Pepiño Ferradans creo una marca y un estilo que aún perdura en la hostelería gaditana: El Anteojo. Durante décadas fue el referente en la Alameda y, en sus inicios, incluso con un cuidado bar con terraza en la playa de la Victoria, precursor de los actuales chiringuitos. El Anteojo fue sede de celebraciones familiares y, también de públicas, como la comida en honor a la reina de las fiestas de 1963, Carmen Martínez-Bordiu.