El diplomático Ángel Sanz Briz y el judío Moshe Yanai, en el recuerdo
Reciben el homenaje de las asociaciones sefarditas Judería y Tarbut Sefarat
Con el descubrimiento de una placa conmemorativa y un acto en la Diputación, las asociaciones sefarditas Judería y Tarbut Sefarat recordaron ayer al diplomático español Ángel Sanz Briz, que contribuyó a salvar la vida de unos 5.000 judíos del holocausto nazi, y a Moshe Yanai, uno de los 500 judíos de diversos países que en 1994 fueron trasladados en barco desde Cádiz hasta el puerto israelí de Haifa.
Javier Jiménez-Alfaro Hacha, de 10 años de edad, alumno del colegio Amor de Dios, interpretó con su trompeta el toque de silencio, al que siguió el descubrimiento de la lápida, cubierta con las banderas de España e Israel, situada sobre un monolito en la confluencia del paseo de Canalejas con la calle Argantonio, lo que llevaron a cabo Adela Sanz-Briz Quijano, una de las hijas del diplomático, y Josef Mor, cuñado de Moshe Yanai, Susi Cigüela y Fernando Rodríguez, presidente de Tarbut Sefarat, depositaron sendos ramos de flores.
Entre los presentes en el acto se encontraban la alcaldesa Teófila Martínez, la delegada de la Cámara de Industria y Comercio de Israel en España en la provincia de Cádiz, Málaga y Gibraltar, Emma Pérez Blindman.
A continuación, en el salón regio del Palacio Provincial, la vicepresidenta de la Diputación, Mercedes Colombo, presidió un acto en el que Adela Sanz-Briz agradeció el recuerdo a su padre, "que fue un verdadero héroe", y destacó también la generosidad de Cádiz para acoger a los centenares de judíos que a bordo del 'Nyassa' zarparon hacia Israel.
Posteriormente animó a los presentes a trabajar por la concordia, la generosidad y el perdón, "para que no se repitan atrocidades del pasado".
Después tomó la palabra el historiador José María García León, que dijo que se homenajeaba a dos españoles, uno cristiano y otro judío, en alusión a Ángel Sanz Briz y Moshe Yanai, destacando que sobre el primero fue Fernando Andrada, el que hace dos años le habló del papel desempeñado por su suegro para salvar a miles de judíos, por lo que lo llamaron el Ángel de Budapest.
También recordó que hace ocho años, durante un viaje con su esposa a Hungría, visitó la sinagoga de Budapest y a la salida vio los restos del ghetto judío, donde una lápida recuerda al diplomático español.
García León aludió a que en 1992 publicó en este periódico el artículo titulado 'Franco y los judíos en la II Guerra Mundial', que le originó algunas críticas por parte de los que entendieron que elogiaba aquel régimen, "no se trataba de eso, sino de reconocer que España ocupa un lugar especial en la historia de los judíos porque admitió a todo refugiado, lo que permitió que se salvaran más judíos que en todas las democracias juntas", puntualizó.
Al respecto aludió a que el político socialista Enrique Múgica Herzog, de origen judio-polaco por parte de su madre, había reconocido la acogida pese a todo lo criticable de aquel régimen. Finalmente dijo que precisamente España, que en 1492 expulsó a los judíos por decreto, salvó en 1944 a otros muchos gracias a personas como Sanz Briz, que en 1989 fue nombrado 'Justo entre las Naciones' por el Gobierno de Israel.
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