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La Audiencia de Cádiz mantiene fuera de la investigación penal al dueño del bar Grimaldi

Tribunales

El tribunal confirma la decisión del juez instructor, que archivó la causa abierta al propietario del local donde se vendieron tortillas en mal estado durante los Carnavales de 2016.

El dueño de la granja que suministró los huevos con salmonela también se queda al margen. El único imputado es el cocinero.

Varias personas a las puertas del bar Grimaldi en febrero de 2016. / Joaquín Hernández 'Kiki'

La Audiencia Provincial de Cádiz ha decidido mantener al margen de la investigación penal al dueño del bar Grimaldi, el establecimiento que distribuyó tortillas en mal estado durante los Carnavales de 2016 entre cientos de personas que, después de comerlas, sufrieron una intoxicación masiva por salmonelosis. Varios de los afectados requirieron de ingreso hospitalario y un joven de Cádiz con patologías previas perdió la vida tras su ingesta.

El tribunal de la Sección Cuarta ha ratificado así la decisión del juez instructor, el magistrado Miguel Ángel López Marchena, quien hace ahora justo un año archivó la causa abierta al propietario del local, investigado por un delito contra la salud pública, un delito de homicidio imprudente y 70 delitos de lesiones imprudentes. El tribunal ha desestimado pues los recursos presentados por varios de los perjudicados.

Asimismo, la Audiencia de Cádiz ha seguido -de nuevo- el mismo criterio que aplicó el juez instructor del caso y ha dejado fuera del procedimiento penal al granjero que suministró huevos con salmonela al gerente del bar Grimaldi.

El proceso judicial sigue adelante entonces con la única imputación del cocinero, al que en un principio se le atribuye ser el causante del brote por la “manipulación incorrecta que hizo de los huevos, con incumplimientos de las medidas higiénicas", y por no conservar de forma adecuada las tortillas una vez elaboradas", según López Marchena.

La responsabilidad del dueño del bar Grimaldi, que ha sido representado por el abogado Felipe Meléndez, se limita, por tanto, al ámbito de la responsabilidad civil.

El dueño no hizo las tortillas

El auto de la Audiencia que desestima la imputación Juan José Grimaldi, propietario del local, argumenta que este hombre no llevó a cabo "acción u omisión dolosa o imprudente" por cuanto "contrató como cocinero a una persona con la habilitación adecuada para ello". Grimaldi, subraya el tribunal, "no participó en las tareas propias de esa actividad".

De otra parte, explica el auto, que dos empleadas del bar trabajasen después de haber ingerido bocadillos de tortilla del local y presentasen síntomas de gastroenteritis, "no puede considerarse una negligencia grave del dueño del bar, pues en ese momento se desconocía la existencia de la salmonela y los síntomas de gastroenteritis pueden deberse a numerosas circunstancias, máxime en fiestas como los Carnavales".

Partidas de huevos contaminadas

La granja que suministró huevos al bar Grimaldi fue sometida a una inspección, durante la cual se detectó la existencia de partidas contaminadas de salmonela. Y es que el dueño de la explotación avícola no había realizado los preceptivos autocontroles en los plazos fijados por las normativas alimentarias (razón por la que se le instruyó un expediente sancionador que acabó con una infracción leve).

La Sección Cuarta mantiene el archivo respecto al distribuidor de huevos porque entiende que no hubo "una ausencia de control" por su parte, "sino un control realizado tardíamente por desconocimiento", no por dejadez. "No podemos considerar que estemos ante la falta de las más elementales normas de precaución que caracteriza a la imprudencia grave", señala el auto.

Por otro lado, añade el tribunal, "la causa más relevante de la intoxicación fue la incorrecta manipulación y conservación de los huevos, ya que si se hubieran adoptado las medidas correctas, se hubiera erradicado la salmonela. De hecho, sólo se produjo la intoxicación en el Bar Grimaldi, pese a que los huevos de esa granja se vendieron también en otros establecimientos".

Tortillas a 20 grados

Durante la fase de investigación de este caso, el juez instructor llegó a la conclusión de que en el bar Grimaldi se elaboraron tortillas "con incumplimiento de normas sobre elaboración y conservación”, lo que determinó que fuesen “nocivas para la salud por contaminación”.

El cocinero, investigado por un delito contra la salud pública en concurso con un delito de homicidio imprudente, fue el encargado de la preparación de las tortillas “única y exclusivamente”. El juez instructor señaló hace un año que “las tortillas fueron hechas con mucho tiempo de antelación a su venta” en un local con “deficiencias higiénico sanitarias que incumplían una serie de normas administrativas”. Así, “las condiciones de higiene y limpieza de la cocina no eran las adecuadas”.

Una vez hechas, “la conservación de las tortillas fue a temperatura ambiente hasta el montaje de los bocadillos”. Una vez preparados estos, se mantuvieron igualmente a temperatura ambiente, “a unos 20 grados, cuando se deberían haber guardado en cámaras de frío”.

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