Aparecen restos del antiguo Convento de la Candelaria en Cádiz
Patrimonio
Los trabajos de control arqueológico en las obras de la plaza descubren el aljibe y restos de suelo del antiguo patio
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Los restos del antiguo Convento de la Candelaria que fue derribado en el siglo XIX asoman al hilo de las obras de reurbanización que se están llevando a cabo en la plaza. Durante los trabajos del control arqueológico que lleva a cabo la empresa Balteus Arqueología y Patrimonio se han localizado concretamente un aljibe y restos de un suelo de ladrillos toscos en su entorno.
Según fuentes de la empresa de arqueología, el aljibe es de planta rectangular y tiene unas medidas de 6,95 metros de largo por 7,75 metros de ancho y una profundidad de unos 2.60 metros. Una estructura que se encuentra en buen estado de conservación y que probablemente se ubicaría en el patio del antiguo convento que mandó a derribar el entonces alcalde Fermín Salvochea, en el año 1874.
Tras la visita del arqueólogo municipal y de la inspectora de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, se ha dispuesto conservar el suelo con geotextil y una capa de árido, antes de proceder a la colocación de la nueva solería.
El hallazgo ha tenido lugar junto a la esquina de la calle Sacramento, a unos 35 centímetros de profundidad.
El convento de la Candelaria
El Convento de la Candelaria se construyó en 1567 y se reedificó entre los años 1680 y 1690, tras los destrozos provocados por el saqueo inglés. La iglesia estaba compuesta por tres naves, una en el centro de mayores dimensiones y dos laterales más pequeñas y estrechas que, junto al convento, ocupaban una superficie de 2.200 metros cuadrados, una manzana completa. De su aspecto solo se conoce lo que se aprecia en la maqueta de la ciudad de 1777 que atesora el Museo de las Cortes de Cádiz y en el plano de Wassermann de 1865.
El convento pertenecía a la orden de las Agustinas Descalzas, que se estableció en Cádiz en 1567 siendo en un principio sólo doce mujeres en la parroquia del Rosario. Cuenta la tradición que durante el ataque de los ingleses la imagen de la Virgen que presidía dicho templo fue arrojada al fuego. Un vecino logró rescatar la imagen de las llamas y lanzarla a un pozo cercano para que no quedara destruida. Pero diez años más tarde, un niño cayó al pozo y al ser rescatado relató que "una hermosa señora le había sostenido para que no se ahogara". Tras acceder al pozo encontraron la imagen de la Virgen de la Candelaria en perfectas condiciones.
El derribo y la nueva plaza
El derribo del Convento de la Candelaria tuvo lugar en el año 1874 bajo el mandato de Fermín Salvochea, a tenor de un informe del arquitecto García del Álamo en el que certificaba el "estado de ruina en la mayor parte del edificio" y de los muros que lo rodeaban, lo cual preocupaba al vecindario. Según recoge el arquitecto José Jiménez Mata y María Pilar Ruiz Nieto en su libro Historia Urbana de Cádiz, "el estado era ruinoso cuando en 1873 los vecinos piden que se haga la demolición de los muros".
El Ayuntamiento acordó hacerlo de inmediato, con el consiguiente desalojo de las personas ocupantes, "como medida se seguridad de las personas que lo habitan", exponían al requerimiento de la Administración Económica Provincial, pese a las manifestaciones de las mujeres católicas desalojadas en apenas 48 horas, por lo que se mostraron en total desacuerdo.
Otras fuentes afirman que la iglesia no se encontraba en tan mal estado, sino solo una parte del edificio. La cuestión es que el Ayuntamiento solicitó entonces al Estado la cesión del solar "para dedicarlo a objeto de utilidad pública, concretamente a una plaza" y se realizó el proyecto del jardín de la plaza. También solicitaron el uso de los materiales de su derribo a la construcción de un mercado "que se hace indispensable para el abasto del vecindario".
De circo a teatro y plaza
Según recoge el libro de Jiménez Mata y Ruiz Nieto, tras ser ocupada por el circo ecuestre Rizarelli en 1881, se transformó en teatro autorizado en 1882, que se sustituyó por otro de mayor categoría de madera y con portada de estilo suizo denominado Circo Gaditano. Pero en marzo de 1884 el Ayuntamiento ordenó demolerlo para comenzar por fin la construcción de los paseos y jardines, para cuyo fin se había derribado el Convento.
Ya en 1903 se pavimenta la plaza y se sustituye la fuente central por la estatua de Emilio Castelar, con una distribución de parterres radiales, mientras que en 1950 se reformó a cargo del proyecto de Manuel Fernández Pujol, que respetó la estructura anterior.
La plaza de al Candelaria es precisamente una ampliación de la plazoleta que existía ante el convento.
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