El Cinco. Por Fernando Santiago
EL CINCO
Pedro Moreno “Petroski”, militante del Partido Comunista hace décadas, tenía la costumbre de subirse a los autobuses urbanos de Cádiz para escuchar las conversaciones de los viajeros y así establecer un estudio sociológico sobre la opinión de los gaditanos mucho más acertado que las paparruchas que hace Tezanos, más precisos que los pronósticos de Michavila. Cuando llegaban las elecciones cuadraba los resultados. Ahora sería imposible, ya nadie habla en el autobús, está todo el mundo pegado al móvil como si fuera una extensión de su cuerpo en aquellas similitudes que estableció en su día Marshall Mcluhan. En los autobuses de Cádiz, como en el metro de Madrid, a la gente solo le interesa lo que ve en el móvil, parece como si la realidad la viéramos a través de una pantalla. Una de las películas que ha triunfado en el cine español este año ha sido “El 47” relativa al secuestro de un autobús de línea que lleva a cabo un conductor para reclamar que los autobuses llegaran a su barrio marginal de Barcelona, poblado por charnegos en las afueras . El transporte público es el mecanismo de integración de las ciudades, en Cádiz el aislamiento de Puntales tiene mucho que ver con la ineficacia de las líneas que pasan por su barrio, por más que el Ayuntamiento de antes y el de ahora nos anuncien cada cierto tiempo que se va a redactar un pliego para la adjudicación de un servicio de autobuses que se vería así modernizado en sus vehículos , su frecuencia y sus itinerarios.”Vivo en una casa, que tiene una ventana, ventana que da a una calle, calle que da a una plaza, plaza linda, ay plaza de Puntales, barrio de Puerta Tierra” que cantaron Las Momias de Güete en su día, única agrupación que ha elogiado a este barrio marginal. Es como si alguien secuestrara el 5, la peor línea de autobuses de Cádiz con una frecuencia de 45´, que en teoría enlaza la Zona Franca con la plaza de España. Digo en teoría porque solo lo cogen los muy tiesos porque con esa frecuencia es toda una epopeya hacer uso del autobús, por mucho que pase por delante de El Corte Inglés después de hacer un bucle inverosímil. Ya para qué hablar del Tanatorio de Servisa, que no tiene servicio de autobuses por mucho que, por desgracia, haya que ir de vez en cuando. El Trambahía ha tardado 20 años en ponerse en marcha aunque la línea hasta Puerto Real no se hará jamás, por mucho que se construyó una plataforma reservada en el nuevo puente a instancias de la Junta de Andalucía. Una vez presentó Martín Vila un par de autobuses híbridos, como el que había descubierto la rueda, cuando en la mayoría de las ciudades circulan eléctricos sin el menor de los problemas, incluso en Ayuntamientos de la derecha negacionista como la chirigota.
Fernando Santiago.
También te puede interesar
Lo último