Cádiz corta el agua de las duchas de sus playas por la sequía
Restricciones
El alcalde de la ciudad anuncia la restricción del suministro a partir del lunes y una campaña de concienciación del buen uso de lavapiés y fuentes
El Ayuntamiento de Cádiz implantará limitaciones al uso del agua en las playas
Un repaso a las playas de la ciudad
Cádiz/Como una forma de "concienciación" y "colaboración en la reducción del consumo del agua" debido a la situación del sistema actual de abastecimiento de la zona gaditana -"en escasez severa, a las puertas de entrar en emergencia si no llueve este otoño"-, el alcalde de Cádiz, Bruno García, ha anunciado una serie de medidas para hacer frente al problema, la más inmediata, el corte de agua de las duchas de las playas gaditanas a partir de este lunes 14 de agosto.
"La actual ordenanza de uso y disfrute de las playas de Cádiz ya establece en su artículo 18 el buen uso de las duchas, fuentes y lavapiés pero, con todo, vamos a tomar medidas a corto plazo como cerrar las duchas exteriores de las playas de la ciudad para contribuir al ahorro del consumo, excepto en los módulos de personas con movilidad reducida", ha precisado el primer edil que, sin embargo, no cerrará el grifo de fuentes y lavapiés de La Caleta, Santa María, la Victoria y Cortadura aunque serán objeto de una campaña de sensibilización en la que se llamará al uso responsable de las primeras y la correcta utilización de los segundos (que no se deben utilizar para enjuagar los enseres de los usuarios) tanto con advertencias señalizadas en español y en inglés como por mensajes lanzados desde la megafonía de las playas
Además, García ha asegurado que el "ahorro efectivo" en el consumo del agua y el abordaje serio del problema de la sequía no sólo pasa por estas medidas y recomendaciones más inmediatas que, realmente, "tienen más que ver con la concienciación porque el gasto de agua en las duchas sólo supone un 0,6% del total en la ciudad", ha cuantificado. De esta forma, desde el Ayuntamiento de Cádiz se plantean tomar otras decisiones a medio y largo plazo que tengan un efectividad más importante como la utilización de los pozos de agua subterránea para el baldeo de la ciudad.
"Desde la concejalía de Medio Ambiente y Aguas de Cádiz vamos a estudiar esta idea porque actualmente el baldeo de las calles de Cádiz se hace con agua potable y eso lo queremos cambiar", ha aducido el regidor gaditano que quiere comenzar "este camino" en colaboración con la vecina ciudad de San Fernando "siguiendo la misma línea que ha propuesto su alcaldesa de hacer el baldeo con agua no potable".
Así, García y Patricia Cavada se sentarán "en las próximas semanas" para, entre otros asuntos referentes a la Bahía, ver las posibilidades de que la estación depuradora de Edacafesa, la empresa que ambas ciudades tienen en común, pueda depurar el agua destinada al baldeo.
Bruno García -que ha recordado que "los embalses de la provincia se encuentran en una media del 19,86% y el que más le afecta a Cádiz, el de Los Hurones, a un 40%"- ha informado a los medios de comunicación de estas decisiones durante este viernes 11 de agosto al término de la reunión semanal de la Junta de Gobierno Local, donde se han aprobado las restricciones del agua en las playas gaditanas, entre otros aspectos del funcionamiento de la ciudad.
Una medida contemplada en el Plan Director de Aguas de Cádiz
Ya a finales del pasado mes de abril, la entonces presidenta de Aguas de Cádiz, la también entonces concejala del anterior equipo de Gobierno Ana Fernández, anunciaba en la finalización del Plan Director de la entidad pública el potencial del uso de las aguas regeneradas destinado al consumo sostenible y a hacer frente a la sequía.
De hecho, Fernández apuntó a que ya se trabajaba con la entidad supramunicipal Edacafesa para poner en marcha un sistema de depuración terciaria en la EDAR Cádiz-San Fernando, un sistema que estaba en proyecto, para que dichos ayuntamientos pudieran reutilizar el agua tratada para otros asuntos.
Un plan integral, que también tenía en cuenta nuevas canalizaciones para bombear el agua tratada desde el depósito a todos los puntos estratégicos de la ciudad, que se cifraba entonces en 5,7 millones de euros.
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