicesecretario general, cargo con la que ha contado el PSOE-A en varias ocasiones.
Estos son los nombres que en estos momentos se manejan en el partido, aunque la decisión final no está tomada e, incluso, podría hacerse esperar a principios de enero:
María Jesús Montero es la favorita del partido, de sus dirigentes y de la militancia, pero sus responsabilidades como vicepresidenta del Gobierno y número dos del PSOE le impiden compatibilizar con un liderazgo en Andalucía, de no ser que Sánchez venza su oposición y la convenza para dedicarse al sur sin dejar el Ejecutivo. Montero sí podría desprenderse del cargo orgánico en Ferraz, mantenerse en Moncloa y formar tándem con un secretario de Organización que llevase el día a día del partido.
El diputado jiennense Juan Francisco Serrano puede ser tanto secretario general, como el número dos del PSOE-A. Con 36 años, quien es la mano derecha de Santos Cerdán tiene por delante un amplio futuro en la organización. Su nombre se ha barajado en numerosas ocasiones, pero tampoco se ha dado por seguro. En cualquiera de los casos, formará parte de la nueva dirección.
La europarlamentaria Lina Gálvez es otro de los valores del PSOE, aunque no tiene un gran conocimiento del partido, ya que se aproximó a la organización a partir del Gobierno de José Antonio Griñán. Gálvez, catedrática de la Pablo Olavide y con 55 años, tiene excelentes relaciones con María Jesús Montero y el propio Pedro Sánchez. Una apuesta de este tipo requiere de un secretario de Organización con amplios poderes. A diferencia de Gálvez, la parlamentaria onubense María Márquez, de 34 años, es una militante de larga trayectoria en el ámbito municipal y en la Cámara andaluza. Ferraz siempre la ha tenido en el grupo de las posibles, aunque salió de la Ejecutiva federal para ocupar un puesto en la dirección regional que no ha podido aprovechar como consecuencia de la errática gestión de los recursos humanos que ha practicado Espadas.
Sea cual sea la dirección, hay que tener en cuenta que el PSOE de Sevilla deberá mantener su peso en afiliados -es la provincia con más militantes-, aunque la secretaría general recaiga en algún dirigente de Jaén, y este factor corre en contra de Márquez.
Javier Fernández, secretario general del PSOE de Sevilla, es otra de las personas que pueden liderar el partido a nivel andaluz. Ha intentado mantener una postura neutral ante el relevo de Espadas, es uno de los pocos alcaldes que consiguió ganar las municipales de un modo claro en 2023 y presidente una de las diputaciones de mayor peso de la comunidad. Otra persona de amplia experiencia que podría hacerse cargo de la secretaría de Organización es el presidente de la Diputación de Jaén y actual líder en esta provincia, Francisco Reyes.
El parlamentario malagueño Josele Aguilar completa la lista de quienes se han barajado como futuros líderes del PSOE-A, aunque este miembro de la Ejecutiva regional ha aspirado a liderar el partido en su provincia. No obstante, tanto por su trayectoria profesional fuera de la política -es un abogado de prestigio- como por su militancia histórica siempre ha estado en un segundo plano que no se comparece con su valía.
El Comité Director del PSOE se reúne hoy al mediodía en Jaén. En principio sólo se plantea como una reunión de trámite para abrir el proceso de primarias para elegir al secretario general. Juan Espadas mantiene, de momento, su voluntad de concurrir ante la creencia personal de que sólo los susanistas y los partidarios de Luis Ángel Hierro podrían presentarle listas alternativas. El resto de la formación espera un acuerdo interno que suponga un relevo acordado con Espadas.
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