Aliento para la historia olvidada
El desarrollo de la ciudad
Un centenar de personas acudieron a la ruta 'indignada' para reclamar a las administraciones la recuperación del patrimonio histórico de Cádiz.
La historia de Cádiz es las eterna y casi utópicas rehabilitaciones de enclaves históricos que nunca llegan. Con el atributo de trimilenaria como apellido pero, a menudo, olvidada por las administraciones en lo que al cuidado de su milenario patrimonio se refiere. La Asociación para la Difusión del Patrimonio Cultural (ADIP) lleva años reclamando que se ponga en valor el subsuelo, el monasterio de Santa María, la Casa del Almirante y otros tantos monumentos desterrados de la memoria de las instituciones y de los ciudadanos. Por ello, ayer decidieron tender la mano a los gaditanos para que se unieran a la presión a inversores públicos y privados para recuperar parte de los cimientos históricos de la ciudad que hoy están en ruinas.
La manifestación ciudadana organizada por ADIP tuvo forma de ruta 'indignada', donde historiadores e investigadores sacaron su lado más insumiso y disconforme. "Hoy os pedimos que abráis los ojos para ver el patrimonio abandonado. Duele ver cómo se van los cruceristas, duele ver cómo Cádiz se queda fuera del eje de ciudades milenarias", dijeron ante poco más de un centenar de asistentes, entre los que pudieron verse miembros del gobierno local.
El camino se inició en la plaza Fray Félix en torno a las ocho de la tarde. Allí, entre un numeroso grupo de gente, los expertos partieron hacia Casa del Obispo para hablar de los fallos en la gestión de este lugar con una pancarta donde se pudo leer "Patrimonio=Desarrollo". Era la Casa del Obispo la primera parada del "triste recorrido", como lo calificó el historiador Moisés Camacho al tomar el megáfono. La segunda parada les llevó a las columnas salomónicas pertenecientes a la portada de Santa Cruz abandonadas tras la antigua Catedral. Acto seguido, se dirigieron a Santa María para reclamar que el monasterio se convierta en "motor económico" para la recuperación del barrio.
Uno de los integrantes de ADIP, Moisés Camacho, aclaró a este diario que "el objetivo primero es que las instituciones y administraciones, aparte de particulares y privados, adquieran conciencia de que el patrimonio es importante para conocer nuestra historia". Camacho defendió "el componente social" de reclamar actuaciones en este campo, ya que "aparte de conservar nuestro legado puede ser oportunidad para nuestro futuro". Pese a que es historiador de profesión, a Camacho no se le escapa la importancia que puede tener para el turismo una Cádiz culturalmente remozada, y más en un contexto creciente de demanda como consecuencia de la actualidad internacional. "Sabemos que el turismo cultural es algo en alza en toda Europa, mucho más con las crisis en otras zonas como Turquía, Egipto, etc. El flujo se ha diversificado y, apostando por una oferta cultural buena de calidad, es una oportunidad económica para mejorar la vida de nuestros convecinos, de los gaditanos. Se puede dinamizar la vida de la ciudad a través del turismo", concretó Moisés Camacho. Y advirtió que la explotación turística de la ciudad no debe convertirse en una obsesión por masificar la capital, sí solicitó una mejoría respecto al modelo turístico cultural existente hasta ahora.
"Siempre hemos pensado que se nos ha dado de lado, creemos que somos una ciudad con un legado impresionante y que no lo aprovechamos y no lo sabemos. El primer paso es concienciar a la población autóctona, por eso los hemos convocado hoy (por ayer). Cuando consigamos ese objetivo, pues podemos seguir avanzando", garantizó Camacho, que recuerda que ADIP acumula tres años organizando actividades relacionadas con el patrimonio. Una vez convencida la población, tocará el turno de presionar a las administraciones públicas competentes.
El discurrir por las calles de Cádiz no posibilitó pasar por delante de todos los sitios que precisan una intervención, algo que avisaron. "No vamos a pasar por Valcárcel, ni por la Escuela del Náutico, ni por el fuerte de Cortadura ni por el baluarte San Roque. Hay muchos sitios por donde no vamos a pasar pero que lo vamos a mencionar en las explicaciones", indicaron. También una de las joyas de la ciudad, como es el subsuelo, centró buena parte de las explicaciones. Pues, hasta el momento, se conocen popularmente muchos accesos al subsuelo y hay constancia de la existencia de una vasta red de caminos bajo tierra pero nunca se han encaminado los esfuerzos a invertir en una opción atractiva que mejoraría cualitativamente la oferta de la capital.
No es fácil ser de Cádiz e intentar entender el abandono de ciertos lugares. En este contexto, ADIP dio ayer otro paso al frente para transmitir las singularidades más ocultas de la ciudad. En el paso de la ruta por las cercanías de La Viña, hicieron hincapié en la iglesia de la Divina Pastora de la calle Sagasta. "Está pasando por una situación muy difícil y no hay voluntad por parte de los propietarios de acometer reformas y de volver a abrirla al culto. Religiosamente, es uno de los centros principales de la ciudad, al crearse allí a nivel mundial la compañía de la Divina Pastora. Nos choca la desidia", denunció Camacho.
Entre cultura y reivindicación, pasaron las horas con proclamas en pro del patrimonio. La concienciación fue más allá de las cosas por hacer, desde ADIP también demandaron que otros tantos edificios ya arreglados tengan un uso digno y útil para la ciudadanía. Como es el caso del Castillo de San Sebastián, del que resaltaron que pese al dinero invertido no se le está buscando un fin. "Tiene instalaciones para acoger exposiciones, pero no las hay. Tampoco hay carteles que expliquen sobre el castillo", lamentó Camacho.
Con el acto simbólico de ayer, los muros olvidados de Cádiz recibieron el aliento de su ciudadanía, con el sueño de que estas protestas sean escuchadas en un futuro.
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