Adelante Izquierda Gaditana denuncia "pasos atrás" en la peatonalización de Cádiz
La formación de David de la Cruz asegura que ha vuelto a permitirse el tráfico "sin ningún impedimento ni control" en Fragela y en Veedor
El regreso de los coches pone en peligro también el juego de los niños en las plazas, señala Lola Cazalilla
Los coches vuelven a circular por la Plaza del Falla y la calle Veedor. El Ayuntamiento de Cádiz parece haber retirado los pivotes que garantizaban el cumplimiento de la peatonalización de estos dos puntos del casco histórico, dos medidas adoptadas por el anterior gobierno de José María González Kichi y que, en el caso de Veedor, no estuvo exento de polémica.
Adelante Izquierda Gaditana, heredero de ese gobierno de Kichi, es quien denuncia la reapertura al tráfico de Fragela y Veedor "sin impedimento alguno ni control", lo que considera "pasos atrás en movilidad". Teme esta formación política, según traslada la concejala Lola Cazalilla, una "regresión hacia el ruido, la contaminación, hacia una Cádiz más difícil de pasear y, sobre todo, más insegura". Y alerta incluso de que esta vuelta del tráfico rodado afecta, en el caso de Fragela, a las "muchas niñas y niños" que suelen jugar en esta plaza, gracias también a la iniciativa Prohibido prohibir que puso en marcha el anterior gobierno.
"Cádiz tiene que crecer en movilidad, ser una ciudad con espacios más amplios para los peatones, espacios más seguros y donde la prioridad sea el disfrute de las personas frente al tráfico rodado", defiende Cazalilla, que a su vez lamenta que estas últimas acciones del ejecutivo de Bruno García "van contra las dinámicas de las grandes ciudades europeas en materia de movilidad, que transitan hacia cascos históricos en su inmensa mayoría peatonales con un cordón exterior de tráfico".
Por ello, AIG pide al equipo de gobierno que rectifique y vuelva a blindar de vehículos la calle Veedor y la plaza de Fragela. Y reclama también que no se adopten decisiones similares, que califican como "ofensiva contra el espacio público", en la calle Marianista Cubillo, donde el Ayuntamiento ha mantenido estos años un duro enfrentamiento con los vecinos a cuenta de una peatonalización no deseada por los residentes, o en el Paseo Marítimo, igualmente limitado al tráfico entre Ana Orantes y Cortadura.
"Cádiz no puede retroceder ahora dos décadas para volver a un modelo de movilidad más parecido a los 90, con cada vez más coches de no residentes en el casco histórico", reclama Lola Cazalilla, convencida de que "una cosa es asegurar y facilitar el aparcamiento a los residentes, como hemos hecho estos últimos ocho años con la zona verde, y otra muy distinta abrir de nuevo calles al tráfico para que los coches fundamentalmente de no residentes impidan el esparcimiento natural de la ciudadanía por las calles del casco histórico"
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