Cantarle al padre , a la madre, a la mujer o a los hijos del autor es una especie de onanismo carnavalesco, lo haga quien lo haga. Me la suda los familiares de los autores como supongo que a ellos se la sudarán los míos . Eso por no hablar del peloteo de unos autores a otros cuando luego se despellejan .
No sé quién hace esos sombreros tan feos pero son un espanto. Ya los tipos “de fantasía “ son insoportables pero ver las agrupaciones tocadas de esa forma causa dolor.
Otrosí digo: ¿ cuántos jurados hay en el concurso? Empezó el Diario del Carnaval y ahora todo el mundo quiere su jurado.
Desde hace mucho, de lo mejor. Un humor inteligente, sugerente, con doble sentido. Este año, además , con un punto corrosivo en su defensa del humor . Excelente,