CATAPUM. Por Fernando Santiago

CATAPUM

El gran Ramón Gutiérrez Toscano, al que Fernando Quiñones bautizó como el eterno estudiante de Huelva, cuando estaba en la Facultad de Medicina creó el Comité Anti Tuna, el CAT, que tenía como brazo armado el CATAPUM. No debió tener mucho éxito cuando se nos anuncia una quedada de tunos para la semana que viene que tiene como puntos culminantes visitas a la patrona, a la catedral y una gala benéfica a beneficio de Cáritas, eximia entidad que preside uno de Vox. Las tunas son el reflejo de esa España rancia , donde los jóvenes estudiantes iban a rondar a las chicas con el fin de ligárselas, lo que ahora se hace en el botellón. Dicen ellos que hay gente de ventitantos, me da a mí que más bien de 70 para arriba. Tan es así que , salvo las capas, dudo que les estén bien los ropajes que usaban en su época universitaria. En mi facultad no recuerdo que hubiese tuna, aunque si la hubiera habido no hubiese tenido la tentación de apuntarme, primero porque , como dice un amigo, no es que tenga un oído enfrente de otro, es que tengo los dos en paradero desconocido. Si me hubieran hecho una prueba, llegado el caso, no habría sido aceptado. Pero no ocurrió, jamás vi por allí ninguna convocatoria ni supe de su existencia, y eso que llegué a la universidad en 1975. Ahora me parece a mí que los estudiantes pasan clamorosamente de este tipo de actividades, quizás porque no necesitan vestirse de negro, coger pandereta y bandurria para irse por las noches a cantar el”Clavelitos” y el “Triste y sola se queda Fonseca”. Igual existen tunas en la UCA, aunque creo que sería un mérito extraordinario para la universidad gaditana que no hubiera ninguna, a la altura de la plaza de toros que no hay en Cádiz, un rasgo de modernidad. Los estudiantes a estudiar, los profesores a enseñar y a investigar, el Estado a financiar . Me malicio que cuando los estudiantes se van de marcha lo hacen a la Punta. Hasta los Erasmus llegados de media Europa verían como una antigualla algo así. Pero ya saben ustedes que tiene que haber gente pá tó. Lo mismo que hay a quienes les gusta salir de penitentes o cargar un paso, pues puede que haya algún pureta que otro que quiera recordar con nostalgia su época de estudiante, cuando no se levantaba por la noche a hacer pis ni se miraba el colesterol ni tomaba estatinas a cascoporro, que cantarían Los Putos Amos. Igual alguno de los tunos que amenazan con llegar a la ciudad, como están en la edad provecta, echan unas lagrimitas y se cuentan unos a otros las batallitas de la época juvenil, lo que hacemos los demás sin necesidad de ponernos leotardos , estaríamos ridículos, por no hablar de la capa del Capitán Alatriste . La eterna batalla española entre la ilustración y el casticismo .

Fernando Santiago

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