Visto y Oído
Broncano
Un edificio municipal desprotegido
Aunque parezca raro, a veces es la ignorancia la que salvaguarda los valiosos fondos culturales, en este caso bibliográficos, absolutamente abandonados y desprotegidos por la institución u organismo que debe velar por su protección. En este caso, el Ayuntamiento de Cádiz y/o la Fundación Centro de Estudios Constitucionales 1812. Porque el o los individuos que la madrugada del jueves 28 de diciembre penetraron en el edificio del Casino Gaditanopor uno de los balcones de su Biblioteca no tenían ni tienen, seguramente, ni la más remota idea del tesoro cultural que allí se conserva. Un tesoro compuesto, entre otras joyas impresas y manuscritas, por una importante colección legislativa que contiene las actas completas del proceso constituyente de las Cortes de Cádiz de 1812. Un tesoro cultural, que además de robos, podría sufrir las consecuencias de cualquier acto de vandalismo.
El o los ladrones escalaron por uno de los andamios colocados para la rehabilitación del edificio, rompieron uno de los cristales inferiores de uno de los cierros de uno de los balcones de la primera planta que da a la Plaza de San Antonio y, sin más dificultades, accedieron a la Biblioteca. Parece ser que no tocaron ni un solo ejemplar de este valioso fondo bibliográfico municipal sin ningún tipo de custodia, relataron a este periódico fuentes bien conocedoras de lo que guarda.
El o los ladrones encendieron las luces, bajaron tranquilamente por las escaleras hasta el patio neomudéjar y se colaron en el restaurante de la planta baja, que regenta el Grupo Vélez, tras forzar una de sus puertas. Registraron la caja, pero no encontraron nada de dinero. Sólo pudieron llevarse los 400 euros del bote navideño de los trabajadores, que estaba guardado en una humilde hucha de lata y que pensaban repartirse mañana. Pero tampoco se llevaron la alcancía. Prefirieron abrirla allí dentro. Se ve que les costó, porque probaron con dos cuchillos de cocina hasta herirse con uno de ellos, como demuestran varias manchas de sangre halladas en la herramienta y en la propia hucha. Señal también de que se sentían seguros en un edificio abandonado, salvo en su planta baja, sin ningún tipo de medida de seguridad desde hace muchísimo tiempo.
Salir del Casino Gaditano también fue fácil. Lo hicieron por la puerta principal. Bastó abrir el cerrojo por dentro, ya que, por supuesto, tampoco hay ningún tipo de alarma instalada en la entrada.Una absoluta desprotección de un inmueble municipal con ese fondo bibliográfico público dentro que sorprendió a los mismísimos agentes de la Policía Nacional que se personaron tras la denuncia interpuesta por los responsables del restaurante y por el propio Ayuntamiento de Cádiz. La Asociación Casino Gaditano, usufructuaria de una parte de la primera planta del edificio, pero sin llave para su acceso, se enteró del suceso por este periódico, aseguró José Manuel Jareño, letrado secretario general del colectivo.
A la pregunta sobre qué tipo de medidas de seguridad se habían tomado tras conocerse el suceso en torno a las 11:30 de la mañana. una fuente municipal respondió a última hora de la tarde que, una vez interpuesta la denuncia, están a la espera de lo que dictamine la Policía y que, en función de eso, se tomarán “medidas de seguridad de carácter urgente para reforzar la seguridad”. También informó de que el concejal de Policía Local se personó allí con algunos agentes para inspeccionar el inmueble. Al cierre de esta información, a este periódico no le consta que se enviase allí a ningún vigilante.
Según informa el propio Casino Gaditano en su página web, el Archivo de su Biblioteca, “aunque ha sido víctima de algún despojos, aún conserva ricos fondos gaditanos, –algunos conservados gracias a donaciones como la testamentaria de José Rosetty–, e importantes fondos hemerográficos españoles, franceses e ingleses, algunos del siglo XVIII”.
“Destaca entre estos fondos una importante colección legislativa, compuesta entre otros por las actas completas del proceso constituyente de las Cortes de Cádiz de 1812 y un gran número de volúmenes manuscritos de gran interés para la investigación”, añaden.
Entre ellos enumeran “el Registro de entrada y salida en el hospital de San Juan de Dios de Soldados enfermos y heridos repatriados de Ultramar; las cuentas generales de gastos referidos a las obras de reparación del Cuartel de San Fernando para la instalación de un hospital con destino a los heridos procedentes de la guerra de África; la Junta de Socorro de heridos y enfermos procedentes del ejército de Cuba; documentación sobre el cólera en Cádiz y sobre el Hospital de Sangre”.
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