Adiós al padre del trabalenguas"Dedicó media vida a las coplas" "Se va una figura grande" "Agustín hizo mucho por la fiesta"

Agustín González 'El Chimenea' fue despedido ayer por sus allegados y la familia del Carnaval · Fallecido a los 79 años, deja un importante legado a la fiesta gaditana

Agustín González Rodríguez 'El Chimenea'.
N.h./B.e. / Cádiz

16 de agosto 2008 - 01:00

Familiares, amigos y compañeros del mundo del Carnaval dieron ayer su última despedida a Agustín González Rodríguez El Chimenea, importante figura que fue de la fiesta gaditana. A las siete de la tarde tuvo lugar en el tanatorio Virgen del Rosario el responso en su memoria y su posterior incineración, ya por la noche.

Fallecido a los 79 años de edad, Agustín González nació en 1929 en el número 41 de la calle Santa Domingo, en pleno barrio de Santa María. A los 14 inició su vida profesional en el Varadero de Bazán en Puntales, donde permaneció hasta su jubilación en el año 81.

En el Carnaval debutó con la murga 'Estampas gaditanas'. Como autor su primera agrupación fue la chirigota 'Los nuevos ricos', que logró el quinto premio en 1950. Después se sucedieron otras muchas como los primeros premios 'Los lápices de colores', 'Los pitirolos' y 'Los tunos tunantes'. No sólo hubo chirigotas, sino que también escribió para coros, comparsas y cuartetos como aquel del 74 'Don Juan Tenorio y los que fueron al velatorio'.

El reconocimiento a su aportación a la fiesta le llegó, entre otras ocasiones, con el Antifaz de Oro y, a los 50 años de su inicio carnavalesco, en el 2000, con la designación como pregonero. También encarnó al dios Momo en el 90 y pregonó otros carnavales como los de Olvera, Jerez o Chipiona.

Sus hijos desvelan que lo de El Chimenea le viene de herencia de su abuelo. Explica Juana González que "mi abuelo trabajaba en un barco y decían que cuando fumaba el humo que echaba parecía la chimenea de la barquita". Su hija le recuerda como padre y como carnavalero y en este aspecto no puede dejar de recordar "aquel pregón tan gaditano que hizo".

"Pertenecía a la saga de los grandes, a los que yo miraba y admiraba cuando aún era un chiquillo", asegura Antonio Martín. Para él además su trayectoria demuestra su relevancia en la fiesta: "puede decirse que fue el padre del trabalenguas, que no sólo estaba en sus coplas si no que los inventaba a diario. Le dedicó media vida al Carnaval, más de 50 años, y eso tiene mucho mérito. Es de esas figuras que va a quedar y debe quedar grabada en la historia del Carnaval con letras de oro". "Era afable y conocido por todos en el mundo del Carnaval", añadía ayer Martín.

Asegura el responsable municipal del área de Fiestas que ayer despidió al Chimenea toda la familia del Carnaval: "era afectuoso y muy querido por todo el mundo además de una importante figura del Carnaval y todo eso ha quedado demostrado con todas las personas que han querido darle su cariño". Añade que "fue un hombre entregado a la fiesta y en los años últimos en los que yo le he conocido siempre siguió inventando cosas y haciendo propuestas".

'Carapalo' ha sentido mucho la muerte de su amigo, "un tío gracioso, ingenioso y siempre de buen humor. Muy querido, un tío como pocos", resalta de González. Asimismo, recuerda la "alegría" que sintió cuando en 2003 concedieron el Premio Baluarte a su "rival" chirigotero. De las chirigotas que llevan la rúbrica de El Chimenea, Abeijón destaca 'Los pitirolos', primer premio en 1972: "Fue un cañonazo de chirigota. Impactante y muy bien escrita". Y de sus cuartetos, señala dos: 'Audiencia pública' (1979) y 'Mario Carmelo y sus muñecos' (1980). "Agustín hizo mucho por el Carnaval de Cádiz. Luchó mucho por esta fiesta".

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