"Cádiz no es agradecida, es olvidadiza"

Entrevista. El productor y presidente de la peña Enrique El Mellizo, Antonio Benítez, mira al pasado con mucho orgullo y al presente con pesimismo

El productor y presidente de la peña flamenca Enrique El Mellizo, durante la entrevista en la hemeroteca de 'Diario de Cádiz'.

24 de marzo 2013 - 01:00

Antonio llega lastimado. Sí, en una caída se torció el brazo. De hecho, viene de rehabilitación. Pero tiene otras heridas que no se perciben a simple vista. Al hombre de los fuertes abrazos, de la voz potente, de la impronta rotunda, querido y temido, es mejor no hablarle del presente al que mira con la luz apagada. Antonio Benítez (Cádiz, 1945) parece cansado. Y se me antoja extraño ver cansado al guerrero. Guerrero, como todos los guerreros, con sus luces y con sus sombras. Repasamos algunas batallas.

-¿El flamenco es negocio?

-No, negocio no es. De hecho ahora tengo la oficina cerrada. He tenido que despedir a un chaval y a una chavala que tenía allí para llevarme las cosas. Los Jueves Flamencos también peligran, a ver si vienen subvenciones porque no podemos llevarlos adelante, estamos en un trance malo... Si no se celebran sería la primera vez desde el año 1983. Nosotros estamos intentando por todos los medios reunir las debidas colaboraciones de instituciones públicas y privadas.

-Hablemos de buenos tiempos. De los eventos que ha realizado su productora ¿el del Fórum de Barcelona fue el más importante?

- Pues sí, efectivamente, llevamos a más de 100 artistas a Barcelona en aquel año 2004. Estuvo muy bien aquello, sin parar de un escenario a otro, aquello fue horroroso de trabajo pero quedó todo muy bien. Llevé a Farruquito, a Antonio El Pipa, al Capullo, a Juan Villar... a, yo que sé... Eran todos gitanos porque los de la organización querían que fueran todos gitanos. Estuvimos allí dos semanas... Qué bueno aquello... Qué tiempos...

-Lo noto desanimado Antonio

-Tengo un pesimismo en lo alto...

-¿Cómo ha sido la relación de su productora con la peña Enrique el Mellizo que usted preside?

-Muy buena y creo que ha sido beneficiosa para la peña. Yo tengo la suerte de llevarme muy bien con los artistas, así he conseguido beneficios para la peña como que los artistas vinieran bajándose el caché. Bueno, también a los artistas luego me los he llevado por muchos festivales. Es que antes había muchos festivales por la provincia pero se están perdiendo...

-¿Cuáles se han perdido?

-La Parpuja de Chiclana, el festival que se hacía en Puerto Real de la peña Canalejas, se ha perdido el gran festival de las Nieves...

-Otra pérdida ha sido el Concurso de Saetas en Cádiz. Usted tuvo mucho que ver en su fundación, ¿no?

- Y a ver qué hacen con el Concurso de Cantes por Alegrías... Espero que tomen conciencia los responsables políticos de la importancia de ese certamen... Y, sí, el Concurso de Saetas lo fundé yo con Jesús García. Primero se hacía en la calle y las cofradías se quejaron porque si poníamos micrófonos o no sé qué y al final lo trasladamos a las sedes de las peñas. Y este año ni eso.

-¿Cree que usted le ha dado más a la peña o la peña más a usted?

-Yo le he dado mucho a la peña y a mí la peña, hombre, me ha dado...

-¿Cómo entra en contacto con el flamenco?

-A mí desde chiquillo me ha gustado el flamenco y he seguido todos los pasos de los flamencos de allí de Santa María, donde yo nací. Pero, bueno, digamos que de forma más directa todo empieza cuando estuve a cargo de la Federación de Peñas Gaditanas, que estuve de secretario general mucho tiempo con Jesús García. En este tiempo me harté de hacer favores a la gente y sin ganar un duro, así que pensé que estaba perdiendo el tiempo tontamente y me lancé a hacer mi productora. La monté y gracias a dios no me ha ido mal hasta estos últimos tiempos que estamos de capa caída.

-¿La Federación tenía tanto poder en Cádiz como se dice?

-La federación fue el alma máter de las cosas de Cádiz. De hecho se funda porque la unión hace la fuerza. Claro que tenía poder. Hoy en día ha perdido todo el carisma que tenía.

-¿Por qué lo ha perdido?

-No sé... Supongo que los que sucedieron a Jesús, que en paz descanse, y a mí no le dieron el suficiente carisma que tendrían que haberle dado. Nosotros teníamos un celo, estábamos pendiente de todas las peñas. También ocurría una cosa, en la Transición los políticos se apoyaron mucho en la gente, en las peñas, se querían ganar a la gente y ahora los políticos pues no buscan ese apoyo de esa manera.

-¿Cuál fue el mejor momento que vivió en la Federación?

-Me ha dado muchos buenos momentos y otros no tanto... Me acuerdo con especial cariño cuando se le impuso la primera insignia de oro al presidente de la Junta de Andalucía Rafael Escuredo.

-¿Y el peor?

-No me acuerdo exactamente... No sabría decirte ahora...

-Pues no sé si ese polémico Carnaval de 1986 podría contarse entre sus peores momentos. Cuando se le acusó de influir en el jurado para dejar fuera a 'Los Cubatas'...

-Te juro por la luz que nos alumbra que yo no tuve nada que ver. Se dio la circunstancia de que el presidente del jurado era un miembro de la junta directiva de la Federación Provincial de Peñas y se creyeron que yo manejaba los hilos y yo, lo juro por dios, que no intervine en nada, al revés, es que me gustó la chirigota. Sí que pudo ser ese uno de mis peores momentos en la federación... Sí, puede ser, porque ahí se tergiversaron muchas cosas... Es que como yo tenía el poder que tenía con la Federación de Peñas pues los Rosado se creían, bueno, Paco no, Paquito no, el hermano fue el que pensaba que yo había influido en el jurado para que les dieran el cajonazo y qué va.

-Pero ustedes tuvieron un encontronazo un verano antes en un chiringuito, ¿es así?

-Qué va, si la pelea fue después de pasar eso con Chico Rosado. Él lo contará a su forma pero eso no es así.

-Lleva en el cargo de presidente de la peña Enrique el Mellizo casi tanto como llevaba Fidel en Cuba, ¿piensa en la retirada?

-Yo me quiero ir ya, no te creas... Llevo muchos años, es verdad, y me lo estoy pensando ya pero la buena relación que tenemos los directivos y demás pues es lo que me frena, no los quiero dejar tirados.

-¿La peña La Estrella fue su vínculo con el Carnaval?

-La peña La Estrella data de mucho antes de que nosotros llegáramos pero los que pusimos en marcha la peña y le dimos el realce fuimos Jesús García y yo. Le dimos un nuevo enfoque y la refundamos en 1970. De ahí surge mi vinculación con el Carnaval. Empezamos a hacer reuniones dentro de la peña y junto con Luis Alberto Balbontín, Balpiña, de aquí del Diario,llegamos a un convencimiento de que el Carnaval tenía que volver a febrero. Montamos reuniones en el antiguo centro cultural que había en la plaza España con Balpiña, el difunto Jesús Monzón, vamos todos están muertos ya, Agustín El Chimenea... Además, nosotros aún en tiempos de las Fiestas Típicas, celebrábamos el Carnaval en su fecha a puerta cerrada en La Estrella. Por allí aparecían Marcos Zilberman y otros amigos que mantenían que el Carnaval tenía que volver a febrero. Por aquella época tuvimos que hablar mucho con el alcalde Almagro, con Beltrami y con Evelio Ingunza padre que, incluso, nos cedía entradas del Teatro Falla, del Carnaval, si a cambio le sacábamos la Cabalgata del Humor. No es que nos regalara las entradas sino que nos cedía todo el aforo de delantero anfiteatro, palco segundo y paraíso para que nosotros lo vendiéramos a las peñas y nosotros pagábamos religiosamente lo que valían.

-También estuvo usted en la junta directiva del Cádiz C. F. en tiempos de Irigoyen...

-Pero fui futbolista primero...

-¿En serio?

-Sí, sí he jugado en la Unión Deportiva Gaditana, en Rota, en El Balón... Luego me llamó Irigoyen por mediación de Carlos Medina que entonces trabajaba aquí en el Diario, y me metí de directivo. Me llevé con él 12 años. Era la época gloriosa del equipo, donde ganábamos los puntos por la fuerza. Y te digo una cosa, Irigoyen ha sido el mejor presidente que ha tenido el Cádiz. Si levantara la cabeza se volvía a morir tal y como está ahora el Cádiz. Mira, Irigoyen tenía tanto carisma que entraba en la Federación de Fútbol por todos los despachos sin pedir permiso, como si fuera el dueño, y sacaba cosas, sacaba los dineros, y se movía bien. Fue un presidente ejemplar y una gran persona. Yo me fui justo cuando se fundó la sociedad anónima deportiva porque había que poner no sé cuánto dinero y yo dije que no ponía nada.

-¿Quién es el cantaor más genuino, único, que haya conocido?

-Sin duda, Beni de Cádiz. La gente no saben cómo era el Beni, la gente sólo conoce al Beni por las gracias y eso pero el Beni ha sido el mejor cantaor y artista que ha dado España, te lo digo yo. ¿El Beni? El Beni era una eminencia... Y no quiero seguir hablando del Beni porque voy a largar fresco de que le hicieron un homenaje en la asociación del Barrio de Santa María que me llamó la sobrina de Beni, Rosario, muy disgustada de la forma en la que habían tratado a su tío... Bueno, lo puedes poner si quieres... El Beni era un portento. Fue el único artista que se llevó todos los premios del Concurso Nacional de Córdoba.

-¿Y de ánge?

-Además de El Beni su hermano Amos. Un día le quise enseñar por el Campo del Sur las ruinas que habían aparecido del teatro. Y me dijo, ruina ya he visto yo bastante, enséñame mejor los langostinos de aquí. Además era un hombre muy inteligente, muy listo, él fue uno de los primeros que metió el flamenco en la Universidad. Bueno otro de mucha gracia era el Cojo Peroche. Cuando El Beni ya estaba malito en el Hospital de Mora las 24 horas del día estaba el Cojo allí en la cabecera de la cama, era muy amigo de él. Dice que un día llegó una monjita que estaba en el hospital, y le dijo mira Antonio ya que estás tú aquí y como está viniendo mucha gente importante a ver a este hombre pues te doy un producto y le das un poquito a los cristales de la ventana. Y el Cojo le respondió, así con la media lengua de él, hermana yo no sé limpiar ni el cristal de mi reloj.

-¿Dónde está ahora el ánge de Cádiz?

-Se ha extraviado. Porque mira que había ánge en Cádiz... Ese Ramón Jarana, que cantaba muy bien pero muy bajito y le decía Chano, Ramón que bien cantas pero para escucharte bien hay que acostarse contigo y con la cabeza tapá y tó. Ya esos golpes no se escuchan.

-Será que antes se pasaban más fatigas y eso espabila

-Posiblemente, había más fatigas y había más intuición de la gracia, más picaresca.

-¿Cádiz es una ciudad agradecida?

-Cádiz no es agradecida, es olvidadiza.

-¿Le ha tratado bien esta ciudad?

-No me ha tratado bien, yo me merecía algo más.

-¿Y la vida?

-La vida es lo más bonito del mundo pero creo que me ha tratado regular. No me siento agradecido.

-¿Qué le debe?

-No me debe nada pero sí me hubiera gustado tener más cariño que, últimamente, no lo noto mucho.

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