La Belle de Cadix no iniciará sus rutas desde el puerto de Cádiz hasta el mes de agosto
Fin de la suspensión de las escalas de cruceros
El crucero fluvial depende en gran medida de los turistas franceses, por lo que ha decidido esperar
Un buque cuesta mucho dinero ponerlo en movimiento tanto por el combustible que gasta como por las tasas portuarias que tiene que ir pagando cada vez que toca un puerto. Pero lo contrario, mantenerlo parado, también le supone un gran coste a la naviera.Por esto mismo, son muchas las vueltas que tienen que darle para optar por reiniciar la actividad y poner sus ofertas en circulación para captar clientela.
En el caso del buque fluvial La Belle de Cadix, uno de los más fieles al puerto de Cádiz, donde viene recalando desde hace años, sus propietarios han decidido no ponerlo en movimiento hasta el próximo mes de agosto. De momento, según fuentes de la consignataria Lamaignere, mantiene el barco parado en Sevilla a la espera de noticias. El problema que mantiene a La Belle de Cadix todavía fuera del mercado es que es un buque fluvial más bien enfocado al turismo extranjero sobre todo francés que, de hecho, es el idioma oficial a bordo. Las fuentes consultadas indica que prefieren ser prudentes y esperar hasta que el tráfico de turistas internacionales quede del todo liberado y se relajen las medidas con países como España.
De hecho, La Belle de Cadix hizo el amago de reactivarse en septiembre pero el experimento duró sólo un mes al producirse el repunte de la enfermedad que ha tenido a todos los cruceros del mundo paralizados durante un año y medio.
La Belle de Cadix, como cualquier crucero, cuenta con los más estrictos protocolos sanitarios que garantizan tanto la seguridad de sus tripulantes como la de los turistas que lo elijan para hacer alguna de sus atractivas rutas.
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