Que el PSOE y el llamado "gobierno de coalición progresista" tenga a la venta sus principios es inaceptable. No hay límites para aceptar demandas si estas garantizan tener el poder. Si se rechazó la amnistía, luego se abrazó con entusiasmo por los 7 votos de Junts. Si se rechazó el concierto fiscal catalán, ahora se defiende para hacer presidente a Salvador Illa. Tanta transigencia tendrá un límite ¿no? Hay algo fácil de entender: si se retiran de la caja común 20 mil millones de euros, habrá recortes en los servicios públicos de toda España. Eso por no hablar de los privilegios que se conceden a una comunidad rica. Es increíble. La igualdad que siempre defendió la izquierda, la solidaridad que es uno de los principios básicos de cualquier ideología progresista, tirados a la basura.
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