El Ayuntamiento no tiene dinero para premiar a los opositores venezolanos
No puede pagar el viaje a los familiares de los designados por Teófila para el Premio Libertad.
He aquí una pequeña historia rocambolesca. El Ayuntamiento de Cádiz anuncia que los ganadores del galardón Libertad Cortes de Cádiz en su VII edición son los opositores políticos al chavismo que han sido encarcelados en Venezuela por Nicolás Maduro. Esto se produce cuando la alcaldesa es Teófila Martínez, pero ya sabe que no lo va a seguir siendo. Podría parecer que es una pequeña encerrona para sus suscesores porque tras las elecciones municipales quien gana la alcaldía es Podemos, cuyos vínculos con Venezuela son la comidilla de las tertulias desde que se dieron a conocer sus principales figuras televisivas, que fueron asesores con el régimen de Chaves. Aún así, el futuro alcalde, José María González, asume el reto y dice que no tendrá ningún problema en entregar el premio a Leopoldo López Mendoza, María Corina Machado Parisca y Antonio Ledezma Ruiz, que siguen encarcelados en cárceles venezolanas.
Ayer, ya más de seis meses después, a punto de finalizar el año, el Ayuntamiento de Cádiz aseguró que está “buscando acomodo en el calendario” a la entrega del VII Premio Libertad Cortes de Cádiz. Pero el problema no parece ser de calendario, ya que a continuación se asegura que los familiares de los premiados, que serían quienes recogerían el premio, exigen al Consistorio gaditano que éste “les abone el viaje y todos los gastos que conlleve su desplazamiento y estancia en la ciudad para recoger el galardón”. En principio, parecería algo bastante normal. Si a uno le premian, no le va a costar el dinero.
Pero como el Ayuntamiento está buscando en las telarañas de sus arcas, califica el desembolso por este galardón como “elevado”, como mínimo. “Ello implicaría que no puede ser afrontado por el Ayuntamiento de Cádiz habida cuenta de la delicada situación en la que se encuentran las arcas municipales, por lo que se están estudiando distintas alternativas a la inicialmente propuesta para entregar el premio”. Es decir, que no es tanto un problema de calendario, como de que no hay un duro. O que los duros que hay no se considera que se deban destinar a estos fastos y a un homenaje a quienes están en proceso de dinamitar el chavismo, a la vista de los últimos resultados electorales en este país.
Para que no se pensara que el Ayuntamiento obraba de mala fe, se ofreció a un familiar de estos opositores que residía en Madrid que fuera él quien recogiera el premio, que un viaje desde Madrid siempre es más barato que uno desde Caracas, pero este familiar dijo que sólo lo haría si asistía el resto de la familia desde Venezuela. Vuelta al principio.
Porque lo que se da aquí es que un Ayuntamiento no tiene ninguna gana de entregar el premio a quienes ha premiado y los premiados tampoco sienten demasiada simpatía por quienes gobiernan el Ayuntamiento que les ha premiado. Cosas que pasan.
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