Barrocal 13 ¿Qué hacemos con una de las fincas más antiguas de Cádiz?

La Junta ha ejecutado obras de consolidación para evitar el hundimiento del edificio, anterior al ataque anglo-holandés de 1596

Es una referencia única del Cádiz del siglo XVI

Un yacimiento bajo suelo

Estado de la finca vista desde el patio interior.
Estado de la finca vista desde el patio interior. / Jesús Marín

La calle Barrocal, en pleno centro de Cádiz, calle Barroca ha visto como en los últimos años se han ido renovando la mayor parte de sus fincas. Sin embargo, una permanece cerrada. Se ubica en el número 13. No llama la atención, más allá de las ventanas enrejadas de su primera planta y las nada habituales tejas que se vislumbran en el perfil de la azotea. Más allá de ello, es un edificio sin mayor interés arquitectónico.

Y sin embargo, detrás de esta simple fachada se encuentra uno de los edificios de viviendas más antiguos de los que se preservan en pie en la ciudad, de los pocos que se salvaron de la destrucción que los invasores ingleses y holandeses provocaron en 1596 durante el asalto a la ciudad, en el que destruyeron todo lo que se encontraban a su paso.

Los estudios realizados por un investigador particular, Francisco Sánchez Macías, revelan que la finca ya existía en la segunda mitad del siglo XVI, pues aparece en la testamentaría de 1584 de Diego de Roa, uno de lo vecinos más preeminentes de la época.

El edificio acumula así un evidente valor histórico en una ciudad sin apenas referencias físicas de esta etapa de su historia. Y, por si fuera poco, en una parcela vecina a la que en 2019 se localizaron restos de una casa de la época medieval. Restos en buen estado, incluso distinguiendo puertas, muros y ventanas, que modificaron los límites que hasta ese momento se creía tenía la ciudad hace más de cuatrocientos años pues siempre se pensó que la zona de Barrocal, en los arrabales de Santiago, era una zona fangosa, sin construcciones.

Sin embargo, y a pesar de la relevancia de lo encontrado en las excavaciones, la Consejería de Cultura, en el último gobierno del PSOE, decidió mantener oculto lo localizado, tapándolo y construyendo sobre el mismo un bloque de pisos de renta libre. Hoy en este edificio, por si fuera poco, no hay referencia alguna sobre lo descubierto en su subsuelo.

Desde el actual gobierno regional se es consciente de que en el patio posterior de Barrocal 13 aparecerán también restos arqueológicos de igual importancia a los hoy ocultos en la parcela vecina. Pero no hay nada claro sobre lo que se va a hacer con ellos, aunque sí evitar su olvido.

"Es presumible que en el gran patio se encuentren importantes restos arqueológicos (ya se localizaron en el solar vecino, que el anterior gobierno del PSOE de la Junta tapó a pesar de su relevancia). Mientras no se sepa si existen o no restos arqueológicos en el solar, y en el caso de que los hubiera se determine la naturaleza de los mismos y su valor, el propietario no podrá tomar ninguna determinación al respecto. En este momento parece prematuro tomar decisiones en ese sentido, decisiones que por otra parte, podrían incluso no corresponder a AVRA ni a la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, a la que está adscrita esta Agencia, si no estuvieran en su ámbito competencial", se destaca desde AVRA, la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, actual propietaria de la finca.

La finca lleva más de quince años vacía.
La finca lleva más de quince años vacía. / Jesús Marín

La agencia pública ya ha gastado más de 300.000 euros en obras de consolidación del edificio. Lo cierto es que la finca está al borde de la ruina. Diario de Cádiz visitó esta semana el edificio, acompañados por técnicos de AVRA, aunque se limitó a la planta baja y al patio, pues los pisos superiores no son seguros. La estructura se ha protegido para evitar su desplome, pero se asume que hay que actuar en el conjunto para evitar que persista su deterioro, tras más de una década de abandono, pues los primeros planteamientos de actuación por parte de la Junta datan de 2008, tras ser adquirida por la Oficina de Rehabilitación.

Ahora, indica la Junta, "el objetivo es poner en carga para la ciudad estas viviendas, mediante la colaboración público/privada". La previsión es que se habiliten unas 16 viviendas. Sin embargo, todo podría cambiar si la administración regional diese el paso decisivo de rehabilitar el edificio para usos culturales, aprovechando su valor histórico y los hallazgos arqueológicos que se suponen hay bajo tierra.

En todo caso, la Junta no concreta nada, pues todo dependerá de las posibilidades de la finca tanto para su uso como viviendas, como la localización o no de restos históricos.

Restos medievales localizados en la zona.
Restos medievales localizados en la zona. / Jesús Marín

Lo cierto es que hay una clara tendencia a la hora de ocultar o mal vender los restos arqueológicos que se descubren en la ciudad. En este caso, la gravedad es doble por cuanto lo que se localizó en 2019, y se supone que tendrá continuidad en el solar de Barrocal 13, era una construcción en muy buen estado de conservación, de una etapa sin apenas restos en Cádiz y con una ubicación que redefine los limites de la ciudad de la época.

La lógica en una ciudad que debería de apoyar su desarrollo apoyándose en su patrimonio histórico (por su valor cultural y turístico), sería preservar al aire libre estos restos, como ocurre con las ciudades donde sí se defiende su historia pasada.

De esta forma, la Junta, que ahora en manos del PP afirma que recuperarán lo que se encuentre bajo el inmenso patio del edificio y no lo taparán como pasó con Barrocal 9 y 11, debería de dar un paso adelante en la apuesta por la Historia de Cádiz y transformar este edificio, muy amplio, en un Centro de Interpretación del Cádiz Medieval.

En sus salas se podría recuperar todo lo que se conoce de esta etapa (sigue oculto el único torreón que queda en pie de la muralla medieval, dentro del edificio del antiguo Hospital de San Juan de Dios) y recuperar aunque sea mediante imágenes lo tapado en el solar de Barrocal 9 y 11. Y todo completado con el relato de lo que fue el ataque anglo-holandés de 1596, lo que supuso para la ciudad, lo que se destruyó o fue robado por los ingleses, y la posterior recuperación urbana. Supondrá una importe inversión, pero muy necesaria.

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