El Ayuntamiento se plantea expropiar parte de la trasera del Hospital de Mujeres
Desarrollo de la ciudad
Aduce que lleva cerca de tres años intentando que el Obispado acometa las obras incluidas en el PGOU
Pretende crear un jardín público y que se reactiven proyectos sociales
Cádiz/El gobierno municipal está dispuesto a acudir a un procedimiento de expropiación para poder sacar adelante un proyecto que tiene un importante calado social y económico, y que se encuentra parado desde que se planteó hace seis años en el actual Plan de Ordenación Urbana: la reforma integral del patio trasero del Hospital de Mujeres, sede del Obispado de Cádiz.
Este espacio urbano, propiedad de la Diócesis de Cádiz, ocupa una extensión superior a los tres mil metros cuadrados, estando actualmente parcialmente abandonado con apenas un uso educativo relacionado con el vecino colegio María Milagrosa.
Desde la llegada del equipo que comanda José María González al frente del Ayuntamiento, se ha intentado, según afirman fuentes municipales, que la Iglesia afronte todas las operaciones urbanísticas que le corresponden ejecutar en este suelo, según se dispone en el PGOU de 2012. En el documento se incluye un terreno de 1.354 metros cuadrados destinado a espacio público, que actualmente sigue vedado a la ciudad, y sobre el que se centrará el proceso expropiatorio.
El Ayuntamiento ha realizado en estos tres últimos años diversas gestiones ante el Obispado que han resultado “infructuosas”, destacando que ha sido imposible llegar a un acuerdo con la propiedad a la vez que ésta “no ha mostrado ninguna intención de acometer sus obligaciones”, tanto por lo que respecta a la cesión del espacio libre como al desarrollo del conjunto de la unidad. Hay que tener en cuenta que el PGOU fijaba en el segundo año de desarrollo del Plan la ejecución de esta unidad urbanística.
José María González, alcalde de Cádiz
"La mano tendida del Ayuntamiento no se ve correspondida"
“Cádiz, y en concreto el barrio de La Viña, no pueden seguir esperando por más tiempo un espacio absolutamente necesario para sus vecinos, en el que se concitan un parque público y abierto para todos, un aparcamiento subterráneo y un geriátrico. La actitud de mano tendida constante del Ayuntamiento hacia el Obispado en este caso no se ve correspondida con un espíritu igualmente positivo”. Ante esta situación, José María González deja claro que “en ningún caso consentiré que la respuesta hacia los gaditanos sea la desidia”.
Ante esta situación, y al considerar el gobierno de Podemos–Ganar Cádiz que esta operación se ubica en una zona de la ciudad especialmente necesitada de actuaciones públicas, se ha planteado la modificación del sistema de actuación en esta unidad urbanística pasando de compensación a la expropiación de los terrenos propiedad del Obispado que estaban destinados a espacio público. El Ayuntamiento considera preferible que sea la propia Diócesis la que afronte el cumplimiento del PGOU, e incluso está dispuesto a sentarse de nuevo si así se plantea de forma inmediata desde la Iglesia. Pero si el silencio persiste, se iniciará todo el proceso expropiatorio de forma inminente.
El Ayuntamiento deja claro que en todo este proceso se mantendrá el espacio reservado para el centro escolar, incluso mejorando las actuales instalaciones del mismo. Junto a ello, se abrirá la oportunidad para sacar adelante una serie de equipamientos que mejorarán las escasas dotaciones sociales de esta zona de la ciudad y se podrá afrontar una serie de mejoras urbanísticas que tendrían que ayudar al reforzamiento comercial, y con ello económico, de los barrios más cercanos.
Hay que tener en cuenta que la trasera del Hospital de Mujeres es vecina de unas de las zonas urbanas del casco antiguo más degradadas. El Plan Municipal de Vivienda destaca incluso que es uno de los barrios donde aún persiste con mayor fuerza la presencia de viviendas degradadas y donde el índice de envejecimiento y de desempleo de la población se sitúa entre los más elevados de la capital.
El planteamiento municipal se centra en la transformación de este espacio público hoy inexistente en una zona verde, que en parte paliaría la falta de suelo de ocio en el casco antiguo, y más en una zona de especial fuerza económica ante la cercanía del mercado central de abastos y el mercado gastronómico allí existente. Es, a la vez, un barrio acolmatado, de calles especialmente estrechas que dificultan una relación vecinal más directa.
Junto a este espacio ajardinado, de los que el área municipal de Urbanismo ya ha elaborado varios esbozos, la operación del Ayuntamiento prevista en el PGOU incluye también la construcción de una residencia para mayores y un estacionamiento subterráneo que, asimismo, paliaría en parte el déficit de estacionamientos que soporta este distrito.
El diseño planteado por el PGOU, y que el gobierno de José María González quiere reactivar sin mayores dilaciones, incluye también una sustancial mejora en el acceso ciudadano a este inmenso patio. Hoy se limita a la calle Circo, de escasa superficie, que sería ampliada incluyendo también una nueva calle de entrada y salida y que se abriría utilizando el solar de una vieja edificación, abandonada desde hace años, que da a la calle San Francisco Javier. De esta forma, este espacio urbano experimentaría una gran permeabilización urbana, con conexiones directas desde los callejones y, también, desde la calle Hospital de Mujeres y con ella a todo el trazado del centro comercial de la capital. Considera el gobierno local que la zona verde prevista, el equipamiento asistencial y el estacionamiento subterráneo ayudarían de manera notable a recuperar parte del pequeño comercio perdido en los años de la crisis.
Martín Vila, concejal de Urbanismo
"El desarrollo de este espacio dinamizará la economía social"
“Esta es una demostración clara de que el sistema de actuación previsto en esta unidad por el PP fue un modelo fallido que ahora nos toca a otros, por el bien de la ciudadanía, enmendar y corregir. El desarrollo de este espacio significará un importante alivio ambiental para las personas del barrio y una dinamización de la economía local”.
Curiosamente fue la propia Diócesis de Cádiz la que en 2007, cuando al frente de la misma estaba el obispo Antonio Ceballos, planteó al Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, la inclusión en el PGOU de una profunda reordenación de este espacio propiedad de la Iglesia.
En aquel momento, la misma Iglesia constataba que buena parte de este patio, que da a la fachada trasera del Hospital de Mujeres, un edificio calificado como Bien de Interés Cultural, y que es sede del Obispado de Cádiz y Ceuta, estaba sin uso, con algunas pequeñas edificaciones cerradas o en mal estado.
La propuesta planteada hace once años buscaba, además de la mejora de las instalaciones deportivas, la construcción de nueva planta de un equipamiento social bajo la denominación de ‘Centro Oasis’. La intención era, como el ya existente entonces en Granada, que fuera Cáritas Diocesana la que se encargase de su gestión. El proyecto estrella de esta primitiva operación incluía la apertura de una treintena de pisos tutelados, con atención a personas mayores y personas con discapacidades, además de un espacio para una Unidad de Estancia Diurna.
La operación urbanística, decía entonces el Obispado, se financiaría mediante la construcción y gestión privada de un aparcamiento subterráneo, con 1.100 metros cuadrados de superficie por planta.
Buena parte de estas peticiones se incluyeron en el PGOU que entró en vigor en 2012. Entonces se especificó que la Iglesia debía de afrontar su desarrollo en el segundo año del mismo. Como ha pasado el tiempo sin que nada se haya movido, ahora el gobierno de José María González pone sobre la mesa la intención del Ayuntamiento de sacar adelante la actuación mediante una expropiación del espacio público.
Uno de los últimos grandes terrenos sin uso en intramuros
La inmensa superficie, para los cánones que rigen en el casco antiguo de Cádiz, que ocupa la trasera del imponente edificio del Hospital de Mujeres, es uno de los escasos espacios urbanos que quedan por recuperar en intramuros y una de las escasas posibilidades que se tiene de crear nuevas plazas públicas. Se encuentra, además, en uno de los distritos urbanos más degradados social y económicamente. Lo dicen todos los estudios municipales que se han venido realizando en los últimos años. Abundan las viviendas en mal estado de conservación, abundan las familias sin apenas ingresos y con elevadas tasas de desempleo y abunda, también, las personas de mayor edad. A todo ello se le ha ido añadiendo en las dos o tres últimas década la pérdida de un pequeño comercio de barrio. Puerta entre las calles más comerciantes del casco antiguo y de los barrios más populosos del mismo, la urbanización de este espacio se hace esperar no sólo desde la confección del PGOU de 2012 si no también del confeccionado en 1984. Espacio que se une a otros terrenos desaprovechados, como la cercana plaza de la Reina, donde iba a levantarse el primitivo Museo del Carnaval y hoy reclama a gritos una profunda urbanización, o los inmensos terrenos del Campo de las Balas, suelo ideal para abrir el último balcón de la ciudad al mar aunque destinado a dar cabida a instalaciones deportivas, igualmente pendientes, dentro del nuevo Campus de la UCA.
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