El Banco de Alimentos de Cádiz encuentra un nuevo obstáculo en el camino

A los Bancos de Alimentos se les está poniendo su labor más cuesta arriba de lo habitual. El motivo no es otro que el fin, este año, de la fórmula de reparto de los productos no perecederos procedentes del FEAD (Fondo Europeo de Ayuda a Desfavorecidos), debido a una decisión del Ministerio de Agricultura. Cuenta Isabel Gomis, presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz y de la Federación de Bancos de Alimentos de Andalucía, Ceuta y Melilla (Fabacm), que “hace un año nos comunica el Gobierno que la fórmula actual del FEAD finalizará en 2024 y que se sustituirá por otro tipo de ayudas directas a los beneficiarios a través de los distintos servicios sociales de los municipios”. Se trata de la entrega de tarjetas monedero, al parecer solo a familias con hijos menores, con las que podrán comprar en las cadenas de alimentación que se adhieran al programa, con una cantidad límite mensual.

Destaca Gomis que “el Gobierno marca las directrices, pero el programa deben implementarlo las comunidades autónomas. Y a día de hoy no se sabe cómo se hará. Parece que la Junta deberá ponerse de acuerdo con los servicios sociales de cada municipio. De momento parece que no formaremos parte de ese proceso, aunque se desconocen muchas cosas”. “Junto a Estonia, Lituania y Rumanía somos el único país que ha optado por esta modalidad de FEAD, y todos los demás países europeos mantienen la fórmula de siempre”, apostilla Antonio Grimaldi, directivo del Banco de Alimentos de Cádiz.

“Nos preocupa que este nuevo programa no ofrezca cobertura a todas las familias. Porque hay muchas que sin tener hijos menores, tienen muchas necesidades. Con esta nueva fórmula, entre un 50 y un 70 por ciento se las familias se quedarían fuera del reparto”, asegura Isabel Gomis. Hablamos de un programa que ha ayudado a atender en Andalucía a unas 600.000 personas, suponiendo alrededor del 50 por ciento de los alimentos no perecederos que vienen repartiendo los Bancos de Alimentos andaluces. En 2022 propició el reparto de 9.916.740 kilos a personas necesitadas, mayores, comedores sociales, Cáritas parroquiales, asociaciones de inmigrantes, iglesias de distintas confesiones...

Los Bancos andaluces entienden que con este nuevo sistema se reduce y acota el número y el tipo de beneficiarios y se sustituye la licitación nacional para la compra a fabricantes de alimentos que ha conseguido precios muy competitivos, para compra en supermercados, lo que aparentemente disminuirá la eficiencia de los recursos a igualdad presupuestaria.

Los alimentos del FEAD han sido desde hace 10 años una de las tres fuentes básicas de captación de recursos junto a las operaciones Kilo y recogidas y la fruta y verdura recibida desde el FAGA (Fondo Andaluz de Garantía Agraria).

Al FEAD están adheridos los bancos de alimentos desde 2014 junto a Cruz Roja, únicas entidades autorizadas para el reparto. “Con un control exhaustivo, antes y después, muy fiscalizado”, aclara Gomis.

Este programa europeo “fue un revulsivo para los bancos, suponiendo cada año entre el 40 y el 60 por ciento de la cantidad repartida. Son recursos que somos capaces de triplicar porque también llevan parejos una financiación y traen una dotación económica que se utiliza para la gestión profesional, con personas contratadas, del almacenaje, de la logística de los almacenes, la documentación… Un programa que difícilmente en las actuales circunstancias estará operativo plenamente en 2024”.

El último FEAD se repartió en noviembre y en marzo debe llegar el siguiente. Ahora, Gomis se pregunta “si desde 2014 nos han dejado crecer y profesionalizarnos para este reparto, ¿ya no interesa nuestra gestión de diez años? ¿Qué hacemos ahora los bancos? Peligran aquellos que no tienen otras vías de subsistencia”.

Señala Isabel Gomis que el Banco de Alimentos de Cádiz puede subsistir “unos tres o cuatro meses con lo que se consiguió en la Gran Recogida de noviembre y hasta seis meses con las ayudas económicas”.

El Banco se ha encontrado con otros obstáculos. “Con las donaciones en caja en los supermercados hemos perdido fondos. Con el Covid se impuso la donación en caja para evitar contactos de voluntarios y clientes y tras la pandemia los supermercados han visto que así es más cómodo. Eso sí, por otro lado, con las donaciones económicas manejamos mejor las fechas de caducidad de los alimentos y podemos comprar los más demandados. También la inflación nos está afectando y la gente dona menos”, añade.

Del abastecimiento de aceite mejor no hablar. “No podemos repartir lo poco que nos llega porque es injusto dar a unos y a otros no”, indica. Además, la última fase del FEAD no aportó este preciado líquido ni leche. “Empezamos 2023 con un déficit de 500.000 litros de leche y lo hemos ido consiguiendo a pulmón, a base de donaciones”, señala.

Concluye Gomis haciendo un llamamiento ante la incertidumbre causada por el FEAD. “Nosotros tenemos la capacidad que no tienen otras entidades, podemos hacernos cargo de esta nueva fórmula, aunque nos haría falta una dotación económica y un periodo de adaptación. Tenemos instalaciones, personal, gestión, experiencia, garantía, transparencia, voluntariado... Estamos preparados porque sabemos hacerlo”.

El orgullo de la formación y la inserción laboral

Uno de los motivos de más orgullo del Banco de Alimentos de Cádiz es su programa de formación con inserción laboral de casi un 30 por ciento. “Los cursos son básicos pero ofrecen muchas opciones de inserción. Estamos formando, por ejemplo, a personas para trabajar en asistencia sociosanitaria en convenio con el Ayuntamiento de Chiclana y con la empresa adjudicataria. Y damos cursos de carniceros, pescaderos, reponedores, carretilleros, operarios de lavandería…”, explica Gomis.