El Bar Stop reabrirá la próxima semana con nueva dirección
Francisco Jiménez, propietario de El Rinconcillo, en la plaza Esquivel, se hace cargo del emblemático establecimiento
No todo son malas noticias en Cádiz en cuanto al cierre de establecimientos emblemáticos. Esta vez toca congratularse con la reapertura del Bar Stop, en la avenida de Portugal, cerrado al público desde comienzos del mes de febrero de este año. El dueño del local, Antonio Collantes, ha llegado a un acuerdo con el hostelero Francisco Jiménez, a quien arrendará el bar y devolverá a la zona, la avenida de Portugal y sus aledaños, el rico sabor de los churros, santo y seña de varias generaciones en los albores del día tras una noche de fiesta.
Jiménez es el propietario del Bar El Rinconcillo en la plaza Esquivel, del barrio de La Laguna. Su idea es abrir el Bar Stop la próxima semana con un acto simbólico en el que se degustarán "churros, buenos cafés, mejorados, y chocolates y aperitivos", que serán la base de la oferta gastronómica de la nueva dirección. La apuesta de Jiménez implica dejar personalmente El Rinconcillo y coger las riendas del Stop, aunque no cerrará el bar de Esquivel. "Es más, quiero emplear allí a dos personas y aquí en el Bar Stop a otras cuatro o cinco", manifestaba ayer orgulloso de crear puestos de trabajo.
A pesar de lo arriesgado de esta "aventura", el hostelero, con experiencia de 21 años en El Cantábrico y luego en El Rinconcillo, considera que coger el Stop "es algo que siempre soñé por el tipo de servicio que se va a ofrecer allí, que es la que me gusta".
No habrá cambios en cuanto a la disposición del bar, que mantiene la maquinaria anterior, aunque en estos días se procede al pintado del techo. Ya se ha efectuado el proceso de higienización del local.
El cierre del bar causó una gran sorpresa en la zona el pasado febrero. Los mismos empleados -algunos con más de 20 trabajando en este lugar- no esperaban el desenlace y se encontraron de un día para otro con la desagradable noticia, acudiendo a trabajar y hayando las puertas cerradas. La persona que regentaba el Bar Stop desde hacía un año debía el alquiler desde el pasado mes de diciembre a la sociedad que le había arrendado el local.
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