Botadura del Acorazado Carlos V
Recuerdos del Diario
Hace 125 años se vivió una jornada histórica, ya que se trataba de la primera construcción de envergadura de los astilleros de Vea Murguía
El 11 de marzo de 1895 fue una fecha histórica para la ciudad de Cádiz con la botadura en los astilleros Vea Murguía del formidable Acorazado Carlos V.
Se trataba del mayor buque de guerra construido hasta el momento en España, de 9.235 toneladas de desplazamiento, con 115,82 metros de eslora entre perpendiculares y 20,42 de manga, cuya quilla se había arbolado en marzo de 1892. Tuvo un coste de 18.300.000 pesetas.
Toda la ciudad acudió a las murallas y a los astilleros para presenciar el lanzamiento del enorme buque. Varios ministros del Gobierno asistieron a la ceremonia, junto a los directivos del astillero gaditano y las autoridades locales. La ciudad amaneció luciendo sus mejores galas para vivir la ceremonia de botadura del acorazado Emperador Carlos V, verdadero orgullo de nuestra Marina, y que ha sido construido en los Astilleros Vea Murguía. El número de forasteros que se desplazó desde distintos puntos de la provincia fue muy crecido, y todas las fondas y casas de huéspedes se llenaron completamente. A primera hora se realizó una inspección de la grada y del estado del mar, operación que corrió a cargo del práctico mayor Bartolomé Rodicio.
Poco después, los astilleros eran un auténtico hervidero, reinando gran actividad para ultimar los preparativos finales. Unas dos mil sillas se habían distribuido en la explanada y la tribuna de autoridades presentaba un exornado y bello aspecto. Poco después de las diez de la mañana se fueron retirando los puntales. A las once de la mañana formaron frente a la sala de gálibos las fuerzas de la Guardia Civil, compuesta por 57 hombres.
Tras la llegada de los invitados, poco después de las doce y media, Ricardo Noriega, socio de los señores Vea Murguía, portando el hacha de plata que se utilizó por la madrina en el momento del lanzamiento. El referido hacha tiene una inscripción que reza: Emperador Carlos V: Marzo 11. En un principio iba a ser la Reina Regente la encargada de amadrinar al navío, pero una enfermedad ha impedido que se desplace a nuestra ciudad, estando representada por la condesa de Niebla, a quien le corresponde el honor de ser la madrina del buque.
A la una y cuarto sonó la marcha real, llegando la condesa en compañía de los ministros y del alcalde de la ciudad; siendo recibida por Ignacio Noriega.
Por fin, a las dos y media, el barco, pausadamente y con solemne gallardía, comenzó a deslizarse camino del mar, mientras de todas las gargantas salían gritos de entusiasmo, repicaban las campanas de la ciudad y las embarcaciones surtas en el puerto hacían sonar sus sirenas. Fueron unos momentos de entusiasmo delirante, de aclamaciones frenéticas. Mientras tanto desde la cubierta del nuevo barco se soltaron cientos de palomas que se elevaron sobre el cielo completamente azul. Los señores de Vea Murguía y Noriega aparecían conmovidos mientras que Fúster era abrazado por todos.
Durante las fiestas celebradas con motivo de la botadura del Acorazado Carlos V comenzó a extenderse el rumor de que el crucero Reina Regente había naufragado. El buque había salido el 10 de marzo de Tánger con rumbo a Cádiz cuando un temporal le sorprendió en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar. La noticia quedó confirmada días más tarde, cuando en la costa de Cádiz aparecieron unos restos del buque. El Reina Regente estaba tripulado por 412 hombres, la mayoría de Cádiz.
Todos fallecieron.
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