Junta de Murallas. Por Fernando Santiago

JUNTA DE MURALLAS

Recuerdo con frecuencia un paseo por las murallas  de Cádiz  en compañía de Patricio Poullet, Gregorio Gómez Pina, Juan Jiménez Mata, José Antonio Hidalgo, Julio Malo de Molina y Rafael Garófano, una  jornada muy ilustrativa por la compañía de la que disfrutamos. Desgraciadamente ni Julio ni Rafael están ya con nosotros para explicarnos el significado que tiene para la ciudad estar rodeada de un cinturón de murallas que la defendieron de los ataques enemigos durante siglos y hoy de un enemigo peor: la erosión provocada por la acción del mar,  un enemigo mucho peor porque sin que se note lleva a cabo una acción destructiva implacable. Recuerdo el debate sobre si fue acertado colocar bloques de hormigón para defender la muralla, como se hizo en el Campo del Sur durante los años 40, o colocar un arrecife artificial a 200 metros para protegerla. En Siracusa tomaron esta segunda opción, aunque los ingenieros piensan que allí es posible porque no hay la presión de las mareas y el oleaje que hay aquí. Aquella actuación de los 40 no impidió la desaparición del Baluarte de San Nicolás. Tras los temporales de 2015, con Antonio Sanz como delegado del Gobierno, se procedió a una rápida reparación del Paseo Quiñones, San Felipe y San Roque. Empezaron a echar bloques en el tramo situado tras el Parador, lo que nos motivó a llamar la atención de los responsables, incluso de discutir el asunto con la alcaldesa Teófila Martínez, asomados  a la  balaustrada. Nos dijeron que tras el Polideportivo de la Mirandilla el problema  es que al hacer la instalación deportiva rellenaron con escombros  por lo que la muralla carece de sustento. El paseo posterior al colegio del Campo  y al Polideportivo se cierra y se abre sin que se sepa con certeza si se ha resuelto el problema. El autodenominado “gobierno de coalición progresista” no ha sido muy diligente a la hora de reparar: que si en Costas no hacen caso, que si los presupuestos están prorrogados, que si Cultura no quiere las competencias de las murallas. Siempre hay una excusa. Decía Garófano que era necesaria una partida anual para el mantenimiento, como cuando existió  la Junta de Murallas, que proveía de recursos económicos para una reparación constante. Ahora que se va a reabrir al público durante mes y medio (¿por qué solo ese tiempo?) el Castillo de San Sebastián, eso que llamaron “el Guggenhein Gaditano” ,convendría buscarle una solución definitiva que le dé uso y permita a los ciudadanos el disfrute de este lugar maravilloso. Insisto: Alberto Campo Baeza hizo un proyecto para el Ayuntamiento de Cádiz en época de Teófila que debe estar metido en algún cajón para que un historiador del futuro lo encuentre .

Fernando Santiago

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