El microscopio
Un lío de nombres
El domingo 29 de diciembre, en todas las catedrales y concatedrales se celebrará la Eucaristía como apertura solemne del Año Jubilar. El Jubileo ordinario se clausurará en las Iglesias particulares el domingo 28 de diciembre de 2025 y en la Basílica papal de San Pedro en el Vaticano el 6 de enero de 2026, Epifanía del Señor, con el cierre de la Puerta Santa.
Por todo ello, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, después de escuchar al Consejo Episcopal, al Consejo Presbiteral y al Colegio de Arciprestes, establece que la solemne apertura del Año Jubilar en la diócesis será el domingo 29 de diciembre, Fiesta de la Sagrada Familia, a las 12.00 horas en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz y en la Santa Iglesia Catedral de Ceuta.
En la Diócesis de Cádiz y Ceuta serán Templos Jubilares la Catedral de Cádiz, el santuario de Nuestra Señora del Rosario (Convento de Santo Domingo) de Cádiz, el santuario de María Auxiliadora de Cádiz, el santuario de Nuestra Señora de la Oliva, de Vejer de la Frontera, el santuario de Nuestra Señora de los Santos de Alcalá de los Gazules, el santuario de Nuestra Señora de de la Luz de Tarifa, la parroquia-santuario de Nuestra Señora de la Palma de Algeciras, la parroquia-santuario del Sagrado Corazón de Jesús de La Línea de la Concepción, la parroquia-santuario de La Inmaculada también en La Línea, la parroquia -santuario de la Reina de los Ángeles en Jimena de la Frontera y la parroquia-santuario de Santa María de África en Ceuta.
Y para que los fieles puedan ser "testigos de la esperanza en Dios", serán Centros Jubilares el comedor de María Arteaga, el Centro Tierra de Todos y el Hogar de las Hermanas de la Cruz en Cádiz; la residencia Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Algeciras; y el Centro de Inmigrantes San Antonio en Ceuta.
El Año Jubilar se clausurará, para toda la Diócesis, el Domingo 28 de diciembre de 2025, Fiesta de la Sagrada Familia, en la S.A.I. Catedral de Cádiz y en la S.I. Catedral de Ceuta.
El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300 —con cadencia de cien años, que después pasó a ser según el modelo bíblico, de cincuenta años y ulteriormente fijado en veinticinco—, el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios.
El Año Santo 2025 está en continuidad con los acontecimientos de gracia precedentes. En el último Jubileo ordinario se cruzó el umbral de los dos mil años del nacimiento de Jesucristo. Luego, el 13 de marzo de 2015, el Santo Padre convocó un Jubileo extraordinario con la finalidad de manifestar y facilitar el encuentro con el 'Rostro de la misericordia' de Dios, anuncio central del Evangelio para todas las personas de todos los tiempos. Ahora ha llegado el momento de un nuevo Jubileo, para abrir de par en par la Puerta Santa una vez más y ofrecer la experiencia viva del amor de Dios, que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo.
Al mismo tiempo, este Año Santo orientará el camino hacia otro aniversario fundamental para todos los cristianos: en el 2033 se celebrarán los dos mil años de la Redención realizada por medio de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús. Nos encontramos así frente a un itinerario marcado por grandes etapas, en las que la gracia de Dios precede y acompaña al pueblo que camina entusiasta en la fe, diligente en la caridad y perseverante en la esperanza (cf. 1 Ts 1,3).
Apoyado en esta larga tradición y con la certeza de que este Año jubilar será para toda la Iglesia una intensa experiencia de gracia y de esperanza, el Santo Padre dispone que la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, se abra a partir del 24 de diciembre del corriente año 2024, dando inicio así al Jubileo ordinario.
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