Cádiz coge músculo para afrontar un maremoto

La respuesta ciudadana ante una emergencia hay que entrenarla. La prevención se antoja fundamental a la hora de afrontar una situación de extrema gravedad como, por ejemplo, un maremoto, el desastre natural que pende históricamente sobre Cádiz desde hace casi tres siglos y para el que esta mañana se han entrenado los estudiantes y profesores de tres centros educativos de la capital gaditana. Un ejercicio para fortalecer el músculo de la prevención de la ciudadanía en caso de que sea necesario evacuar el centro y ponerse a salvo en un lugar seguro a la mínima altura que recomiendan los expertos.

Más de 2.000 alumnos y profesores del instituto Cornelio Balbo, del colegio Celestino Mutis y del centro de las Carmelitas han participado en este ejercicio coordinado por el servicio municipal de Protección Civil y en el que ha estado presente el alcalde de Cádiz, Bruno García. El primer edil ha sido precisamente el encargado de activar el simulacro desde el despacho del director del instituto Balbo y a través del sistema de comunicación de Protección Civil. Acto seguido, el coordinador local de este cuerpo, José Manuel Calvo, alertó por la megafonía del centro del comienzo del desalojo.

Los cerca de 1.000 alumnos del instituto fueron concentrándose ordenadamente en el patio del centro, abandonando las clases por el lugar previsto y que antes habían conocido en la primera parte del ejercicio, la más teórica y formativa. Igual ocurrió en los otros dos colegios.

Guiados por sus profesores, responsables del desalojo cuando se produzca cualquier emergencia, los estudiantes se dirigieron hacia la plaza de España para subir por Antonio López hasta alcanzar la plaza de San Francisco, un lugar situado por encima de los diez metros sobre el nivel del mar aconsejado por los expertos como cota segura en la ciudad de Cádiz. Este es el protocolo asignado por su ubicación a estos tres centros escolares que se encuentran tan cercanos entre sí.

Los estudiantes marcharon después a la plaza de España, donde se instalaron puestos de mando avanzado de Protección Civil, para continuar con más formación realizada unos minutos antes. Un ejercicio que también contó con la colaboración de la Policía Local, Policía Nacional y Cruz Roja.

En general, los jóvenes gaditanos de los tres centros participaron en el simulacro con enorme seriedad, sin bromas y caminando tranquilamente y sin nervios hacia el punto indicado. Cada profesor entregó en la plaza de San Francisco una cartulina en la que voluntarios de Protección Civil iban apuntando el tiempo que habían empleado desde que se activó el simulacro hasta que alcanzaron San Francisco. Con los datos en la mano, serán ahora los responsables de Protección Civil quienes evalúen el ejercicio para decidir si deben variar el protocolo para mejorar la seguridad y minimizar al máximo los riesgos de una hipotética catástrofe.

El alcalde Bruno García ha explicado que el simulacro ha sido un "ejercicio de autoprotección para casos de emergencia, no sólo para maremotos". Ha avanzado que los colegios han tardado entre 7 y 13 minutos en llegar a San Francisco, y que el global del ejercicio ha durado unos 20 minutos. "Ahora serán los técnicos quienes valoren estos tiempos, que en principio parecen positivos si buscamos un movimiento ágil".

García ha señalado la importancia de repetir estos ejercicios cada año para tenerlos "muy trabajados" y porque los alumnos de los centros "van cambiando cada curso". El alcalde ha recordado que estos simulacros ya se organizaron en 2021, aquella vez entre los colegios cercanos al estadio Nuevo Mirandilla, lugar seguro para aquella zona de Cádiz, y que el objetivo de su equipo de gobierno será "reforzar" esta política preventiva. García ha valorado también el "trabajo previo" con profesores y alumnos de los centros gaditanos.