Los doce
Comparsa
Localidad: Cádiz
Letra: José Manuel Aranda Perales y Miguel Ángel García Argüez
Música: Manuel Sánchez Alba 'el Noly'
Dirección: Ángel Subiela Gómez
el tipo. Alegoría de los 12 meses .
Las coplas. Un nuevo año que sumamos. Una rutina que explota con el Carnaval. 12 meses que nacen con la fiesta. En cada campanada, un pasodoble del Noly. Un cierre de las semifinales con la comparsa más comparsa de todas. Los tópicos que envuelven al gaditano protagonizan el primer pasodoble. Maricón, chistoso, con alergia al andamio, grifota, parado que vive de las ayudas, Carnaval, Semana Santa, la peña... Una imagen de la que piden que se lave "la boca" el que hable así de los gaditanos. Una letra que surte efecto a última hora. El segundo se lo dedican a un amor. Ese que es clandestino, secreto, por el que se renuncia a todo. Un amante que es la cocaína, que sus "besos blancos solo son ruina". En una función tan apretada, les perjudica ser el cierre y la comparación con el resto. Los cuplés se colocan, de nuevo, por encima de la media al disfrazar al Noly de quincena y ver en una ecografía que van a tener un niño, mientras que a ellos no se la vieron hasta cumplir 14 años.
EN CUARTOS
Las coplas. Un fin de año carnavalero. Siempre por febrero. El principio y el fin de todo. Un calendario al que se le van quitando las hojas para llegar al Falla. Un beso que debían siempre por febrero. Las caricias de la música del pasodoble del Noly se convierten en arañazos en una completa tanda, ambos con un giro final que desdibuja su inicio. En el primero, cantan a lo bonito que ven Cádiz cuando sale a luchar. Pelea cuando se pide trabajo, estudios para la juventud, se ocupan los plenos, se pide carga de trabajo para Astilleros, los cofrades defienden su cultura, se cuida el patrimonio o las mujeres protegen su cintura. Sin embargo, el mundo del Carnaval sigue mirándose el ombligo entre comparsistas y postureo, y no tiene lo que hay que tener para que se abra su museo. Muy clarito. El listón sube todavía más con el segundo, en el que se dirigen a una mujer maltratada, a la que le dicen que sus lágrimas no sirven de nada si no es capaz de escapar de su infierno y aguanta a su verdugo. El miedo hace que perdone a pesar de las heridas y las mentiras, por lo que seguirá siendo la culpable. Una "esclava sumisa" que es España, que "otra vez perdona a quien te maltrata". Magnífico. El repertorio lo completan con un buen segundo cuplé a su mujer que no les come, por lo que compran un capuchón con sabor a cazón en adobo para que coma y repita. En el primero, un poco más bajo, Rajoy está de baja y el médico le receta cuatro años de reposo. Todo el año es Carnaval. Un año que pasa para recordar cómo envenena esta fiesta desde que se toca como bombo una caja o se recuerdan las coplas. Un año que pasa volando. A seguir tachando días en el almanaque.
EN PRELIMINARES
las coplas. Las fechas del calendario vuelan buscando febrero cada 12 meses. Un pasodoble de don Manuel Sánchez Alba el Noly. Sin más aderezo. 12 voces como 12 meses que lo acompañan. Sencillo y mecido. Despacito y con un corte que embelesa. Para que se pueda degustar. "Cádiz, perdóname y agarra mi guitarra". No hace falta más. Ni que el grupo tenga más potencia. Solo que el 3x4 sea 12. Tras el frenesí de la música, que lo eclipsa todo, le dan un palo a Teófila Martínez en forma de placas de recuerdo a los anteriores alcaldes, que dejaron su legado. Sin embargo, le critican que ha hecho de Cádiz un cementerio. Una ciudad que "tú arruinaste siendo regidora, la que tú mataste siendo traidora", rematan con acierto. Cuplés con doble cierre con las partes íntimas de su hermana, primero a los cuplés con fotos, más acertado, y segundo a los tatuajes carnavaleros, que sí falla. Que vuelva a llegar febrero.
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