Supermanzanas, de Barcelona a Nueva York pasando por San Fernando
Contenido ofrecido por el Ayuntamiento de San Fernando
Este modelo permite recuperar ente el 60 y el 70% del espacio usurpado al ciudadano por el actual modelo de movilidad, consiguiendo ciudades más habitables y sostenibles
TAC! 2
La aparición del vehículo a motor marcó un punto de inflexión en la historia, pero fundamentalmente porque cambió el modo de ocupar el espacio público. Los nuevos desarrollos urbanos hasta nuestros días han destinado hasta el 70% del espacio al coche, con lo que el ciudadano dejó de serlo para convertirse en mero peatón. Las supermanzanas son la solución para que, “cambiándolo todo sin romper nada, simplemente reordenando”, el ciudadano recupere todos sus derechos, las ciudades sean más sostenibles, más habitables, más resilientes, competitivas, inclusivas y accesibles “sin perder en ningún momento la funcionalidad del sistema”. “La ciudad es el ecosistema más complejo que ha creado la especie humana”, pero no deja de ser “un sistema de proporciones” y, por tanto, la clave de todo está en “saber qué parte le corresponde a cada cosa de una manera equilibrada”.
Este es el punto de partida que plantea Salvador Rueda en la ponencia titulada ‘Las supermanzanas como nuevo modelo urbano’, la segunda del ciclo de conferencias con prestigiosos urbanistas y arquitectos que, coincidiendo con el TAC! Festival de Arquitectura Urbana, está difundiendo el Ayuntamiento de San Fernando para profundizar en el modelo de desarrollo hacia el que deben tender las ciudades en el contexto de la Agenda Urbana y la transformación que se está impulsando a nivel internacional dentro de ONU-Hábitat por un mejor futuro urbano y una mejor calidad de vida para todas las personas en las ciudades.
El padre del Urbanismo Ecosistémico propuso la solución de las supermanzanas aplicándolas en Barcelona con tal éxito que el modelo ha sido replicado por todo el mundo, desde Vitoria-Gasteiz a Nueva York pasando por Boston, Buenos Aires, Berlín, Quito, Montreal o Vancouver. Porque sí, se trata de un modelo que “puede trasladarse y adaptarse a cualquier ciudad, sin importar su escala o el tamaño que tenga”, y San Fernando está en ello.
Básicamente, lo que busca este modelo es liberar el máximo espacio posible a la movilidad con la mínima reducción de tráfico vehicular. De hecho, con solo un 15% menos de tráfico se ha liberado en Barcelona el 70% del espacio antes dedicado al coche, lo que supone la friolera de 7.000.000 de metros cuadrados en los que, sin tirar un solo edificio, se han generado más de 2.000 calles peatonales, plazas y espacios públicos para la actividad económica y comercial, el encuentro, la convivencia y, en definitiva, para la mejora de la calidad de vida.
Como dice Rueda, es una propuesta muy flexible en la que el espacio es compartido, pero siempre priorizando al peatón, que recupera así su condición de ciudadano en tanto que es capaz de desarrollar todos los derechos que la ciudad le permite, no solo la movilidad, sino el juego, el deporte, la cultura, el arte, el intercambio, el mercado, el entretenimiento…
Si vamos a una definición más formal, las supermanzanas son nuevas células urbanas de unos 400 o 500 metros de lado en las que la periferia se articula como si fueran vías básicas que configuran una red pensada para el transporte público y para el vehículo de paso que quiera ir de la manera más rápida posible de un punto a otro de la ciudad. El perímetro que define a cada supermanzana se destina al transporte de paso y, salvo excepciones, se limita la velocidad a 30 km/h, lo que ya reduce considerablemente el riesgo de accidentes.
Sin embargo, los interiores de las supermanzanas se convierten en áreas preferentemente peatonales en las que el tráfico está limitado a 10 km/h, permitiendo circular a los residentes, los servicios, las emergencias o la carga y descarga, pero donde los niños también pueden jugar y las personas, sea cual sea su condición física, pueden deambular seguras.
En definitiva, se convierten en espacios donde se dan cita todas las funciones potenciales del espacio público a través de una ordenación más eficiente que prioriza al ciudadano, que permite poner en valor los barrios, las calles, los edificios, las actividades y que transforma la vida de la ciudadanía promoviendo las relaciones sociales y una vida urbana equilibrada.
Las supermanzanas permiten recuperar ente el 60 y el 70 por ciento del espacio que fue usurpado al ciudadano por el actual modelo de movilidad, consiguiendo de esta manera un espacio público saludable, con más verde y más biodiversidad incorporando vegetación, pero también más justo y seguro que favorezca las relaciones sociales y la economía de proximidad. Así, “la ciudad se resuelve en la pequeña parte, que lo tiene todo”.
Como explica Rueda, las supermanzanas y el urbanismo ecosistémico dan respuesta a muchas de las disfunciones que genera el sistema actual: sobreocupación del espacio para la movilidad, accidentes de tráfico, afecciones a la salud pública y ambiental por la contaminación atmosférica y acústica, contaminación paisajística, emisiones de gases de efecto invernadero y un largo etcétera del que la sociedad es cada vez más consciente en el contexto actual de emergencia climática.
El urbanismo ecosistémico “propone un sistema de proporciones para poder afrontar los grandes retos que tenemos encima de la mesa, entre ellos, el de vivir mejor”. “Necesitamos abordar esta realidad lo más pronto posible porque estamos en una situación de emergencia climática”, enfatiza Rueda, que anima a “luchar contra el acomodamiento y los hábitos en beneficio de todos”, porque “transformar nuestras ciudades es una necesidad y una oportunidad que no podemos perder”.
Rueda: “San Fernando afronta el proyecto de reciclaje urbano más importante de las ciudades de su tamaño”
Analizados los pasos que está dando el Ayuntamiento rediseñando y planificando “con inteligencia y conocimiento”, Rueda ha señalado en un diálogo con la alcaldesa isleña, Patricia Cavada, que, probablemente, “San Fernando plantea el proyecto de reciclaje urbano más importante de las ciudades de su tamaño”.
A juicio del experto, “aún no se ha extendido a todas las ciudades la concienciación de que el modelo urbano tiene que cambiar como se está cambiando en San Fernando”.
San Fernando inició hace unos años en el campo de la movilidad y la accesibilidad una valiente transformación con una apuesta por la reorganización urbana interna caracterizada por un alto grado de calidad y modernidad. En la actualidad, la ciudad se encuentra en un momento decisivo en el desarrollo de medidas de pacificación del tráfico, potenciación de medios de transporte no motorizados, creación de itinerarios peatonales, sustitución del uso del aparcamiento en la vía pública por otros de carácter estacional y recreo, así como para mejorar la conexión entre barrios.
El modelo de supermanzanas en San Fernando busca transformar la ciudad en un espacio más habitable, donde las personas, y no los vehículos, sean las protagonistas del espacio público. Entre los objetivos más destacados se encuentran reducir en un 21% el tráfico de vehículos privados en la ciudad, promoviendo un cambio modal hacia medios de transporte más sostenibles; liberar espacio para los peatones creando áreas peatonales seguras y accesibles; activar una nueva economía de proximidad vinculada al disfrute del espacio público, favoreciendo el comercio local y la hostelería; aumentar la accesibilidad a los espacios verdes, equipamientos y servicios, garantizando una mayor equidad en el acceso a las infraestructuras urbanas; implementar medidas que reduzcan el consumo energético y las emisiones contaminantes, así como mejorar la calidad ambiental y sonora creando espacios públicos donde el sonido predominante sea el de la naturaleza y no el ruido de los vehículos.
Primera fase de Implantación
San Fernando se encuentra en un primer estadio de implantación del modelo de supermanzanas, aunque las primeras medidas ya se han ejecutado o están muy avanzadas, como la reorganización del tráfico y la creación de aparcamientos tácticos.
Entre las principales acciones emprendidas se incluyen la regulación de los sentidos de las calles, la eliminación de plazas de aparcamiento en áreas de acceso a las supermanzanas, la ejecución de un programa de actuaciones para la habitabilidad y recualificación del espacio público, así como la ejecución de la red municipal de aparcamientos tácticos gratuitos en superficie para aumentar la accesibilidad peatonal al espacio público. Estas medidas han permitido una redistribución más eficiente del espacio público, liberando zonas para los peatones y mejorando la calidad de vida en los barrios.
En muchas zonas de la ciudad ya se han establecido áreas de acceso restringido para los vehículos, lo que ha facilitado la creación de espacios para las personas más amplios y seguros. Este primer estadio de implantación ha demostrado que la ciudadanía está dispuesta a aceptar y adaptarse a estos cambios, siempre que se les ofrezca una alternativa más cómoda y eficiente.
Segunda fase de Implantación
Con el desarrollo de la nueva movilidad urbana y la aprobación del nuevo Plan General y el desarrollo del Plan Director de Supermanzanas se alcanzará la segunda fase de implantación. En esta segunda fase no se permitirá que los coches atraviesen el interior de las supermanzanas, convirtiéndose las calles en espacios que permitirán todos los usos y derechos de la ciudadanía, ocupando la totalidad de la sección de la calle que se irá implantando progresivamente por toda la ciudad. La velocidad en esta fase será de 10 km/h.
La configuración urbana y espacial de San Fernando, unida a su limitada capacidad de crecimiento futuro por su condición de isla y frontera con el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, hacen que el municipio se convierta en un lugar perfecto para ejecutar en todo el término municipal un nuevo modelo de desarrollo urbano basado en el sistema de supermanzanas.
Como apunta Rueda, San Fernando va “por el mejor camino” en su proceso de transformación, con un gobierno local que ha entendido que “el elemento competencial más importante de un ayuntamiento es la gestión del espacio público” y que también ha comprendido cuestiones tan esenciales como que “el comercio de proximidad es clave para la definición de una ciudad, porque una ciudad no existe sin espacio público y sin diversidad de actividades de proximidad, que son las que permiten que el espacio público esté vivo”.
Salvador Rueda
Es ecólogo urbano, psicólogo, biólogo, diplomado en Gestión Energética y en Ingeniería Ambiental, lo que le ha permitido abordar los problemas urbanos desde una perspectiva integral. Especialista en el análisis y planificación de sistemas complejos, ha desarrollado modelos de ocupación y metabolismo urbano con criterios de sostenibilidad. En la actualidad es presidente de la Fundación Ecología Urbana y Territorial. Ha sido hasta 2020 director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona desde su fundación en 2000 y, entre otras responsabilidades, ha ocupado cargos de dirección en el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña, en los ayuntamientos de Barcelona y de San Adrián de Besós y también ha sido miembro del Comité de Expertos de Medio Ambiente Urbano de la Unión Europea.
Rueda es reconocido a escala internacional por crear un nuevo urbanismo: el Urbanismo Ecosistémico y la ‘supermanzana’, una nueva célula urbana para la planificación y la movilidad que busca hacer las ciudades más sostenibles y habitables.
Su enfoque ha influido en muchas ciudades y ha abierto el camino para nuevas formas de pensar sobre el desarrollo urbano sostenible implementando medidas que fomentan la reducción de la contaminación, la optimización del uso de recursos y la mejora de la calidad de vida en los entornos urbanos. No en vano, ha dirigido más de 400 proyectos urbanos y territoriales en más de un centenar de ciudades del mundo.
Entre otros, es autor de libros como Ecología urbana; Urbanismo Ecosistémico; Libro Verde de Medio Ambiente Urbano; Barcelona, ciudad mediterránea, compacta y compleja. Una visión de futuro más sostenible; Certificado del Urbanismo Ecosistémico; Regenerando el Plan Cerdá. De la manzana de Cerdá a la supermanzana del urbanismo ecosistémico; Carta para la planificación ecosistémica de las ciudades y las metrópolis y ha participado también en el libro 20 años de La Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, que resume los trabajos que dirigió durante los 20 años de la Agencia.