Cádiz busca la ola del crecimiento azul
InnovAzul 2018
InnovAzul convierte el Palacio de Congresos en un centro de atención internacional para los sectores marinos y marítimos
Gobierno, Junta y Ayuntamiento respaldan la experiencia
El mar y sus inmensas posibilidades de generar riqueza sostenible inundaron ayer –y lo seguirán haciendo hoy– el Palacio de Congresos de Cádiz, una ciudad y una provincia que quieren vivir de un medio del que depende gran parte su futuro. Y que busca su gran ola del crecimiento azul.
El primer Encuentro Internacional de Conocimiento y Crecimiento Azul, InnovAzul 2018, abarrotó literalmente las tres plantas de la antigua factoría de Tabacalera en la primera de sus dos jornadas.
Organizado y promovido por la Fundación del Campus de Excelencia Internacional de Mar (CEI-Mar), la Universidad de Cádiz, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades, el foro congrega desde ayer en la capital gaditana a más de 1.200 participantes, 300 empresas y 75 instituciones y centros de investigación. Todos en torno a los seis sectores estratégicos marino-marítimos llamados a liderar ese crecimiento azul: puertos y logística, construcción naval y off shore, turismo vinculado al mar, energías renovables marinas, bioproductos marinos y pesca, acuicultura e industria transformadora.
El total respaldo de todas las administraciones a esta iniciativa del Vicerrectorado de Transferencia e Innovación Tecnológica que preside Javier Pérez Fernández se escenificó en el acto de inauguración, que estuvo presidido por Ángeles Heras, secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación. El ministro Pedro Duque no pudo asistir por razones de agenda, pero envió un mensaje grabado.
El rector de la UCA, Eduardo González Mazo, compareció ante los periodistas junto a Ángeles Heras; el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios; el secretario general general de Universidades, Investigación y Tecnología de la Consejería de Economía y Conocimiento, Manuel Torralbo, y el alcalde de Cádiz, José María González.
“El Gobierno y la UE están convencidos de que la economía puede venir del mar, basándose en procesos innovadores y sostenibles”, dijo la secretaria de Estadom, quien posteriormente participó como ponente en una mesa redonda sobre Iniciativas europeas y regionales en el ámbito del crecimiento azul. En este foro se puso de manifiesto la capacidad de creación de riqueza de las start up (empresas emergentes o de arranque que ponen en marcha proyectos innovadores y tecnológicos) y la necesidad de que cuenten con el apoyo de las administraciones. La secretaria de Estado coincidió en ello, pero focalizando en las pymes como núcleo del tejido productivo esapañol.
Manuel Jiménez Barrios afirmó que “la innovación, la especialización, la inteligencia y el conocimiento son los motores para el despegue definitivo de Andalucía en general y de Cádiz en particular”. Yaprovechó para recordar que, con la “complicidad de las universidades andaluzas”, la Junta ha desarrollado una estrategia con el objetivo de “convertir la innovación en la palanca de cambio” de Andalucía. Se plasma en el Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (Paidi) 2020, dotado con 16.700 millones de euros de financiación pública y privada.
“Esa es la palanca de cambio que nosotros tenemos que impulsar: trabajar para que los investigadores tengan la certidumbre de su presente y de su futuro y que la transferencia de conocimiento se traslade al incremento de riqueza y creación de empleo en nuestra tierra”, dijo el vicepresidente.
Jiménez Barrios aseguró que “estamos empeñados todos en convertir a la provincia de Cádiz en territorio de la investigación y de la innovación”. Así, resaltó que hay “estrategias que confluyen” como la economía azul, que engloba a los sectores vinculados al medio marino, junto con el industrial, en el Centro de Fabricación Avanzada (CFA) “para que la construcción naval y aeronáutica, de tanta importancia en esta provincia, tengan aquí un centro de investigación, de innovación, de tecnología, que dé un salto muy importante”.
De esa estrategia –añadió– también forma parte la salud y la investigación biomédica, campo en el que destacó el “importante trabajo” que está haciendo el hospital Puerta del Mar “para que las patentes que ya han conseguido supongan una transferencia a esta provincia”. También se refirió a la construcción del Centro del Olivillo, impulsado entre la Universidad de Cádiz y la Junta, “para que ese centro se convierta en el lugar de transferencia de conocimiento entre la empresa y la propia universidad”.
Representantes de los seis sectores estratégicos marino-marítimos se encontraron durante toda la mañana y la tarde en las ponencias programadas (comunes y sectoriales), en el espacio de open innovation (un punto de encuentro entre demandantes de conocimiento y de investigadores capaces de proporcinárselo) y en los estands.
Drones gigantes, eólicas flotantes y bloques rompeolas para criar ostras
InnovAzul 2018 ha convertido la tercera planta del Palacio de Congresos de Cádiz en una auténtica feria tecnológica y de la innovación en sectores estratégicos marino-marítimos como la construcción naval y off shore, pero también las energías renovables o la obra pública en la franja costera.
Uno de los estands más visitado ayer fue uno de los de Navantia, concretamente el de Navantis, un sistema de adiestramiento seguro de tripulaciones que permite incluso aprender a reparar los barcos diseñados por la compañía. Se trata de un simulador de realidad virtual con aspecto de sofisticado videojuego.
Otro de los exhibidores que más llamaron la atención fue el de Indra. Esta firma implantada en Galicia tiene en desarrollo un proyecto de dron civil que permite la opción de volar tripulada o no.
El Targus tiene el tamaño de una avioneta convencional y está dotado de los más avanzados sistemas de vigilancia y comunicación que existen en el mercado, gracias a los cuales puede recoger información y enviarla en tiempo real a tierra. Además, Indra también desarrolla una embarcación no tripulada (USV) con capacidad de vigilancia y protección de puertos, infraestructuras marítimas, vigilancia de bancos de pesca, control medioambiental, toma de muestras para análisis científico, y apoyo en tareas de salvamento y rescate.
Iniciativa novedosa es también la que impulsa Enerocean, una empresa malagueña que ha desarrollado una plataforma productora de energía eólica flotante que puede anclarse hasta en profundidades de 200 metros. Saturados los bajos fondos del Mar Báltico, se perfila como una instalación con futuro en otras aguas. La plataforma está equipada con dos aerogeneradores en forma de v que producen seis megavatios cada uno.
Y muy interesante resulta el producto de Econcrete, unos bloques de hormigón para rompeolas, como los del Campo del Sur, capaces de albergar una rica vida marina e incluso servir para el cultivo de ostras, ostiones y otros moluscos./ J.M.
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