Ale-hop sustituirá a Springfield en la calle Columela de Cádiz

Cádiz/El comercio se muestra como un elemento vivo tanto de la economía como de las propias ciudades, que basan gran parte de su atractivo en su oferta para invitar a pasear y visitarla. Este sector se encuentra actualmente en un gran proceso de cambio debido, entre otras cuestiones, a la fuerte implantación del comercio online (acelerada más si cabe con la pandemia del coronavirus) y la transformación de los centros de las ciudades, que, entre otros motivos, se están viendo afectados por los precios al alza de los alquileres.

Cada vez que se produce un cierre de un establecimiento en un local amplio, bien situado y con buenas condiciones, se abre una nueva oportunidad de negocio. El local que hasta principios de año ocupaba la marca Springfield ya ha encontrado un nuevo inquilino, por lo que solo ha permanecido clausurado durante unos meses. Este será la empresa alicantina Ale-hop, que abrirá en Cádiz capital su tercer establecimiento. Las otras dos tiendas de esta firma abrieron a mediados de 2018 en la avenida Amilcar Barca y la calle Pelota.

Esta compañía está especializada en la venta de productos de regalo, que van desde juguetes hasta artículos de papelería, textil, hogar, pequeña electrónica o menaje, entre otros. Desde la propia empresa han confirmado a este medio que su intención es que la apertura se produzca a principios del mes de julio, en plena temporada estival, siendo esta uno de sus fuertes al incluir entre su oferta muchas referencias de utensilios y ropa para la playa.

La firma alicantina también ha garantizado el mantenimiento de los otros dos establecimientos que tiene en Cádiz capital, lo que es una muestra del proceso de expansión que está viviendo, contando actualmente con más de 200 tiendas repartidas entre España y Portugal, y una plantilla de más de 1.300 trabajadores. Asimismo, la línea de productos que ofrecerá en su futuro negocio de la calle Columela será similar a la que tiene en sus otros dos comercios.

De esta forma, próximamente comenzarán las obras de reforma del local que abandonó Springfield a principios de año debido a un desacuerdo entre la compañía Tendam, antigua Cortefiel, y la propiedad del espacio comercial por el coste del alquiler. Una vez finalicen los trabajos, la vaca de Ale-hop, la imagen y seña de identidad de esta marca, presidirá la calle Columela.

Desde que estallara la pandemia del coronavirus en marzo de 2020, la calle Columela ha sufrido un tsunami en materia comercial por la multitud de cambios que ha sufrido, principalmente por la salida de todos los establecimientos de la firma Inditex que se encontraban en esta vía. Tras el confinamiento, las dos tiendas de Zara (Mujer y Niños, y Hombre) no volvieron a abrir sus puertas, marcando la senda de lo que sucedería en los meses posteriores con Bershka, Massimo Dutti y Oysho. Además, también cayeron otras tiendas como NYX, Festa, Inside, Óptica Regente o Precchio, entre otras.

A pesar de esta cascada de clausuras, la calle Columela no ha perdido su poder de atracción para el sector comercial como su "Milla de Oro" ya que los movimientos no han parado de sucederse con la llegada de nuevos inquilinos a la zona.

Así, en los últimos meses se han producido aperturas como las de Tramas, La Casa de las Carcasas, Pepe Pinreles, Movistar, Miniso o Druni.La última inauguración ha sido hace unos días las de un establecimiento de ropa para ceremonias de origen asiático. Asimismo, en próximas fechas puede fructificar el interés de diversos empresarios por los locales que ocupaban NYX (la antigua tienda de ropa de bebés Goya) y Óptica Regente. Además de estos, siguen en la búsqueda de nuevos inquilinos otros espacios como los de Oysho (en la esquina con la calle Rosario) o Zara Mujer y Niños (en la intersección con José del Toro). Este último es el más amplio de la calle y, prácticamente, de todo el centro de Cádiz, por lo que tiene una salida más complicada ya que tanto su gran cantidad de metros cuadrados como el alto precio solo lo pueden asumir una marca de primer nivel, a menos que se produzca un cambio en su explotación para transformarlo en apartamentos turísticos o en viviendas para su venta.