El Ayuntamiento culpa a la Junta de la ruptura en Santa María
"La administración autonómica lleva cinco años sin hacer nada en el convento"
El Ayuntamiento de Cádiz culpa directamente a la Junta de Andalucía de que las monjas de Santa María hayan roto de manera unilateral el convenio que habían firmado con la administración autonómica para la rehabilitación del convento de Santa María.
Tal y como anunció este medio en la edición de ayer, la Orden Concepcionista tiene intención de darle la rehabilitación a un promotor privado que se encargaría de la recuperación de la zona conventual y la de una zona para alojamiento, tal y como venía en el diseño original.
El teniente de alcaldesa de Urbanismo del Ayuntamiento de Cádiz, Ignacio Romaní, se mostró muy preocupado por esta noticia , a la vez que decía que la Junta era la que "había abandonado" el proyecto de rehabilitación "tras cinco años de inactividad".
Romaní teme que la operación en el convento de Santa María "se convierta en otro Valcárcel, donde la pelota urbanística se deje en el tejado del Ayuntamiento, porque no sabemos qué uso es el que le quiere dar la iniciativa privada".
Romaní también se encontraba molesto porque se había enterado de la noticia por la información que publicó este periódico. Así, recordó que el equipo de Gobierno había instado en varias ocasiones a que se hicieran obras de seguridad en el inmueble para que no se produjeran más daños.
El representante municipal dijo sentir estupor debido a que tanto la Junta de Andalucía como el Obispado de Cádiz rechazaron en su día "nuestra colaboración". En este sentido, señaló que si el Ayuntamiento de Cádiz hubiera entrado en la operación "el convento de Santa María estaría hoy rehabilitado".
Ignacio Romaní considera que la Junta "después de prometer el oro y el moro, al final se ha quedado sin dinero y no ha podido acometer el proyecto de rehabilitación de un edificio histórico que debe estar en buenas condiciones".
El acuerdo entre las concepcionistas y la Junta se cerró en el año 2005, tras un frustrado acuerdo anterior con el Ayuntamiento, cuando se barajó la posibilidad de transformar parte del edificio en un complejo hotelero.
Esta apuesta se cayó del proyecto final, aunque se pintó sobre el plano la construcción de tres apartamentos pequeños de una habitación cada uno.
Las monjas tuvieron que abandonar el convento y trasladarse a la calle Feduchy debido al precario estado en el que se encontraba el inmueble.
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