El discurso de Alejandro Sanz como Hijo Adoptivo de Cádiz
Galardón
El texto completo que ha escrito el artista en agradecimiento al título que ha recibido este sábado en el Palacio de Congresos
Cádiz/Tras haber reído, llorado, tras haberse emocionado, tras haber recibido el cariño inmenso por parte de sus seguidores, de las autoridades locales, del mundo del Carnaval y del flamenco. Alejandro Sanz levanta el pergamino que lo acredita como Hijo Adoptivo de Cádiz, luce orgulloso la insignia, y se dispone a tomar el atril para hablarle a Cádiz. "Cádiz, yo soy tu hijo, tú eres mi madre", dijo. Y todo esto:
"A ver si soy capaz de leer lo que escribí anoche porque llevo dos días esmorecío. Ilustrísimos caleteros, ostioneros, viñeros ilustrados... Con vuestro permiso de todos los mensajes que he recibido de felicitación les voy a leer el de Pepe de Lucía, que está aquí hoy con nosotros: "Alejandro, ya te puedes morir tranquilo pues no tendrás en la vida un reconocimiento más grande que ser Hijo Adoptivo de la ciudad perdida de la Atlántida, ni el Nobel ni nada, que en Cádiz hay que morir, viva tú y viva Paco".Yo le he contestado, inmediatamente, ahora que ya soy hijo, espero heredar los doblones.
La verdad es que yo he estado presumiendo de gaditanismo sin tener el permiso de Cádiz, me he revolcado en la dicha de sentirme parte de algo superior que para mí es Cádiz como forma de vida. Hoy, por fin, ustedes me conceden el honor de ser Hijo Adoptivo de Cádiz. Me conceden el honor de ser hijo, una vez más, volver a tener madre, volver a tener a alguien por quien morirme por contarle lo bien que me van las cosas. Cádiz, a partir de ahora, te tendré en mi mente cuando vaya a decidir hacer o no hacer las cosas, pensando si lo que vaya a hacer te hará sentir orgullosa; porque, Cádiz, yo soy tu hijo y tú eres mi madre.
Tú me adoptas y yo me agarro con fuerza a ti y estrujo tu alma en mi mano y lleno mi pecho de ti y creo por ti las cosas. Tengo tanto de Cádiz en los ojos, en los bolsillos chicos, en los sombreros grandes, en las narices rojas... Tengo una brisa en el pelo que de plata se me enamora y un suspiro que si grito me sale tu nombre en prosa. Quiero ser de Cádiz desde que eras Gadir, tengo una vela que siempre mira hacia ti, tengo un remo que rema si le susurro tu nombre, si le prometo una ola entre El Puerto y Conil.
Permítame que te quiera como un loco, sin permiso, como una tormenta de arena, como una explosión febril, como si no existiera más nada que descubrirte a ti. Cádiz, es que tú no lo entiendes, porque tú eres tú, que este hijo tuyo te ama con tanta verdad que hasta me duele el pecho si te pienso bien. Que llevo dos días llorando sin poderme contener, que te quiero dar las gracias y no tengo con qué. Que sólo puede escribirte una copla para que la cante María y te la quedes. Que querer es lo que hago yo contigo y lo que tú haces conmigo, y así tú, y así yo, y así, vida mía.
Ni levante, ni poniente, ni Caleta, ni por qué, que Cádiz es un sentimiento y como te siento te menté en una canción que hice para que veas los espejos que reflejan tu ser. Cádiz, madre mía, no sé más que ser tu Hijo Adoptivo y así me moriré, pero mientras viva gritaré a los cuatro vientos que soy un hijo de Cádiz, la ciudad que siempre quise que fuera mi madre.
Y seguiré dedicándote coplas y cantando tu nombre, cortito y sincero, latiendo en mi pecho, punzándome lento el amor que te tengo. Cai, que por la madrugá cómo me huele a sal... Te quiero. Y como no puedo quedarme quieto hoy también te traigo un son que canto como si fuera (inaudible por los aplausos). Cai te amo con todo lo que soy y con todo lo que tengo, que ser gaditano nada más.... y nada menos".
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