'La Gran Regata Colón 92 fue la primera y creo que será irrepetible'
Manuel Gallego Mazo. Consignatario
Fue el responsable de infraestructura portuaria y cuestiones náuticas en la comisión formada por el Ayuntamiento, que coordinó Rafael Garófano
"Guardo en la retina la entrada del buque-escuela colombiano 'Gloria', con la dotación cubriendo las vergas, a las ocho de la mañana de aquel 29 de abril de 1992. Fue el primer velero en llegar y en el muelle Ciudad lo estábamos esperando Antonio Cabrera, el coordinador técnico, y yo", afirma Manuel Gallego Mazo, responsable de infraestructura portuaria y cuestiones náuticas de la Gran Regata Colón 92'.
Manuel Gallego, entonces director de la Consignataria Consulmar, dice que fue el 17 de febrero de ese año cuando José Fernández Chacón, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Carlos Díaz, le propuso colaborar con la organización, lo que el propio alcalde le confirmó dos días después en una reunión de la comisión de coordinación al frente de la cual estaba Rafael Garófano.
"Para todos era una experiencia nueva y también un reto, ya que se trataba de acoger a la flota de veleros, 185 barcos, de ellos 23 de la clase A, de 36 nacionalidades distintas, sin paralizar la actividad operativa cotidiana del puerto".
Al respecto indica que se dejaron 300 metros de atraque en la terminal Reina Sofía y 130 en el muelle Alfonso XIII para el ferry de Canarias, y añade que su opinión es que no se organice una nueva concentración de veleros en el muelle comercial hasta que no se pueda disponer de la nueva terminar de contenedores, "para no confundir el ocio con el trabajo".
Volviendo a la propia Colón 92 señala que el 'Juan Sebastián de Elcano' quedó atracado el día 27, y que también llegó antes el 'Libertad' de Argentina porque tenía dos tripulantes enfermos, así como un velero noruego y otros sueco, pero los tres volvieron a salir para incorporarse al turno de atraque del día 29.
Asimismo indica que dado el elevado número de barcos de la clase A hubo que atracar a dos rusos, el 'Sedov' y el 'Pallada', en los duque de alba existentes entonces en la planta Delta de Astilleros, si bien luego se consiguió que pasasen al muelle Reina Sofía, junto a los también rusos 'Khersones' y 'Krucersten'.
También cita que fue complicada las relaciones entre técnicos, políticos y militares, y destaca el papel desempeñado al respecto por el jefe de la Zona Marítima del Estrecho, almirante Juan Antonio Serrano, y del gobernador civil, Plácido Conde Pumpido, así como la colaboración del comandante militar de Marina, Agustín Albarracín, y de los 25 oficiales de enlace, coordinador por el capitán de navío Vicente Maestre, sin olvidar la labor que desempeñaron los amarradores, los remolcadores y los prácticos del puerto.
Señala igualmente que Jesús García Chaparro, director técnico de la Gran Regata Cádiz 2012, fue ayudante en las cuestiones deportivas de la Colón 92, al igual que Juan Mayo, y que el puesto más sufrido lo desempeñó Carlos García Espinosa, ahora director-gerente del Palacio de Congresos, que se encargó, con el capitán Biedma, de las tripulaciones de los barcos de menor porte atracados en Puerto América.
Reconoce que a aquella regata le faltó difusión nacional e internacional y también patrocinadores, quizás porque se empezó a trabajar de verdad 70 días antes de que los barcos llegaran.
Por eso estima que ahora todo es más fácil, "aquella fue la primera y creo que será irrepetible", y afirma que nunca se le olvidará aquel domingo 3 de mayo de 1992, "cuando zarpó el último de los barcos y pudimos decir misión cumplida, además sin cobrar ni un duro", termina Manuel Gallego.
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