Barrios de Cádiz: Santa María ruega por sus mejoras
Examen al estado de la capital gaditana
El presidente de la Asociación de Vecinos Tres Torres sigue reclamando mayor atención para una zona de Cádiz con historia y que precisa de un adecentamiento general
Pepe Rodríguez asegura que los últimos robos registrados en el barrio son casos “puntuales”
Tócame las palmas y te canto mi historia
Santa María es el barrio que tras pasar la Puerta de Tierra da la bienvenida al casco histórico de Cádiz. El arco rotulado con su nombre en la Cuesta de las Calesas atestigua su comienzo e invita al visitante a adentrarse en sus calles para recorrerlo, ya sea por ese mismo arco que a través de Troilo conduce a Teniente Andújar donde al fondo se adivinan las torres de la Catedral, o por la cercana calle Mirador que atraviesa el barrio hasta llegar a la iglesia de Santa María. Un barrio con historia, que se refleja en algunos de sus notables y vetustos edificios, y un barrio con arte, con tanto que sirve de apodo a uno de los cantantes gaditanos con mejor trayectoria. Barrio, también, de flamenco que mezcla casi a partes iguales los quejíos con las quejas, las que durante tantos años dieron sus vecinos cuando hace décadas su vida cotidiana se veía fustigada por la droga y la inseguridad y que derivó en un ejemplar movimiento de protesta ciudadana. Mucho ha cambiado desde entonces el barrio aunque, pese a los avances y las reformas, Santa María sigue implorando continuamente mejoras porque las merece y porque en ellas se sustentaría, si llegasen por derecho, el resurgir del barrio.
Este periódico echa mano del presidente de la asociación de vecinos Tres Torres, el incombustible Pepe Rodríguez, para recorrer algunas de sus calles y pulsar la realidad de este barrio que en las últimas semanas ha registrado algunos episodios de robos que su principal dirigente vecinal califica de “puntuales”, y que considera muy lejos de aquella etapa de inseguridad permanente que tanto daño hizo al barrio. Santa María, en su autorizada opinión, tiene problemas comunes con otros barrios del casco histórico de la capital gaditana y otros más específicos. Pese a todas las mejoras, Pepe Rodríguez reclama un adecentamiento del barrio que lo convierta en más atractivo y que, a su vez, mejore también la calidad de vida de un grupo vecinal con una edad muy avanzada y con problemas sociales derivados de los escasos ingresos en algunos casos, del paro en otros y, en general, del imparable coste de la vida que golpea a los dos supuestos.
Rodríguez se reconoce, sin decirlo expresamente, un dirigente vecinal insistente, pues reclama mejoras para su barrio independientemente de quienes estén al mando en San Juan de Dios. Donde ve una necesidad, hay una petición; aunque no siempre cumplida. Pone como ejemplo la urbanización de la calle Mirador, con un adoquinado deficiente y nada firme que dificulta el paso de las personas mayores del barrio, y más si tienen un andador: “Fue la primera petición que le hice a Kichi en su primera visita al barrio, que me arreglara esta calle. Se ha ido y no lo ha hecho. También se lo he dicho a Bruno: hay que arreglar la calle Mirador”.
El envejecimiento del barrio es un problema común en el casco histórico de Cádiz, sin que además se atisben signos de rejuvenecimiento poblacional. Los bajos ingresos y el paro obligan a que una parte del barrio deba solicitar ayudas para pagar los recibos básicos, como la luz y el agua, o para alimentarse convenientemente con una cesta de la compra en constante subida.
Aunque el barrio del Pópulo ganó en Cádiz allá por los años 80 la partida de la rehabilitación integral de su caserío y de su entorno urbanístico, Santa María ha ido viendo como poco a poco sus edificios también han sido rehabilitados. Unas veces por obligación, cuando las vigas crujían y provocaban al desalojo, y otras anticipándose a esa situación límite. Afirma Pepe Rodríguez que alrededor “del 95% del barrio” está rehabilitado, aunque quedan aún pendientes algunas fincas municipales y otras autonómicas, además de varias privadas. También hay fincas cerradas, edificios que afean cualquier barrio porque dan una notable imagen de deterioro y abandono.
Pero también hay datos positivos en el tema de la vivienda. Actualmente hay en marcha tres proyectos de obra nueva: en la calle Gloria, en Santo Domingo y en la calle Público. Pisos que no tienen como fin último el turismo, pero que, como advierte Rodríguez, han salido al mercado con “un precio muy alto” y se han vendido sobre todo “a gente de fuera”. Si se confirma este extremo, el intento de rejuvenecer el barrio no podría consolidarse por estas relevantes promociones.
Con todo, según Pepe Rodríguez, Santa María no es un barrio que haya mutado en exceso sus viviendas por apartamentos turísticos, como sí ha sucedido en otros lugares. Asegura que solo hay “tres fincas completas” y otras viviendas sueltas repartidas por el barrio.
En este punto, en el del turismo, desvela el dirigente vecinal que la finca de Sopranis protagonista de un reciente caso de ocupación se convertirá en “un hotel”, al tiempo que insiste en el viejo deseo de ver convertido en hospedería el histórico y maltrecho convento de Santa María.
Y es que es en el turismo donde Pepe Rodríguez pone el foco que puede alumbrar un mejor futuro para el barrio. “Algunos de los mejores edificios de Cádiz están en Santa María, como la Casa Lasquetty. Creo que los guías turísticos deberían conocer mejor la historia de este barrio para poder contarla, para que pasen más rutas por aquí. Está también el convento...”, explica Rodríguez convencido de que la historia del barrio, también muy antigua, puede ser una baza importante para su recuperación. Igual que el flamenco, con un Centro Municipal de la Merced “más dinámico”.
¿Los últimos robos? Pepe Rodríguez afirma que fueron casos “puntuales” y que los distintos cuerpos policiales tienen “muy controlado el barrio”. Destaca, sobre todo, la labor del policía de barrio, un agente local que “se patea las calles y que se desvive” por la zona. “Nada que ver desde luego -insiste el dirigente vecinal- con nuestra antigua historia de droga e inseguridad. Todo está muy controlado”.
Los Caracoles, un negocio popular que viajó al Río San Pedro
El comercio en Santa María se concentra por zonas. Plocia, Sopranis y la plaza de las Canastas son los tramos netamente comerciales. En el resto del barrio, como confirma Pepe Rodríguez, hay pocos comercios y están dispersos. Lucha desde hace tiempo la asociación de vecinos por que se cambie en el PGOU la consideración de comercial a algunas calles, para no tener cerradas y sin uso las plantas bajas de muchos edificios. Porque muchos han sido los que cierran. Uno de los casos más recientes el popular bar Los Caracoles, que llegó a Sopranis como herederos de La Palma del Hondillo y que casi acabada la última temporada de caracoles y cabrilla cerró negocio para trasladarse a la barriada del Río San Pedro. Una pérdida en toda regla para el barrio.
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