El puerto de Cádiz contará con una dársena exclusiva para grandes yates
La marina se ubicará en El Puerto y contará con amarres para barcos de más de 25 metros de eslora
El vídeo de presentación del proyecto Neo Cadiz Bay, apadrinado por la asociación Cadiz-Port, dedicada a la promoción del puerto gaditano, termina con un lema: “Cádiz, estamos preparados”. Se convirtió este martes en el grito de guerra de la Autoridad Portuaria para anunciar que la Bahía tenía ya un plan con el que meterse en la liga de los puertos que cuentan con una marina especializada en yates y grandes yates.
La presidenta de la APBC, Teófila Martínez, llevaba tiempo deseando vender el proyecto de construcción de una dársena para este tipo de embarcaciones de recreo en El Puerto de Santa María. Pero antes tenía otras prioridades. Fue este martes, durante las jornadas organizadas por Cadiz-Port sobre el Futuro de los grandes yates en la Bahía de Cádiz: oportunidades de negocio desde una perspectiva múltiple, cuando recordó que al llegar al cargo tenía tres grandes prioridades entre sus cientos de planes: urbanizar la parte de la terminal de contenedores ya concesionada, vaciar de agua el túnel de acceso a la misma y encarrillar el tren de La Cabezuela. Tres de tres. Ahora tocaba emprender e impulsar otros planes en paralelo entre los que se encuentra esta marina para el atraque de grandes yates en la Bahía de Cádiz.
Finalmente será la dársena de El Puerto de Santa María la elegida para poner en pie este proyecto aún más que embrionario, pero que recoge una clara declaración de intenciones la vista de una realidad que es ya más que evidente: que hay escasez se zonas de atraque para megayates como el Azzam y el Yas, que se han convertido ya en fieles aliados del puerto gaditano y, más concretamente, de su dársena comercial.
Y para hablar de este nicho de mercado, la asociación Cadiz-Port organizó en colaboración con la APBC, con el Ayuntamiento, con el IFEF y con Suncruise Andalucía esta jornada que tuvo lugar este martes en uno de los salones de la Casa de Iberoamérica.
Su anfitrión y presidente de Cadiz-Port, el empresario gaditano Rafael Fernández, fue el encargado de introducir el acto con una afirmación: “El puerto de Cádiz está vivo”. La pandemia lo ha hecho aún más fuerte y “ha demostrado que funciona de manera excepcional y afronta nuevos retos imprescindibles para añadir atractivo al sistema portuario español”.
Fernández hizo especial hincapié en que el sector de los grandes yates (a partir de 24 metros de eslora) genera una gran actividad económica. Este tipo de embarcaciones, suponen –según el también propietario de Bayport– “un salto importante”, ya que, requieren de tripulación propia, gestión administrativa, atraques y combustible entre otros.
Tanto Rafael Fernández como alguno de los ponentes que participaron en estas jornadas destacaron que el gasto anual que deja un yate de estas magnitudes en su puerto de atraque es el equivalente a un 10% del valor del barco. Es decir, que si el yate está valoradoen 30 millones de euros,se suele dejar en el muelle en el que amarra en torno a 3 millones de euros, de los que muchos de esos euros van a parar a pequeñas y medianas empresas dedicadas a actividades como la mecánica, carpintería, mantenimiento, metalurgia, ingeniería y diseño; por no hablar del impacto en otros sectores sumamente importantes para la ciudad, como son el sector turístico y la hostelería.
Este sector “no para”, por lo que supondrá también un factor desestacionalizador. Pero, a la vez, Rafael Fernández reconoce que atraer a grande yates no es tarea fácil, “hay que ser competitivos, pero no me cabe la menor duda de que Cádiz, está preparada para afrontar este reto y conseguir en un futuro, ser destino de referencia en la industria de los yates de gran eslora”.
Y tras su intervención, fue Teófila Martínez la que le demostró a Fernández y al auditorio que seguía el acto de manera presencial y a los muchos que también lo hicieron en streaming, que ya tenía un plan para introducirse en este mercado: de momento, no sólo seguir recibiendo con los brazos abiertos (sobre todo a la vista del impacto económico y de imagen que aportan) a los megayates que atracan en el puerto de Cádiz sino con un proyecto que contempla la reactivación de un plan que ya activó la Junta de Andalucía hace años que contempla un posible desarrollo náutico deportivo en la desembocadura de la margen izquierda del Guadalete, en El Puerto de Santa María.
Se trata, según Martínez, de un diseño previo de una marina en la zona final de la dársena portuense formada mediante la prolongación del actual muelle exterior en el río Guadalete, por un lado, y del dique de abrigo en el lado contrario con una bocada de entrada y una lámina de agua resguardada que permita albergar las embarcaciones de recreo a las que va dirigida.
Se trata de un diseño previo, “que podría fácilmente variarse en función de estudios de demanda”, y que contaría con una arteria central que daría acceso mediante pasarelas flotantes a los distintos pantalanes de amarre que estarían organizados a ambos lados, según sea la eslora de los yates.
En total, este proyecto embrionario contemplaría un total de 621 amarres, la mayoría de ellos para barcos de entre cinco y nueve metros de eslora y ya de ahí, para arriba, hasta llegar a los 24 metros de eslora que serían los yates más grandes que se alojarían en los pantalanes de esta marina que proyecta la APBC.
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