El CAS excavará un pecio romano con ánforas de aceite localizado en La Caleta
Patrimonio
Los trabajos que se realizarán en 2025 ofrecerán una valiosa información sobre el del cotizado producto que se exportaba desde la Bética a todo el Imperio Romano
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El proyecto ‘Vestigium’, que persigue estudiar el patrimonio en la zona intermareal de cinco playas de Cádiz por parte del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del IAPH, también contempla la excavación del pecio romano la Albujera, que se encuentra hundido en aguas de la Caleta. Se trata de un yacimiento compuesto por ánforas de aceite denominadas Dressel 20 que se encuentra de tres a doce metros de profundidad, “que ya hemos visto y buceado, pero del que aún no hemos realizado ningún sondeo”, explica Milagros Alzaga, jefa del CAS, que avanza que los trabajos de prospección se realizarán en el primer semestre de 2025.
“Por alguna circunstancia que se desconoce, al salir o entrar, la embarcación golpeó con el arrecife y volcó, y aunque tampoco sabemos si queda algo de la arquitectura naval del barco, hemos visto perfectamente cómo la cerámica cayó del arrecife hacia abajo”, puntualiza sobre este trabajo que aportará una valiosa información sobre el importante comercio de aceite.
“Tal y como recomienda la UNESCO, se realizará una investigación vertical, no se excavará al completo, pues si en un futuro los avances pueden ofrecer más información, se aconseja que no se agote el yacimiento”, añade.
Para ello trabajarán en cuadrícula y con manga de succión de agua para aspirar el sedimento, posicionando cada material localizado, y trasladando parte al CAS para su estabilización y estudio, “ver si tiene marcas, qué información nos proporciona, de dónde procede el aceite, etc”.
Concretamente el ánfora Dressel se utilizó en el comercio marítimo del aceite durante tres siglos. Medía unos 80 centímetros de alto y 60 de diámetro y podía contener hasta 70 litros de aceite. De las inscripciones y marcas en estas ánforas se pueden obtener datos muy interesantes sobre el alfarero, que era un sello de calidad del recipiente, bien del dueño del alfar o de la persona que había comprado la partida de ánforas; del peso, del nombre del comerciante tanto del ánfora como del aceite, incluso datos fiscales.
Así se recoge en el libro divulgativo realizado por el CAS ‘El viaje del aceite, del campo andaluz a la mesa romana’, que ahonda en la producción, el comercio, usos y las propiedades del aceite de oliva en la Bética romana.
Una zona que precisamente se enriqueció en época romana gracias a este comercio, tanto por el cultivo del olivo, como por la producción y venta del aceite, por la elaboración de dichas ánforas y la propia actividad portuaria y naval como la que se generaba en el puerto gaditano. Esta vía comercial iba de la mano de la industria del salazón, con una importante presencia en el Gades romano.
Aquellos barcos, como el Albujera, atravesaban el océano y el Mare Nostrum con ánforas cargadas de aceite rumbo a Roma y los principales puertos del Imperio. Una vez que llegaban al destino se vertía en odres y las ánforas se rompían y desechaban en el basurero oficial cercano al puerto, denominado Monte Testaccio.
Desde el siglo XV al XX el CAS ha documentado 2.219 naufragios históricos en aguas andaluzas, de los que más de 535 tuvieron lugar en aguas de la bahía de Cádiz. Por el momento se han excavado o documentado más de 100 yacimientos en Cádiz, uno de ellos el de este pecio romano, y 280 a nivel andaluz. Un conocimiento que se ha ampliado considerablemente en los tres últimos años gracias a los trabajos de investigación en los archivos.
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